NO IMPORTA QUIEN VOTA, SINO QUIEN CUENTA LOS VOTOS.

“Los españoles somos un pueblo enseñado a huir de la verdad, a transigir con la injusticia, y soportar la opresión”, Miguel de Unamuno

Joseph Stalin dijo una vez que lo importante no es quién vota sino quién cuenta los votos. En España nunca está demasiado claro quién o quiénes lo hacen.

El caso es que, raras son las elecciones en las que no hay sospecha de fraude, de “pucherazo”, es más, podría afirmarse que el fraude electoral ha llegado a convertirse en costumbre y forma parte de la cultura española…

A medida que nos acercamos a las elecciones que se realizarán el próximo día 4 de mayo en Madrid, aumentan más y más las suspicacias y raro es el día en que no se habla de las enormes posibilidades de que se produzca un fraude electoral, para impedir el triunfo de la candidatura de Isabel Díaz Ayuso, de la que no hay un solo estudio de opinión que no la dé por segura vencedora, con mayoría aplastante.

Y es que, si algo demuestra la Historia de España de los dos últimos siglos es el sistemático recurso al pucherazo, y especialmente por parte de quienes dicen de sí mismos que son “progresistas”…

Soy profesor de Historia (aunque ya jubilado), y de vez en cuando releo o profundizo en mis conocimientos, y especialmente la Historia de España durante el siglo XIX y comienzos del XX… Aunque aparentemente sea un tópico, quien no conoce su propia historia, dicen que está abocado a repetirla, y en definitiva a volver a tropezar en las mismas piedras que sus ancestros. Tras reencontrarme con el final del Antiguo Régimen, los últimos coletazos de la monarquía absoluta, la subida al poder de los “liberales”, las dos “desamortizaciones”, los periodos de Regencia, las Guerras Carlistas, los enésimos “pronunciamientos”, la Primera República,… la “Restauración Monárquica”, el “pucherazo” como forma de acceso al poder, el bipartidismo, el pacto de alternancia entre “liberales” y “conservadores”, también denominado “turnismo”; aparte de venirme inevitablemente a la memoria la voz de José Antonio Labordeta (“A veces me pregunto qué hago yo aquí explicando la historia que recién aprendí, los líos de romanos, de moros y cristianos, el follón del marxismo…”) también, de manera obligada, forzosamente me he vuelto a reencontrar con la obra de otro aragonés: Joaquín Costa.

Joaquín Costa no es una reliquia del pasado, la obra de Joaquín Costa exige que volvamos la vista atrás para poder interpretar nuestro presente y configurar nuestro porvenir. Su diagnóstico es terriblemente clarificador respecto del no tan remoto pasado, y enormemente útil para interpretar el actual estado de la nación española. Cuando uno no se conforma con la lectura simplista, e incluso frívola, sesgada de la obra de Joaquín Costa, cuando uno hace una lectura atenta y comprensiva, entonces, sí: el mensaje de Joaquín Costa le acaba interpelando, cuestionando, e incluso “acorralando”.

El régimen oligárquico-caciquil, y la casta parasitaria, que denunciaba hace más de un siglo Joaquín Costa, han ido perpetuándose, permaneciendo incólumes, han sobrevivido sin apenas contratiempos. Los oligarcas y caciques han sido capaces de salir airosos de todas las catástrofes que ha padecido España: el desastre del 98 (pérdida de las últimas provincias americanas), libraron a sus vástagos de las masacres rifeñas, contemplaron en sus mansiones de Estoril la guerra incivil de 1936-1939, permaneciendo siempre en la retaguardia; tras el triunfo del “Movimiento” se camuflaron rápidamente entre carlistas y falangistas; más tarde, supieron también acomodarse en el Opus Dei (mejor habría que decir “la Opus Dei” pues “obra” es femenino…) y se travistieron de tecnócratas durante la Dictadura del General Franco; mutaron sin trauma alguno durante la transición, tornándose demócratas de UCD, Alianza Popular, Partido Popular y PSOE… Incluso se hicieron pasar por comunistas, y nos contaron que habían luchado contra Franco, en la clandestinidad y “corrido delante de los grises”.

