SADOMASOQUISMO Y PROSTITUCIÓN EN BALEARES

Susana C. Palomar

Sigue saliendo basura del cajón en el que parece que se guardó el caso de las menores tuteladas de Baleares. Y cada vez la basura es aún más sucia, más sórdida y hay más menores. Lo que no parece que varíe es el número de implicados. O por lo menos, de personas que conocían que muchos de los casos de prostitución de los que se están sabiendo más detalles ahora, eran habituales.

Y aunque al lector normal le sorprenda que pudieran darse casos de abusos o prostitución de menores entre los internos de los centros de acogida de Baleares, parece ser que las autoridades no hicieron absolutamente nada. Y eso que en su día tuvieron mano para denunciar tales o cuales casos. Pudieron erradicarlos o prevenir, en caso de que aún no hubieran empezado a darse. ¿Por qué? Solo ellos tienen la respuesta. Todo apunta a que hacían la vista gorda y consideraban que “era habitual”. 

Los detalles que poco a poco siguen conociéndose nos demuestran que podrían perfectamente formar parte de cualquier serie de plataforma de pago con una trama un tanto truculenta. De esas en las que aparece aquello de “violencia, miedo, sexo y no recomendada para menores de 16”, pese a que los protas sean realmente menores de esa edad. Con un turbio y siniestro argumento y con mucha más gente implicada de la que a priori nos podríamos imaginar. 

Detalles aparte, se une un nuevo personaje al caso de los menores de Baleares: el sadomasoquismo. Una práctica que al parecer obligaron a ejercer a un menor de 14 años. Un menor prostituido por 20 euros e instigado a practicar sexo por parte de otras dos compañeras tuteladas en su mismo centro. Algunos medios de comunicación han difundido estos días la transcripción de varias grabaciones en las que las menores eran conocedoras de la situación. Tanto que eran partícipes de ella e hicieron participar a un compañero más. Chantajeaban y extorsionaban a los clientes para recibir dinero, ropa o recargas para el móvil. Recompensas del primer mundo, vaya. Eran conocedoras de lo turbio del asunto porque simplemente formaban parte de él. 

Sobra decir que en Baleares se destapó el que hasta ahora es el mayor caso de prostitución de menores en nuestro país. Y no conformes con eso, los casos continúan saliendo. Se siguen dando a conocer pormenores del panorama. Y más allá de la veintena de detenidos, de la floja y escasa actuación del IMAS (Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales) que era conocedor de la situación y no hizo nada o de los peces gordos que pudieran estar implicados en la red de menores, se pone en la palestra un claro caso de lo depravadas que son algunas personas.

Dicen que cuando conoces algo y callas, eres partícipe de ello. Tal y como ocurre con Baleares donde parece que existen muchas personas implicadas. En realidad hay muchas más que callan, que callaron y tristemente, que seguirán callando porque la bomba si estalla, va a salpicar de un lado al otro de toda la Península Ibérica y más allá. 

Según recogen otros medios, los educadores del IMAS denunciaron hace alrededor de 5 años las prácticas a las que eran sometidas y forzadas menores de entre 13 y 17 años. Sin embargo aseguraron que el Consejo insular no hizo nada ni para evitarlas ni para zanjar la situación. Quién sabe si a día de hoy siguen existiendo lagunas de fango como estas en las que los expedientes se hunden hasta desaparecer. 

Reiteramos que la situación es grave porque quienes tienen la potestad de proteger, ni lo hicieron ni lo hacen al callar. No permiten que las investigaciones vayan más rápido porque no pueden avanzar. Se van conociendo detalles a cada poco mientras más de 300 menores siguen tutelados en centros de Baleares sin saberse las condiciones reales en las que se encuentran. Sin conocer qué hacen cuando se escapan.

De qué hablan cuando se reúnen a cuchichear o cuando hay sospechas de que quizá, lo que viven de puertas para afuera, puede que no sea legal del todo. Existe silencio y voces que callan lo que deberían gritar a los cuatro vientos para que quienes nos protegen actúen. Volvemos de nuevo a la casilla de salida sin posibilidad de caminar hacia adelante. Esto ocurre en Baleares pero estamos seguros de que puede estar sucediendo en muchos otros sitios más. Al final la burocracia es la misma y el Estado, el de todos. 

FUENTE: https://magazine.imaginaciontalento.com/sadomasoquismo-y-prostitucion-en-baleares/

Susana C. Palomar

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