Rodrigo Sánchez Arjona, el extremeño que realizó la primera llamada telefónica en España en 1880.- A propósito del centenario de la Compañía Telefónica Nacional de España.

CAROLUS AURELIUS CALIDUS UNIONIS.

Era el año 1880 y se convertía así en un pionero español de las telecomunicaciones. Esta fue la primera línea autorizada de telefonía en España…

«Sr. Watson, haga el favor de venir, le necesito» fueron las palabras que marcaron un hito en el mundo de las telecomunicaciones. Fue el 10 de marzo de 1876 cuando Graham Bell, padre del teléfono, hizo historia logrando transmitir esa primera frase.

Este nuevo invento que revolucionaría la manera de comunicarnos llegaría cuatro años más tarde a España cuando se realizó la primera comunicación telefónica por un rico terrateniente en la provincia de Badajoz. Se llamaba Rodrigo Sánchez Arjona y adquirió en París unos teléfonos Bell. Al regresar a su pueblo, obtuvo autorización para instalar una línea telefónica de ocho kilómetros entre su casa y su finca.

Don Rodrigo Sánchez Arjona, Doctor en Derecho, miembro del Salón de los Hijos Ilustres de Fregenal de la Sierra, también fue maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Mostró a lo largo de su vida gran interés por la Ciencia y los inventos, que lo llevaron a acudir a numerosas Exposiciones Universales y a que sus paisanos lo apodaran «El Brujo». Don Rodrigo Sánchez Arjona era un rico terrateniente, vecino de Fregenal de la Sierra, en la provincia de Badajoz. Interesado en temas relacionados con la ciencia y la tecnología, estuvo al tanto de los avances de su época, a finales del siglo XIX. Adquirió en París unos teléfonos Bell y, de regreso a su pueblo, obtuvo autorización para instalar una línea telefónica de 8 kilómetros entre su casa y su finca. Era el año 1880 y se convertía así en un pionero español de las telecomunicaciones. Esta es la primera línea autorizada de telefonía en España.
Lidiando con la burocracia:
Si algo caracterizaba a Sánchez Arjona era su afán de innovación y su determinación por conseguir su objetivo. El teléfono era el invento del momento, y su curiosidad le llevó a intentar con ahínco llevar a buen puerto la instalación de una línea en su pueblo.  En un pleno municipal de 1880, donde se acordó la instalación de una oficina telegráfica municipal en la ciudad de Fregenal de la Sierra, Sánchez Arjona propuso también que se le permitiera a él y a cualquier otro vecino poner por su propia cuenta hilos para la utilización del teléfono. Con los poderes notariales del Ayuntamiento de Fregenal de la Sierra, viajó a Madrid para que el Director de Telégrafos autorizase tanto la instalación de la línea telegráfica como la de telefonía particular. Las comunicaciones dependían del Cuerpo de Telégrafos, que instalaba y gestionaba las telecomunicaciones en España desde el año 1856.
Durante su viaje a Madrid, Sánchez Arjona se documentó sobre instalaciones de telefonía y las experiencias y pruebas que ya se habían dado, y se entrevistó con autoridades de las telecomunicaciones del momento. Finalmente, se decidió a instalar los teléfonos que había comprado en París para poner en marcha su proyecto de línea. Con todos los papeles en regla, ya estaba listo para acometer su empresa.
El experimento fue todo un éxito. En el año 1880, Don Rodrigo Sánchez Arjona estableció comunicación entre su casa y su finca con una línea telefónica autorizada, la primera de España en el ámbito rural. Unos años antes, en Cuba, cuando la isla todavía era territorio español, el primer teléfono también conectaba una casa particular con otro edificio, en este caso una estación de bomberos.
Como todos los grandes pensadores, no se conformó con conectar sus propiedades por teléfono.  Más adelante, consiguió que se le permitiera utilizar las mismas líneas telegráficas para hacer una prueba de comunicación telefónica entre Fregenal, Sevilla y Cádiz, en la que también consiguió su propósito.
Las trabas en la innovación:
Comprobada la efectividad del teléfono, propuso ir un paso más allá, construyendo una red que enlazara las casas de sus amigos en varios pueblos de la comarca, llegando hasta Almendralejo y Villafranca de los Barros. Desgraciadamente, no llegó a buen puerto por cuestiones judiciales del momento.
La historia de Don Rodrigo Sánchez Arjona da buena muestra de cómo los pioneros y emprendedores lo son por méritos propios, por su afán de conocimiento y por intentar llevar a cabo sus ideas y metas hasta el final. Aunque los últimos y ambiciosos retos de este destacado vecino de Fregenal de la Sierra se vieron truncados por asuntos que escapaban a su control,… a pesar de todo, fue capaz de convertirse en un innovador de las telecomunicaciones en España. En una carta le dirigió a un amigo el siguiente comentario: «En nuestro país es menester la paciencia de un santo para conseguir cualquier mejora pública porque nadie se ocupa más que de política …»