En la actualidad, la casta parasitaria integrada por mediocres y malvados, capaz de todos los chanchullos imaginables, y de corrupciones morales, políticas, económicas, y de toda clase; sigue subyugando a España, y a los españoles, sometiéndola a políticas dictadas por organismos supranacionales.

Fallecido el “Caudillo”, dividieron a España como una tarta, y pusieron en marcha el engendro del “Estado de las Autonomías”, creando una inmensa burocracia, integrada por “mediocres inoperantes activos”, para seguir saqueando y arruinando a España y los españoles.

Y la gravedad del cáncer, del que venimos hablando, ha llegado a ser de tal magnitud que, hoy día, hablar de “soberanía nacional” resulta un sarcasmo cruel.

Volvamos de nuevo a Joaquín Costa:

Afirmaba Joaquín Costa, con absoluta rotundidad, en su obra “Oligarquía y caciquismo como forma actual de Gobierno en España, urgencia y modo de cambiarla”, que “no es nuestra forma de gobierno un régimen parlamentario, viciado por corruptelas y abusos,… sino, al contrario, un régimen oligárquico, servido, que no moderado, por instituciones aparentemente parlamentarias.” El parecido con la actual realidad española no es simple coincidencia. El caciquismo es una forma distorsionada de gobierno donde un líder político tiene un dominio total de los habitantes de un determinado territorio, ejercido en forma de clientelismo político. El cacique es una persona económicamente poderosa e influyente que se encarga de dirigir el voto en función de sus intereses.

En la España caciquil, los oligarcas se reparten el país por áreas de influencia política. Cada oligarca disfruta de su correspondiente feudo-taifa (léase “Comunidades Autónomas”). Los oligarcas se agrupan en asociaciones o “bolsas de empleo”, llamadas partidos políticos y hacen como que deliberan en las Cortes. En España más que Cortes y partidos políticos existe una caricatura de ambas cosas. Los grupos políticos no responden más que a intereses pasajeros y provisionales personales y particulares de grupos de interés (lobbys, o grupos de presión se denominan hoy) Por lo demás, el Parlamento no representa a la Nación. Las elecciones son organizadas por los que realmente gobiernan para obtener el resultado electoral apetecido…

Otra consecuencia del régimen oligárquico es la ausencia de una ciudadanía madura moral y políticamente: “España, como Estado oligárquico que es, no puede tener ciudadanos conscientes; electores, ni, por tanto régimen parlamentario, y porque no puede tenerlos no los tiene.” Como el pueblo español carece de madurez política, el sufragio universal también es una ficción…

De sus críticas tampoco se libran los medios de comunicación, la prensa dice Joaquín Costa, es responsable de la postración de España.

El diagnóstico de Joaquín Costa respecto del régimen salido de la Restauración Borbónica de 1876 puede serle igualmente aplicado al régimen de la Restauración de 1978. El parlamentarismo de la Restauración se ha convertido en un parlamentarismo de partidos. Los partidos no tienen estructura democrática. Son órganos del Estado. Están subvencionados por el Estado y están fuera del control de los ciudadanos.

La corrupción se ha instalado como forma de gobierno en España. El actual régimen se podría afirmar sin exageración que es un Estado corrupto. No es posible ejercer castigo electoral frente al gobernante corrupto. Existe una especie de servidumbre voluntaria del electorado.  Además, las personas de los partidos políticos son prescindibles, se pueden sustituir, los partidos no. Los ingredientes de esa oligarquía, de la que venimos hablando, son los partidos y su articulación gubernamental, parlamentaria, judicial, autonómica y municipal. Esta oligarquía posee en torno a sí a organizaciones satélites: asociaciones, “oenegés”, sindicatos, fundaciones, etc. Las subvenciones gubernamentales, cuidadosamente concedidas, impiden cualquier tentación de independencia o de ataque al régimen o al gobierno de turno.

