Los líderes de la «iglesia de la calentología»como Greta Thunberg odian el libre mercado

PERO GRULLO DE ABSURDISTÁN

El capitalismo, los mercados libres han sacado a millones de humanos de la pobreza, de la enfermedad, del hambre -e incluso de la guerra-, liberado a las mujeres y protegido la Naturaleza… Entonces, ¿por qué, hay tantos «progresistas» en su contra?

Durante los últimos años, Greta Thunberg y sus seguidores han afirmado que el propósito de su vida era salvar al mundo del cambio climático. Pero, a finales del año pasado se unió a la izquierda anticapitalista y para que no hubiera dudas, acabó afirmando sin tapujos que los activistas climáticos deben derrocar «el sistema capitalista», que según ella es responsable del «imperialismo, la opresión, el genocidio… el racismo y la opresión…» A partir de entonces se alineó claramente con el Foro Económico Mundial y sus proclamas de que hay alejarse del consumo de los combustibles fósiles y dar preferencia a las denominadas energías renovables. 

Las afirmaciones de Greta Thunberg, como las de quienes la siguen de forma entusiasta, son absolutamente absurdas. El «sistema capitalista» ha permitido, durante los últimos 200 años, que la esperanza de vida de los humanos aumente enormemente desde los treinta hasta los setenta años. El «sistema capitalista completo» produce mayores excedentes de alimentos que cualquier otro sistema en la historia humana. Y el «sistema capitalista», la economía de mercado ha dado como resultado una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero en las naciones desarrolladas durante los últimos 50 años. 

El capitalismo está lejos de ser perfecto, la desigualdad  hace que algunas personas sean tan ricas que pueden volar al espacio con hidrógeno licuado mientras que otros, demasiado pobres, tienen dificultades para pagar el gas natural. El capitalismo se caracteriza por ciclos de auge y caída que crean frenesíes de riqueza seguidos de un alto desempleo. Y está convirtiendo constantemente las relaciones que no son de mercado, incluidas las íntimas, como entre padres y cuidadores, en intercambios entre compradores y vendedores…

Pero el capitalismo es claramente mejor que cualquier otro sistema de organización económica que se haya ideado hasta ahora. Los altos niveles de desigualdad son el resultado de más personas ricas, no más pobres, que están mucho mejor bajo el capitalismo que el feudalismo o el comunismo. El ciclo económico de auges y caídas provoca manías y depresiones, pero es mucho más eficiente y menos opresivo que los gobiernos que deciden qué se debe producir, por quién y a qué precio. Y si bien es cierto que en los países capitalistas, de democracia liberal, o «sociedades abiertas» (según expresión de K. Popper) se debilitan e incluso destruyen las relaciones que no son de mercado, eso en muchos casos también tiene su lado bueno, teniendo en cuenta que las mujeres se están incorporando a la vida social y al mercado laboral, entre otras cosas. Cuestión diferente es que haya que buscar soluciones a la conciliación de vida laboral y familiar y al cuidado y a la educación de los hijos.

Algunas de las personas que más se han beneficiado del capitalismo industrial son personas como Thunberg y su familia. La notable riqueza de su país de origen, Suecia, se debe a la revolución industrial, que permite que un pequeño número de personas produzca alimentos, energía y otras necesidades para la vida, de modo que la mayoría de los suecos puedan hacer otras cosas menos arduas y más. cosas placenteras. Lo mismo ocurre en todo Occidente. En todos los países de economía de mercado, cada día que pasa van disminuyendo las servidumbres y aumentando el tiempo de ocio y de bienestar…

El capitalismo industrial permitió a Suecia, país de origen de Greta Thunberg, crear un estado de bienestar social generoso que facilita a sus ciudadanos atención médica gratuita, educación gratuita y 480 días de licencia para los padres cuando nace o se adopta un hijo. Los Thunberg, según cualquier estándar global o histórico sin duda alguna son ricos: el ingreso anual per cápita a nivel mundial, según el Banco Mundial, es de 11.000 dólares, que es aproximadamente el coste de las dos sillas de la sala de estar de la familia Thunberg. 

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El capitalismo es mucho mejor para el entorno natural que el feudalismo o el comunismo. Bajo el feudalismo, los agricultores de subsistencia dependían de la madera y el estiércol como combustible para cocinar y estaban obligados a cultivar grandes extensiones de tierra para producir una pequeña cantidad de alimentos. La revolución industrial no solo liberó a la mayoría de las personas de la agricultura agotadora, sino que también redujo la cantidad de tierra requerida, gracias a los fertilizantes, el riego y los tractores. El mismo proceso permitió a los humanos pasar de usar madera a carbón, a gas natural y uranio como combustibles primarios.

El capitalismo, la economía de mercado ha dado como resultado el retorno y la “renaturalización” de pastizales y bosques en todo el mundo, incluida Suecia. La razón es que el capitalismo de mercado recompensa la eficiencia económica y, por lo tanto, reduce el uso de los recursos naturales. Ténganse en cuenta, por ejemplo, las ballenas. Lo que salvó, en las naciones capitalistas a las ballenas fueron los aceites sustitutos más baratos, primero el petróleo y luego los aceites vegetales. La Unión Soviética, por el contrario, siguió cazando ballenas mucho después de que fuera económicamente rentable porque los balleneros estaban protegidos de la competencia del mercado.

A pesar de todo ello, sin embargo, en todo el mundo, son los progresistas ricos y educados como Thunberg los que son anticapitalistas. En todo Occidente, a los anticapitalistas que llevan una vida opulenta se les conoce como «izquierda caviar», «pijo-progres» y expresiones peyorativas semejantes.

No siempre fue así. Los partidos de izquierda, desde los partidos comunistas hasta los socialistas y los socialdemócratas, solían ser los partidos de la clase trabajadora. Ahora, en todo el mundo occidental, son los partidos de élites educadas. 

En todo el mundo occidental, desde los partidarios del Brexit británicos hasta los agricultores holandeses y los chalecos amarillos franceses, la clase trabajadora se está alejando de la izquierda y adoptando movimientos políticos a favor del libre mercado y partidos políticos procapitalistas. 

¿Por qué sucede esto? ¿Por qué será que las élites educadas como Thunberg y sus seguidores se ha vuelto anticapitalista y la clase trabajadora se ha vuelto partidaria de la economía de mercado, del capitalismo?

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