Un oficial de inteligencia del Vaticano: “Soy masón y también lo es Bergoglio”

En una llamada telefónica interceptada, una de las muchas que fueron capturadas durante la investigación de corrupción en Argentina sobre la influencia extranjera de Irán, el oficial jefe de inteligencia del Vaticano en Argentina afirmó que él y su jefe, Jorge Mario Bergoglio, eran de hecho miembros de la masonería.

Las explosivas revelaciones se realizaron en el programa de televisión de Roberto García, La Mirada, que se emitió el 27 de noviembre de 2017 en Canal 26 de Argentina.

Aquí está el vídeo completo:

El video de arriba, a los 27:57 minutos, cuenta con los invitados Edgar Mainhard de Urgente24 y el hombre que habla de Bergoglio, Juan Bautista “Tata”” Yofre, quien fue Secretario de Inteligencia del Estado en Argentina entre 1989-1990 y fue Embajador de Argentina, simultáneamente a Portugal y Panamá, durante el gobierno de Carlos Menem.

En la entrevista, Roberto le pide a Tata que hable sobre los “impresentables de la Argentina que rodean al Papa”.

“Tata” relata una llamada telefónica que se transmitió durante una época de “negociaciones con Irán” y que dichas llamadas telefónicas se transmitieron en la televisión nacional. En una llamada telefónica entre “Yussuf y Karim” que había salido en el medio “La Nación”, pero luego desapareció, dice Tata que Yussuf le cuenta a Karim sobre su encuentro con el Jefe de Inteligencia del Vaticano en Argentina. “Tata” hizo un paréntesis para recalcar que Bergoglio sí tenía un jefe de Inteligencia del Vaticano allá en Argentina y que lo conocía personalmente, pero no mencionó el nombre.

Tata continúa contando que en la llamada telefónica, “el Jefe de Inteligencia del Vaticano de Bergoglio le dijo a Yussuf que él [el Jefe] era albañil y también lo era Bergoglio. Tata dice: “Esto fue en ‘La Nación’. Podríais haberlo escuchado vosotros mismos. Lo escuché porque tenía que darle crédito.

Implicaciones canónicas

La pena por convertirse en miembro de la Logia Masónica es la excomunión. Que así fue, incluso después del Concilio Vaticano II quedó claro en una carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe , fechada el 17 de febrero de 1981 y firmada por el Cardenal Franjo Seper (Ver texto aquí ). El Cardenal Seper en esa carta declaró:

El 19 de julio de 1974 esta Congregación escribió a algunas Conferencias Episcopales una carta privada sobre la interpretación del can 2335 del Código de Derecho Canónico que prohíbe a los católicos, bajo pena de excomunión, inscribirse en asociaciones masónicas u otras similares.

Dado que dicha carta se ha hecho pública y ha dado lugar a interpretaciones erróneas y tendenciosas, esta Congregación, sin perjuicio de las eventuales normas del nuevo Código, emite la siguiente confirmación y aclaración:

1) la presente disciplina canónica permanece en plena vigencia y no ha sido modificada en forma alguna;

2) en consecuencia, ni la excomunión ni las demás penas previstas han sido abrogadas;

Dos años después, el 26 de noviembre de 1983, tras la promulgación por el Papa Juan Pablo II del nuevo Código de Derecho Canónico, surgió una duda pública sobre si esa pena había sido eliminada o no en el nuevo Código. El cardenal Ratzinger, ahora jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, respondió con una intervención extraordinaria, confirmada in forma específica por el Papa Juan Pablo II. El pasaje clave del cual dice:

Por lo tanto, el juicio negativo de la Iglesia con respecto a la asociación masónica se mantiene sin cambios ya que sus principios siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la Iglesia y, por lo tanto, la pertenencia a ellos permanece prohibida. Los fieles que se inscriben en asociaciones masónicas se encuentran en estado de pecado grave y no pueden recibir la Sagrada Comunión.

No es competencia de las autoridades eclesiásticas locales emitir un juicio sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas que implique una derogación de lo anteriormente decidido, y ello en consonancia con la Declaración de esta Sagrada Congregación emitida el 17 de febrero de 1981 (cf. . AAS 73 1981 pp. 240-241; edición en lengua inglesa de L’Osservatore Romano , 9 de marzo de 1981).

En otras palabras, sigue en vigor la excomunión dispuesta en el Canon 2335 contra todos los católicos por inscribirse en una Logia Masónica. Esto está de acuerdo con el principio del Canon 6 y el Canon 20. Y así, la excomunión del Canon 2335 en el Código antiguo debe entenderse, de acuerdo con esta declaración hecha por la CDF, subsumida en el Canon 1364,que castiga por excomunión latae sententiae los delitos de Herejía, Cisma y Apostasía, ya que claramente la afiliación a la Secta Masónica es equiparable a los tres bajo los diversos aspectos de su credo, su propósito y su manera de trabajar.

POSTDATA sobre Evidencia y Procesabilidad

Hay 3 tipos de evidencia, sobre asuntos tan graves como que alguien sea masón. Hay no procesable y procesable. De la primera, la no procesable, es la información de oídas, es decir de tercera mano, donde no hay certeza si la cadena de transmisión no ha inventado, corrompido o relatado fielmente lo sucedido o dicho. Ningún sistema legal en el mundo acepta una evidencia de terceros tan incierta. Del segundo tipo, procesable, hay dos tipos: moralmente procesable y legalmente procesable. La evidencia moralmente procesable es el tipo sobre el cual está obligado a actuar, pero no puede presentar un cargo legal debido a la falta de registros. Jurídicamente procesable es del tipo sobre el que se puede interponer una acusación judicial. Esto incluye testimonio de tercera mano dado en declaraciones juradas o grabaciones o ante testigos creíbles. Incluso en la Iglesia hay ley. Y, del tipo de evidencia que tenía el Papa Benedicto XVI a partir de febrero de 2013, supongo que era solo del tipo moralmente procesable, porque no tengo evidencia legalmente procesable de que fuera otra cosa.

Sin embargo, con esta llamada telefónica interceptada, toda la Iglesia tiene pruebas procesables judicialmente, porque la llamada telefónica fue escuchada por todo el pueblo argentino en vivo por televisión, y tenemos el testimonio de un embajador argentino de que esa llamada telefónica fue transmitida. Simplemente encuentre a otras 2 ó 3 personas que lo escucharon y pídales que juren una declaración jurada. Luego, los cardenales que NO son masones, o cualquier grupo de obispos, convocan un consejo y declaran al hombre fuera de la Iglesia y depuesto de todos los cargos.

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