Generalmente, en las elecciones nada se decide. Los programas de los partidos se parecen cada vez más, y por tanto las elecciones no responden a la voluntad popular. Las elecciones adquieren cada vez más un creciente carácter plebiscitario y se convierten en un acto de adhesión inquebrantable al régimen. Los electores se identifican sentimentalmente con el jefe del partido. La voluntad popular es una retórica vacía e incluso cínica, que expresa el dominio absoluto de los partidos sobre las instituciones y la sociedad. Estos partidos designan a los candidatos y se reparten el poder institucional del Estado, así como sus territorios siguiendo cuotas electorales. El sistema lo deciden las direcciones de los partidos políticos.

¿Son todos los políticos profesionales unos golfos?

Sin duda alguna, a la única conclusión a la que uno puede llegar es que los partidos políticos (aunque quizá hay alguna excepción marginal, e insignificante) consideran que el fraude, la malversación de fondos públicos, el robo, la estafa, y tantas tropelías más de las que nos hablan un día sí y el otro también los medios de información, son “daños soportables”.

Cualquier persona que esté medianamente informada, sabe perfectamente que en España sigue habiendo, aunque de forma menos descarada, un régimen político idéntico al que hace un siglo se denominaba “turnismo”.

¿Cómo, si no, se puede entender el pacto entre el PP y el PSOE para sucederse en el poder durante años y que ha culminado en el relevo de Rajoy por parte de Pedro Sánchez, sin que el PP haya opuesto la menor resistencia?

Quienes hayan llegado hasta aquí, dirán que estoy olvidándome del fraude electoral, a la hora de los escrutinios, del recuento de votos. Efectivamente, para que las cosas salgan como a los que cortan el bacalao tienen previsto, de vez en cuando se recurre al fraude; sí, aquello del pucherazo que, como ya contaba viene de antiguo, y se ha convertido en una tradición en España. El pucherazo era un elemento imprescindible cuando el turnismo, y lo siguió siendo durante la Segunda República Española, que para empezar, echó a andar con fraude, pues aquellas elecciones municipales tras las que Alfonso XIII abdicó, no fueron ganadas por los partidos republicanos, y como lo que comienza torcido, luego es difícil de enderezar, fue la práctica corriente durante aquel quinquenio, y cuando no se recurría al pucherazo, se recurría a la insurrección, como en 1934, y más tarde nuevo pucherazo en 1936… y no me lo invento, los historiadores serios así lo atestiguan.

Y ya, en plena “democracia”, tras la transición, siempre ha revoloteado algo más que sospechas en todos los comicios convocados, y cuando no, siempre cabía alguna forma de “golpe de estado” (aquel 11 M, de los atentados de los trenes de Atocha).

En España siguen votando los muertos, hay gente que vota varias veces, al estar empadronada en varios municipios al mismo tiempo. Y un largo etc. Todo ello, a pesar que ya estemos en el siglo XXI y la era de la información…

Respecto del sistema de recuento de cualquiera de las elecciones que se convocan en España, sean municipales, regionales, nacionales o europeas, son muchos los gobernantes que presumen de que el procedimiento utilizado en España es uno de los más rápidos, eficaces, transparentes del mundo; cualidades que dicen, están suficientemente contrastadas… pero, son muchos los españoles -demasiados- que opinan lo contrario y consideran que nuestro sistema electoral, en lo que respecta al escrutinio es uno de los sistemas más fácilmente manipulables.

Esa es la opinión de Christian Avilés, un barcelonés que tras estrenarse como presidente de mesa, en 2016, contó su experiencia, después de quedarse perplejo y realmente decepcionado.

Efectivamente, después de ejercer de presidente en una mesa de Barcelona durante la jornada electoral, Avilés se decidió a contar su experiencia vía Facebook, relatando las muchas posibilidades de manipular el resultado final del voto.

Según su relato, que ha sido ampliamente compartido en la red social, Avilés cuenta que en el momento del recuento los datos no cuadraban, algo a lo que los interventores no le dieron ninguna importancia: La responsable de la junta electoral insistía en que ‘eso es normal, nunca cuadra’. Yo le he dicho que tenía que cuadrar, a lo que dice: ‘Es igual, en este caso los votos que no se encuentren se ponen en blanco y ya está’».

