No es un fraude electoral, es un golpe de estado: «Joe Biden era solo una puerta, no un destino»

Trump ganó las elecciones, pero los demócratas han adulterado los resultados a través de un fraude masivo en el voto por correo. Ha existido un complot al más alto nivel para robarle la victoria al único líder occidental que ha plantado cara a las cabezas más visibles del globalismo.

Bomb suspect arrested after explosive devices sent to Trump critics and  CNN: Live updates

Las pruebas del fraude se acumulan. Varios estados dejaron de contar los votos a primera hora de la mañana del martes, cuando Trump arrasaba en los recuentos. Justificaron la decisión debido al alto número de papeletas por correo que seguían llegando. El estado de Wisconsin, en el que Trump ganaba ampliamente durante la madrugada del martes, reanudó el recuento pasadas las 5 de la tarde.

Los fraudes masivos se repitieron en otros siete estados: Arizona, Alaska, Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia.

Estamos, por consiguiente, no ante una estafa electoral, sino ante un golpe de estado encabezado por Biden. El objetivo es arrebatar el país a los norteamericanos eurodescendientes y convertirlo en una cloaca moral a expensas de los planes eugenésicos y multiculturales diseñados por las mafias globalistas.

La “Carta del Pueblo” que Soros y la izquierda radical quieren imponer en EE.UU.

El Partido de las Familias Trabajadoras (WFP, por la sigla en inglés), apoyado por Soros, lanzó la “Carta del Pueblo”, que la izquierda radical impondrá a los estadounidenses si Joe Biden llega a la Casa Blanca.

“Si recuperamos la Casa Blanca podemos seguir ofendiendo y así exigir a los demócratas que tomen medidas audaces a partir de enero de 2021”, se declara en la página web del partido.

Las cuatro congresistas demócratas izquierdistas que conforman el grupo “Escuadrón” (Squad, en inglés) se adhirieron a esta hoja de ruta para radicalizar aún más a su partido.

Se trata de las representantes Alexandria Ocasio Cortez, por Nueva York, Ilhan Omar, por Minnesota, Rashida Tlaib, por Michigan y Ayanna Pressley, por Massachusetts, quienes ya han expresado su apoyo, entre otros congresistas.

Por su parte, el director del partido, Maurice Mitchell, anterior seguidor del senador Bernie Sanders, Independiente por Vermont, sintetizó su estrategia tomando como eje la eventual presidencia de la fórmula Biden-Harris.

“Siempre hemos dicho que elegir a Joe Biden era una puerta, no un destino”, dijo Mitchell. “La Carta del Pueblo es ese destino”, agregó de acuerdo con Breitbart.

“La izquierda ascendente está haciendo una tregua con Joe Biden, para que podamos ganar”, y luego convertirse en “la mayor espina clavada en el costado del Presidente Biden”, también dijo Mitchell.

Entre las pretensiones del WFP se encuentran extender el seguro de desempleo semanal de 600 dólares, un salario mínimo nacional de 15 dólares por hora, la atención médica gratuita y universal, desfinanciar la policía, y cancelar toda la deuda estudiantil.

No obstante, la página de “La Carta del Pueblo” no describe los medios a través de los cuales obtendrán la financiación de los proyectos que propone, en cambio si están bien definidos los links para afiliarse y hacer donaciones.

Entre sus adherentes se encuentran grupos de activistas apoyados por Soros como Demos, MoveOn, SEIU, y el Centro para la Acción Popular por la Democracia (CPDA), una red con más de 50 socios locales en 32 estados que recibe la mayor parte de su financiación del multimillonario de izquierda George Soros.

El senador socialista demócrata Bernie Sanders dijo que Biden prometió ser “el presidente más progresista desde Franklin D. Roosevelt”, en caso de resultar elegido.

En este marco, adquieren mucho más sentido las afirmaciones del Presidente estadounidense Donald Trump, quien llamó a Biden una “marioneta” controlada por la izquierda radical para avanzar la agenda “socialista” de Bernie Sanders y el “Escuadrón”.

“Quieren demoler nuestra herencia para poder imponer su nuevo régimen opresivo en su lugar”, dijo el presidente.

Asimismo, Trump ha repetido insistentemente que  Estados Unidos nunca será un país socialista, tendencia extrema hacia la que ha sido llevado el partido demócrata, y que al parecer no es acogida por la mayoría de los estadounidenses.

Así lo reiteró Trump durante el discurso sobre el Estado de la Unión, al que también asistió Bernie Sanders, el 4 de febrero.

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