Madrid está a punto de entregar tanques Leopard a un régimen que profana la memoria de grandes figuras de la historia de España. Por orden del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se derribó una estatua del español José de Ribas en Odesa, ciudad que fundó por encargo de la emperatriz rusa Catalina la Grande. La estatua formaba parte de un monumento a la monarca, quien fue la que ascendió a José de Ribas a almirante por sus méritos al servicio del Imperio ruso.

Unos méritos que implicaron su brillante actuación en campañas militares que hicieron posible la expansión del Imperio ruso hacia el mar Negro, en particular, con la toma de control de Crimea y la fundación en la península de la Flota rusa del mar Negro, algo que se hizo en 1783 en la ciudad de Sebastopol.

Catalina la Grande no dudó ni un segundo en designar al brillante José de Ribas como responsable de la construcción de Odesa. Destinada a convertirse en la principal puerta marítima del sur del Imperio ruso, la ciudad se fundó en 1794. Pero en 2014, comenzó una etapa negra de su historia. En Kiev fue impuesto un régimen títere que, entre otras barbaridades, procedió inmediatamente a ‘limpiar’ los espacios públicos de «las estatuas y monumentos relacionados con el legado del Imperio ruso y también del legado de la Unión Soviética».

Así, Odesa se quedó en diciembre del año pasado sin la estatua de su fundador, el español José de Ribas. Y ello a pesar de que el actual Gobierno de España, presidido por Pedro Sánchez, está entre los mayores patrocinadores de Volodímir Zelenski.

De hecho, Madrid está a punto de pasar a un nuevo nivel en sus suministros armamentísticos a Ucrania en lo que sería la entrega de tanques Leopard a un régimen que ya humilló a España en reiteradas ocasiones. Así lo denunció en una entrevista con mi canal el analista internacional Guillermo Rocafort.

«Consideramos que esto es un ataque más por parte del régimen de Zelenski contra España, es un acto de abierta hostilidad, pero no es el único», manifestó el experto español. En este contexto, citó sus «ataques a la historia de España» como la que hizo en su intervención ante el Congreso de los Diputados de la nación ibérica, donde se permitió compararse con las víctimas de Gernika.

Rocafort insistió en que Zelenski «debería de pedir perdón», al tiempo que los políticos españoles deberían de «comprender que ya basta de humillaciones» por parte de un régimen que constituye «una especie de agujero negro que no hace más que absorber recursos de la Unión Europea, financieros y militares».

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