 “Luego -sigue relatando- se ha acabo uniendo a la fiesta el apoderado del PP, que insistía en declarar los votos que faltaban como votos en blanco, ‘vamos, lo que se hace siempre’”. La sorpresa llega para Avilés cuando ante la pregunta que si se hiciera así, no cuadrarían en recuentos posteriores de comprobación. “Ahí ha venido mi primera sorpresa, me dicen: ‘¿Qué cuadrar?, si ahora cuando firmes el acta todos estos votos van a la basura’, y digo: ‘¿Cómo? ¿No los tengo que llevar al juzgado escoltado por la policía?’, y me dicen: ‘Claro que no, tú a los juzgados llevas sólo las actas con los resultados finales’”.

La situación lleva a este presidente de mesa a calcular que en pueblos o ciudades pequeñas, “donde todos se conocen”, no parecería haber problemas en que se juntaran “los tres de la mesa” y rellenaran “lo que les sale de los huevos porque no hay que entregar luego los votos para demostrar nada”. Ante este hecho, Avilés reflexiona: “Si hubiera querido, yo mismo hubiera alterado los resultados, pues en muchos ratos del día hemos estado solos en la mesa dos personas”.

Manipulación del voto por correo

Este testimonio sigue su relato asegurando que aún habría sido más fácil manipular el voto por correo, porque “el control es mínimo, por no decir en algún momento nulo”. “Quién me dice que en uno de esos pueblos de la España profunda no cogen todos los sobres de correo y los cambian por otros. Están todo el día encima de la mesa y nadie los custodia”, se pregunta.

Finalmente relata el recuento del voto al Senado, marcando X a cada candidato votado pero sin luego confirmar que el conteo es correcto. “Las papeletas del Senado también van todas a la basura”, añade, por lo cual, tras poner X “durante una hora y contándolas después, nadie ha comprobado que estuviera bien”.

Ante todos estos hechos, Avilés concluye que es fácil entender “por qué gana las elecciones un partido corrupto y por qué no quieren hacer que el voto sea electrónico”, ya que a su parecer, este sistema sería “demasiado fiable”.

Al testimonio de Christian Avilés, podemos añadir la multitud de denuncias presentadas ante los tribunales por la PLATAFORMA DE ELECCIONES TRANSPARENTES respecto de las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019, primero respecto de la concesión irregular (a dedo y sin publicidad) del escrutinio a la empresa INDRA que, acabó realizando el recuento, y más tarde respecto del Escrutinio General por no haberse realizado conforme dispone la LOREG (Ley Electoral), pues como máximo se cotejaron los datos de unas pocas actas de escrutinio con los facilitados por INDRA, en lugar de hacer el RECUENTO MANUAL TOTAL al que obliga la Ley. Y todo ello pese a que la Junta Electoral Central (JEC) dio instrucciones precisas a las Juntas Electorales Provinciales de cuál es la forma correcta de realizar el Escrutinio General en forma manual.

Y ante este sombrío panorama, ¿qué cabe hacer?

Pues, evidentemente empezar a coger el toro por los cuernos. Para tal cosa, sería bueno tomar en consideración las medidas que propone la Plataforma de Elecciones Transparentes en la carta que ha enviado a Isabel Díaz Ayuso como presidente en funciones de la “Comunidad de Madrid”:

A LA PRESIDENTE EN FUNCIONES DE LA COMUNIDAD DE MADRID

Estimada señora presidente:

Nos dirigimos a usted para comunicarle que la ASOCIACIÓN PLATAFORMA ELECCIONES TRANSPARENTES (APET), organización sin ánimo de lucro cuyo principal fin es vigilar los procesos electorales para velar por su transparencia y conseguir la auditabilidad de los resultados, está diseñando su estrategia para evitar que en las Elecciones Autonómicas a la Asamblea de Madrid convocadas para el día 4 del próximo mes de mayo se produzca, como ha ocurrido en anteriores comicios, un posible fraude que adultere los resultados de las votaciones en detrimento de las expectativas que las encuestas más fiables pronostican para los partidos que defienden la unidad de España y están en contra de la nefasta política de quienes detentan el actual Gobierno de la Nación. Y decimos detentan y no ostentan porque consideramos que lo vienen ocupando ilegalmente como consecuencia de un presunto fraude electoral de dimensiones gigantescas.