Según cuentan las crónicas, al otro lado de la línea, en la ciudad Fregenal de la Sierra, estaban los jefes del centro telegráfico así como representantes de la prensa y numerosas personalidades de entidades científicas de Sevilla que se emocionaron al escuchar al extremeño tras el aparato que había inventado Graham Bell. Fue «como si los conversadores estuviesen allí mismo», relataba uno de los cronistas del acto.

El teléfono Gower-Bell fabricado en el año 1880 en Estados Unidos fue el primer tipo de teléfono utilizado en EspañaJapónInglaterra y otros países de Europa.

En aquella primera conexión telefónica en España también hubo tiempo para una especie de pausa publicitaria: «Aprovechando la conexión, el médico de Fregenal habló con el director de la Escuela de Medicina de Sevilla sobre la enfermedad de Fernanda, la esposa de Sánchez Arjona, que falleció posiblemente de un cáncer cuatro o cinco años después de esa llamada», relata Fernando González, jubilado de Correos y Telégrafos al medio El Periódico.

Comprobada la efectividad del teléfono, Sánchez Arjona propuso ir un paso más allá, construyendo una red que enlazara las casas de sus amigos en varios pueblos de la comarca, llegando hasta Almendralejo y Villafranca de los Barros. «Desgraciadamente, no llegó a buen puerto por cuestiones judiciales del momento», recoge la web de Telefónica.

Sin embargo, el interés por la industria de las telecomunicaciones no hizo más que empezar. En 1894 se fundaba, en Barcelona, la Compañía Peninsular de Teléfonos, una primitiva empresa española de telecomunicaciones preparando el camino para el despegue del uso del teléfono en España hasta que el 19 de abril de 1924, hace ya 100 años, se constituyó la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), un hito decisivo para la historia de la telefonía española: era la primera apuesta clara por organizar en nuestro país aquel servicio revolucionario que consistía hablar a distancia.

La primera llamada trasatlántica

Con el nacimiento de la CTNE se ponía orden al servicio telefónico en España, además de modernizar y extender este servicio de comunicación. En 1926 comenzaba la construcción del edificio de Telefónica de Gran Vía 28, donde se controlaría toda la telefonía del país. Solo se necesitaron tres años para finalizar este proyecto realizado por Luis Ignacio de Cárdenas.

En 1928, ese mismo edificio presenciaría la primera llamada al otro lado del Atlántico. Los protagonistas fueron el Rey Alfonso XIII y el presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge quienes inauguraron el servicio entre este país y España. En aquella primera llamada, se utilizaron «todas las técnicas de transmisión posibles en el momento: hilo aéreo de cobre entre Madrid y Zaragoza, empleando la frecuencia ordinaria de la voz humana, para continuar hasta Versalles con alta frecuencia, y de allí hasta Boulogne por cable terrestre y cruzar el canal de la Mancha conectando con Londres. Ya desde Rugby en Reino Unido se emitió la voz por radio a través del Atlántico, que se recibió en la costa de Canadá y se transportó por cable hasta Washington», detalla la página web de Telefónica.

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