Informarse antes de decidir… una buena medida, tomar una buena decisión.

ANTONIO DE LA TORRE

Los lectores que tienen la deferencia de leer lo que cada semana comparto y que yo llamo “mis desahogos” –porque soy consciente de que mis artículos no pasan de eso–, saben el poco cariño que le tengo a las redes sociales, convertidas en un instrumento más de los que se valen los medios de manipulación masiva para dejar sus mensajes –de forma subliminal o directa–, que van causando estragos sociales crecientes en una masa cada día más aborregada e irreflexiva y menos formada y analítica –con honrosas excepciones, claro–. También, que la desinformación de fondo que provoca la sobreinformación efímera –las noticias perecen segundo a segundo por el “nacimiento” de la siguiente–, hace su efecto en una apariencia de “conocimiento” que produce millones de “expertos” en cualquier tema que se pretenda introducir, la mayoría de las veces no con muy sanas intenciones. Por último, y también, que pese a lo anteriormente dicho, las redes sociales existen y, por tanto, hay que seguirlas –con cuidado, eso sí– para tratar de contrarrestar, en una ínfima parte al menos –algo es algo–, las muchas falacias que van creando tendencia.

En esa línea, rescato algunas de las cosas que circulan por esas redes sociales. La primera, que resume lo que pienso y, por tanto, escribo y digo, consiste en una síntesis, desde un buen sentido del humor, que una chica hace en un vídeo como “comunicadora” de distintos medios. Empieza con un “Hola buenas, soy la presentadora de la 1 y vengo a ofrecerte las noticias de hoy: vacuna, incendio, vacuna, incendio, vacuna, crisis, crisis, vacuna, incendio… es tu culpa, es tu culpa, ignorante, es tu culpa. Por favor, cede todas tus libertades, para que yo pueda dominarte. Por favor, en nombre del bien común”. Continúa con “Hola buenas, soy la presentadora de la 5 y vengo… vacuna, incendio, crisis, es tu culpa, vacuna, incendio, cambio climático, socorro, es tu culpa. Por favor, cede todas tus libertades para que yo que lo sé todo, te las pueda solucionar”. Y sigue así con “Hola, buenas, somos los presentadores de La Sexta, superliberales, y todo lo hacemos por tu bien. Venimos a ofrecerte… vacuna, incendio, crisis,…, ignorante, es tu culpa… No eres capaz de hacer nada por ti solo, por favor, cede todos tus derechos a nosotros, que lo haremos por ti y por el bien común. Hasta luego, recuerda, no pienses, por favor, por el bien de todos, NO PIENSES POR TI MISMO”. Y así podría haber seguido con la 3, la 4 y toda la retahíla de autonómicas…, en una triste síntesis de lo que son muchas “informaciones” de esos medios, no menos tendenciosas y manipuladas que las de la gran mayoría de los hablados y escritos, digitales incluidos, aunque en algún caso muy menor, el manipulador sea distinto del global. Ahora tendría que añadir “volcán, tremor, piroclastos, cenizas”, que repiten cual papagayos sin saber muchas veces lo que dicen aunque, como A3, desplacen al lugar del suceso a casi todas sus estrellas meteorológicas y de “informativos”, que la foto bien vale el viaje.

Compartía hace poco el interesante documento de 42 páginas, Superstición y Ciencia en el Covid, que Fernando del Pino Calvo-Sotelo publicaba en su blog el 2 de Septiembre y que, de nuevo, invito a leer, subtitulado con una gran frase: “El antídoto del miedo es el conocimiento” y eso precisamente es lo que pretendo en algunos de mis, como antes decía, “desahogos”, llevar al mayor número posible de lectores –me doy por satisfecho con un 1% de los más de 16.500 que, potencialmente, lo reciben– la información bien estructurada que me llega y desde ahí y una vez analizada, reflexionada y, si cabe, sedimentada, que cada cual tome su decisión en su libre albedrío, lejos de dejarse llevar por lo que decía irónicamente la “comentarista” que citaba en el párrafo anterior en su magistral vídeo, por desgracia más real de lo que me gustaría y que, más científicamente, veremos después, con un documento sobre “psicosis colectiva”.