Permítanos que le detallemos las principales actuaciones que deberían realizarse para evitar el fraude previo al día de las votaciones y el que pudiera tener lugar durante el desarrollo de todo el proceso:

1ª) Es preciso que la policía evite que los actos electorales se desarrollen en un clima de extrema violencia, con agresiones, amenazas y coacciones a los partidos que no apoyan al actual Gobierno de España.

2ª) El Gobierno de la Comunidad debe denunciar, y si es posible impedir, la elaboración y difusión de encuestas falseadas favorables a los partidos afines al actual Gobierno de España.

3ª) Así mismo, debe contrarrestar con una adecuada campaña informativa la publicación y difusión de propaganda manipuladora por parte de los medios de comunicación social vendidos a los actuales responsables del Gobierno de España.

4ª) Debe investigarse el censo electoral para denunciar las posibles irregularidades y evitar manipulaciones fraudulentas.

5ª) Es muy importante que se vigile el voto por correspondencia ya que el actual Gobierno de España promociona el voto por correo y permite que no se cumplan los debidos requisitos de identificación y de adecuada custodia de los sobres.

6ª) Debe vigilarse que las Mesas Electorales se constituyan por un procedimiento aleatorio y no nombrando a sus miembros de forma arbitraria.

7ª) Es necesario procurar que los Colegios Electorales se ubiquen en unos locales adecuados cuyas instalaciones estén dotadas de todos los elementos imprescindibles para garantizar la intimidad de los votantes.

8ª) Debe vigilarse para que no se oculten o destruyan las papeletas de los partidos opuestos a las políticas del actual Gobierno de España.

9ª) Es conveniente insistir en la importancia de que en todas las mesas electorales haya representantes, apoderados e interventores nombrados por los partidos que no sean cómplices del actual Gobierno de España.

10ª) Conviene impedir que existan Mesas formadas solo por personas afines al actual Gobierno de España que puedan operar sin control alguno, sobre todo en las pequeñas localidades del territorio de la Comunidad de Madrid.

11ª) No debe contratarse a ninguna de las habituales empresas encargadas de transmitir los datos de las actas al sistema utilizado para el recuento informático provisional y, de hacerlo, es preciso vigilar que los datos transmitidos sean los correctos.

12ª) Hay que recordar a todas las Mesas Electorales la obligación de exponer públicamente copia de las actas en lugar visible de la parte exterior del local utilizado por los respectivos Colegios Electorales donde se hayan desarrollado las votaciones.

Y, sobre todo, debe vigilarse que al tercer día de las votaciones se inicie y se realice, hasta su conclusión, el Escrutinio General conforme ordena la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) aplicable según prescribe la Disposición Adicional Segunda de la Ley 11/1986, de 16 de diciembre, Electoral de la Comunidad de Madrid, en su versión vigente desde el 1 de enero de 2007.

Le pedimos encarecidamente que no permita el habitual fraude electoral que comporta no realizar el ESCRUTINIO GENERAL y aceptar como definitivos unos resultados provisionales, lo que impediría conocer la verdadera voluntad del pueblo soberano español censado en Madrid.

La APET, para hacer más efectiva su cruzada POR LA LIMPIEZA Y TRANSPARENCIA ELECTORAL, POR LA VERDAD Y CONTRA QUIENES PRETENDEN ROBARNOS LA SOBERANÍA POPULAR, se ofrece a colaborar con el Gobierno Autonómico que usted tan dignamente preside para evitar que las arteras actuaciones de quienes acostumbran a realizar toda clase de tropelías consigan adulterar el voto del pueblo soberano y adueñarse ilegalmente de las Instituciones de esa Comunidad.

Por lo expuesto,

Le SOLICITAMOS, señora presidente, que si acepta nuestro ofrecimiento nos conceda cuanto antes audiencia, personalmente con usted o con las personas que designe, cuyo fin sea concretar la mejor forma de alcanzar un acuerdo para que la colaboración propuesta resulte lo más eficaz posible.

Reciba un atento saludo, en Madrid, a quince de marzo de dos mil veintiuno.

Por la Junta Directiva de la APET,

El presidente,

José Miguel Alvarado Atienza

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