EL DIA DEL SEÑOR, A PROPÓSITO DEL «CORPUS CHRISTI»,

MARIANO CABANILLAS.

1.- Introducción
Para expresar una vez más, mis vivencias de la celebración del Corpus Christi he querido usar este título
porque para los que ya peinamos canas nos traerá muy gratos recuerdos de nuestra infancia.
Además este nombre encierra un gran mensaje semántico. Tanto es así que el nombre Señor es un título muy usado en nuestra oraciones. Creo que muchos recordaremos una hermosa Jaculatoria que nos enseñaron para recitarla en la misa cuando el Sacerdote eleva las especies de Pan y Vino convertidas en el Cuerpo y la Sangre de Cristo por la consagración: “SEÑOR MIO Y DIOS MIO”. Yo suelo repetir la jaculatoria para expresar con más emotividad usando un sinónimo del término “señor” que es “dueño”. Los dos términos proceden del término latino Dominus. Su traducción al castellano es Señor, pero su evolución semántica es la siguiente: este es el proceso la primera “o” por ser sílaba tónica se diptonga en
“ue”, la “I” por ser sïlaba breve postónica desaparece y la “u” final se abre en “o” y se pierde la consonante final.

Esta sería la evolución: Domnnus>Domnum>Dueño. De aquí que mi jaculatoria más expresiva es : Oh
Jesús , Tu eres mi Dueño y mi Dios”.
Perdonad me esta introducción pero ha sido un recuerdo de mi formación en el Seminario. Paso ahora al punto Central El Corpus y la Eucaristía.


2.- Corpus Cristi
Es la última gran fiesta de la Iglesia Católica, instituida en el año 1264. Es la gran fiesta del Amor de Jesús que refleja su humanidad y de su presencia como Dios en los hombres. Dios es Carne y nos invita a formar con Él un solo cuerpo junto con los hermanos. Esta Comunión (Común Unión) es la Eucaristía. Para mi reflexión me han servido de guía las dos lecturas del Nuevo Testamento que la Iglesia ha elegido este año para la Misa. La primera es de San Pablo a los Corintios: “Hermanos: el cáliz de la bendición que bendecimos , ¿no es comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión del cuerpo de Cristo? Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan”
Del Evangelio de San Juan destaco estas palabras: “En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo (…)” En verdad, en verdad os digo: sino coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día(…)El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él”.
Después de hacerme eco de estas palabras de las Sagradas Escrituras, quiero expresar también la voz de la Iglesia. Con mucho cariño recojo las palabras del Papa Benedicto XVI en la homilía pronunciada en la festividad del Corpus de 2011 : “El hecho de que el Sacramento del Altar haya asumido el nombre de Eucaristía (acción de gracias) es porque todo viene de Dios, de la Omnipotencia de su Amor, uno y trino,
encarnada en Jesús.”
De nuestro Papa Francisco, que este año no nos ha dirigido su mensaje por estar hospitalizado recojo unos párrafos del mensaje que nos dirigió el el 6 de junio de 2021: “Para celebrar la Eucaristía es preciso reconocer, antes que nada, nuestra sed de Dios: sentirnos necesitados de Él, desear su presencia y
su amor(…)Es la sed de Dios la que nos lleva al altar. Continúa el Papa: “Jesús parte el Pan (…) Es el gesto eucarístico por excelencia. Para celebrar y vivir la Eucaristía , también nosotros estamos
llamados a vivir este amor (…)No puedes partir el pan si tu corazón está cerrado a los hermanos (…) No puedes comer de este pan si no compartes los sufrimientos del que está pasando necesidad. De toda la solemnidad litúrgica del Corpus sólo quedará el amor (…) Así nos saciará Jesús para siempre hasta
el día, en que en el banquete del Cielo contemplaremos su Rostro y nos alegraremos sin fin..”.
Nuestro Arzobispo D. Celso tanto en Iglesia en Camino también en la homilía de la Misa que precedió a la Procesión nos ha dirigido unas preciosas palabras sobre la Eucaristía. Recojo a continuación sólo aquellas que considero no deben faltar en este breve escrito. En primer lugar hizo una llamada a la inmensa alegría que toda la Iglesia siente en la celebración del gran Don del Dios Amor, que quiso estar siempre con nosotros. Porque nos dijo que es cierto que Cristo está siempre de múltiples maneras en la Iglesia
(oración,, Sacramentos,…), pero sobre todo y de manera muy especial bajo las especies eucarísticas. Nos recordó la cita del Papa Francisco en la que nos dice: “La Eucaristía es la medicina más eficaz para nuestros males.”
Voy a terminar estas resonancias que tuve muy presentes en mi mente durante los actos de la celebración eucarística, con la exhortación final que hizo nuestro Arzobispo – de Mérida-Badajoz- ¡¡Que creamos en la Eucaristía!! ¡¡Que amemos la Eucaristía!!, ¡¡Que vivamos la Eucaristía!!
AMDG et BMV.- Mariano Cabanillas Entren

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