Irene Montero: «burros, burres y sobre todo… ¡¡¡burras!!!»

Nueva patada de la cónyuge de Pablo Iglesias al diccionario para defender «los derechos de todas, todos y todes»

Le hemos dado vueltas, pero al final, tras sopesarlo mucho, hemos llegado a la conclusión de que el hallazgo de Gonzaga Durán en OKdiario era insuperable y resume perfectamente, en tres palabras, lo que son el Gobierno PSOE-Podemos y los que les bailan el agua: ‘burros, burres y sobre todo… ¡¡¡burras!!!’

Lo de la ministra de Igualdad, borrica jefe, es surrealista. La consorte de Pablo Iglesias encarna la estulticia elevada a su enésima potencia.

En su empeño por utilizar el lenguaje que denomina «inclusivo», Irene Montero dijo textualmente lo que sigue:

«Hay que garantizar los derechos de todas, de todos y de todes en nuestro país».

Pues eso: burras, burros y burres.

«Todes» es, según Montero, el género neutro, el término que representa a los que no se sienten identificados con el «todas» ni el «todos».

Y ella, la que tiene el cargo de ministra no por méritos académicos o laborales sino por su condición de cónyuge de Pablo Iglesias, es una ‘burre’ del tamaño del casoplón de Galapagar.

Dice Montero que para ella siempre es un honor escuchar a Boti, su «querida directora» de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, «porque es una mujer que no solamente sabe de lo que habla y sabe de las políticas públicas que hay que hacer, sino que las ha experimentado en su propio cuerpo».

O sea, que Boti García ha experimentado en su propio cuerpo las políticas públicas que hay que hacer.

Mejor no preguntar en qué consistió el experimento.

La obsesión del Ministerio de Igualdad en patear el diccionario de la RAE es patológica.

Lo hace con nuestro dinero, lo que no deja de ser una utilización perversa de los recursos públicos.

Si Irene Montero quiere utilizar esa cosa que llama lenguaje inclusivo, que lo haga en su casa, pero dado que es un cargo público cuya nómina pagamos todos, no es mucho pedir que respete las normas ortográficas y se deje de estupideces.

Como pagamos su nómina entre todos, ni valen «todas» ni mucho menos «todes», que eso ya es rizar el rizo de lo absurdo.

Que se ponga de una puñetera vez a trabajar y deje de hacer el ridículo, porque la igualdad no se consigue acuñando memeces.

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