En esa línea, compartía también con mis contactos otro documento publicado por El Diestro: Estudio de la pandemia. Análisis científico independiente, éste de 225 páginas, en el que el Dr. en Ciencias Químicas Sergio J. Pérez Olivero, argumentaba sus investigaciones, en mi opinión de una forma extraordinaria, que resumía en las últimas nueve –213 a 221– con unas conclusiones científicas y legales que invito a leer a los que les pueda resultar más difícil, por la abundancia de datos, o pesada –les aseguro que no lo es, en absoluto– la lectura del documento completo.

El tercer documento, al que aludía dos párrafos antes, es un vídeo en Youtube del pasado día 21, Psicosis colectiva: cómo nuestra sociedad cayó mentalmente enferma (y cómo escapar de este delirio), en el que Jorge Benito expone toda un serie de reflexiones dignas también de ser escuchadas. Desde su introducción con “Nuestra sociedad ha caído mentalmente enferma. El aumento vertiginoso de patologías como el estrés crónico, la ansiedad y la depresión, que crecen año tras año, nos muestran que, como individuos, estamos perdiendo la capacidad de lidiar con las fuerzas de nuestra propia psiqué, y este debilitamiento está creando las condiciones perfectas para que ciertos poderes fabriquen una psicosis global”, pasando por la cita de Carl Jung“Cuando los individuos pierden su individualidad, pierden también su categoría intelectual y moral”, nos deja la esperanza de que “No todo está perdido” y en 24 minutos nos invita a descubrir “Cómo se fabricó este artificio colectivo de forma sutil y silenciosa”, las “Técnicas de manipulación que utiliza el poder” y “Cómo escapar”, respondiendo a la pregunta de “¿Qué podemos hacer para recuperar la cordura y la lucidez en un mundo que sufre de una enajenación a escala masiva?”. Muy interesante en mi opinión.

Me llegó también ese día una serie de tuits, lo que se conoce como un “hilo” en Twiter, en el que alguien que responde al avatar digital @ElImperioUnive1 explicaba desde “El Imperio contra la Dictadura del NWO” y bajo el epígrafe Vacunas COVID: El SIDA definitivo”, lo que según dos reconocidos patólogos, el Prof. Arne Burkhardt, Director del Instituto de Patología de la Universidad de Reutligen (Alemania) y el Dr. Walter Lang, Director del Instituto Cardiovascular LEZICA de Buenos Aires, habían comunicado en una conferencia de prensa cuyo vídeo desapareció de Youtube misteriosamente, y dejaba éste en alemán de otra plataforma, mostrando los resultados del análisis en diez fallecidos relacionados con las vacunas COVID, todos mayores de 50 años, y concluyendo que las muertes de cinco, muy posiblemente, y las de otros dos, probablemente, estaban relacionadas con las vacunas, la de otro no estaba clara y dos murieron por otras causas. También encontraron que en tres de ellos se habían provocado enfermedades autoinmunes muy raras y que “en todos los órganos, los linfocitos se habían vuelto locos”, con “acumulación anormal no sólo en músculos, corazón, riñones, hígado… sino que los tejidos habían sido masivamente atacados por los linfocitos, así como desprendimientos de células endoteliales, grupos de glóbulos rojos que desencadenan la trombosis y células gigantes que se habían formado alrededor de cuerpos extraños atrapados”, añadiendo que se perdía “el 90 por ciento de reacciones fatales a la vacuna”, que “existe una necesidad urgente de realizar más autopsias” y que “cada vez más científicos van atreviéndose a pronunciar el término tabú sobre el posible efecto de las llamadas ‘vacunas’: INMUNODEFICIENCIA, que el autor del hilo resume como “SIDA provocado”, pese a “La doctrina oficial” que dice “que anulan la producción natural de proteínas defensivas y la sustituyen por un mecanismo que las produce sin cesar y sin discriminar”.

Por último, y soy consciente de que la “tarea” que pongo es grande, citaré un documento más que me llegó el pasado martes: 30 datos que NECESITAS saber acerca de la SUPUESTA «pandemia» del Covid19, publicado por VOZ Ibérica, consistente en una magnífica recopilación de datos en los que aparecen numerosos enlaces que se pueden consultar. Sólo citaré el primero de los 30, que me parece transcendente: La tasa de supervivencia de «Covid» es superior al 99%. Casi todos los estudios sobre la tasa de mortalidad por infección (IFR) de Covid han arrojado resultados entre el 0,04% y el 0,5%, lo que significa que la tasa de supervivencia es, al menos, del 99’5%”. Añadiré que los datos de ayer del CSSE de la Universidad Johns Hopkins, a las 20:21, eran de 4’77 millones de muertes sobre 233 millones de casos positivos, lo que representa un 2’05% sobre estos y un 0’06% sobre la población mundial, por lo  que repito mi pregunta de otras veces ¿justifica esa baja incidencia la vacunación del 100% de la población? Que cada cual responda en conciencia.

Obviamente, aunque soy de Ciencias, pero no de la Salud, no tengo base científica suficiente para decir que haya que creer sin más lo que en esos documentos se dice, pero sí para entenderlos. Tampoco, por supuesto y como ya he escrito en otros artículos al respecto, niego la existencia del virus –o lo que sea, porque parece que sigue sin haberse podido aislar– que ha provocado –o ha sido utilizado para ello (algún día se sabrá)– la gran alarma que, desde los “medios de manipulación masiva” que antes citaba, se nos ha venido transmitiendo para tratar de conseguir lo que Joseph Goebbels decía en sus Principios de Propaganda Nazi, concretamente en el undécimo, inspirado en el fenómeno del “conformismo social”, el Principio de la Unanimidad que él definía como hacer creer que las ideas que se desea difundir gozan del consenso de toda la población”. En esa línea tratan también de convencer de que los críticos –“antivacunas” o “negacionistas” (“bebelejías” añade un conocido “vacunófilo”) lo simplifican ellos y sus “unánimes convencidos”– somos pocos, otra falacia. Lo que digo es que, desde mi modesta opinión y en base a lo que vengo leyendo, mucho mejor documentado que el mensaje de “vacuna, Covid, UCI, irresponsable, etc.”, con que nos bombardean sin más argumentos los medios y sus voceros, creo que sí merece la pena reflexionar sobre ello, aunque para eso hace falta tiempo, paciencia y, sobre todo, ganas de saber la verdad, sea una u otra. Y después, a decidir en el ejercicio de nuestra LIBERTAD, como decía al principio

En fin, termino con un poco de humor no exento de realidad, reflejada en dos memes de los muchos que rezuman imaginación y que circulan por esas redes de nuestros pecados, que citaba al principio. En el primero, un chimpancé, cogiendo por el cuello a un humano, se lo acerca para decirle al oído: “Ni a la industria farmacéutica ni a tu gobierno ni a los medios de comunicación, les importa tu salud… Investiga en medios no oficiales”. Lo que en definitiva, vengo recomendando desde que escribí por primera vez sobre estos temas. En el segundo, una mujer pensativa, con gestos serios de asombro ante fórmulas de figuras planas, esféricas o de funciones cada vez más complejas y curvas asintóticas, concluye: “Los protegidos necesitan estar protegidos de los no protegidos, obligando a los no protegidos a usar la protección que no protege a los protegidos”, genial trabalenguas que resume el despropósito reinante, digno del que creó aquel otro del “desengarabintintulador que lo desengarabintintulare…”, ante aquel cielo que aparecía “engarabintintulado”.  Pues eso, a leer y a reflexionar para apartar los miedos y obrar en consecuencia.

FUENTE: https://www.eldiestro.es/2021/09/informarse-antes-de-decidir-una-buena-medida/

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