¡Hombres, heterosexuales, estaos ojo avizor, no bajéis la guardia ante la «perspectiva de género» y sus leyes totalitarias y liberticidas!

CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN

Desde que cayó el muro de Berlín, en 1989, la izquierda se quedó sin discurso, y la derecha boba también. Desde entonces adoptaron la jerga, el discurso y la ideología denominada «perspectiva de género». La «perspectiva de género» es hija del marxismo, o mejor dicho del «engelismo», pues se inspira en el libro «El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado» de Federico Engels, mecenas de Carlos Marx.
La perspectiva de género ha calcado el esquema marxista de la lucha de clases y lo ha sustituido por la lucha de sexos, esquema en el que los explotadores, sojuzgadores, dominadores, culpables de todo mal, sea pasado, presente o futuro, son los hombres, varones (independientemente de su circunstancia personal, formación, clase social…) y la clase social dominada, sojuzgada, explotada, está integrada por las mujeres…
El marxismo-engelismo es fundamentalmente una doctrina basada en el odio, y durante siglo y medio ha divulgado con gran habilidad, y un gran éxito, que toda persona que tenga la feliz ocurrencia de poner en marcha una empresa para producir bienes y/o servicios es un ser canalla, despreciable, un bruto irracional, sin escrúpulos, capaz de hacer lo inimaginable para conseguir el máximo lucro, el máximo beneficio… y que quienes trabajan para ellos deben odiarlos con todas sus fuerzas…
Siguiendo su mismo esquema, el feminismo de género, alienta abiertamente, promueve y ejerce la misandria (odio a los hombres) considera a los hombres como los enemigos a vencer. Por supuesto, el feminismo de género es contrario a la institución familiar y al matrimonio convencionales, y evidentemente partidario de destruirlos.
Esta clase de feminismo (actualmente el más influyente, sin duda) proclama que todos, hombres y mujeres, nacemos «iguales», y pretende también anular las diferencias naturales entre los sexos. La tesis central del feminismo misándrico, también llamado femiestalinismo y feminazismo, es que el hombre, como ‘género’ -sexo psicosocial- es el que ha mantenido a las mujeres dominadas y sometidas a lo largo de toda la Historia de la Humanidad (lo que denominan patriarcalismo o falocentrismo).
La principal actividad del feminismo de género, es propagar odio hacia los hombres, de tal magnitud que desean su esclavitud, castración, encarcelamiento, exterminio… todo lo cual hacen extensivo a las mujeres que no se adhieren a su «causa», y a las que consideran cómplices del «patriarcado».
El feminismo de género es una nueva versión del Génesis Bíblico, según la cual los hombres, varones, son los culpables y únicos responsables de todo lo malo presente, pasado o por venir; y las mujeres la personificación de la bondad, y además, todas ellas seguidoras de Mahatma Gandhi.
¿Teme usted ser tildado de enemigo de la causa de las mujeres, de machista, de misógino, de cómplice del patriarcado, cómplice de los maltratadores, «neomachista», etc.?
Pues, a lo largo del año hay multitud de fechas, en el calendario feminista, especialmente los días 25 de noviembre y 8 de marzo, en los que usted tendrá la oportunidad de dar testimonio y significarse públicamente, de su rechazo a todo lo que huela a heterosexual (aunque seamos más del noventa y siete por ciento de la población), de todos modos, cualquier día es válido para que usted pida perdón por haber nacido hombre y proclamar públicamente que ya ha iniciado el camino para ir al encuentro de su lado femenino… Sí, de veras que es patético que ya haya multitud de hombres que tienen esa actitud durante todo el año, y que entre otras cosas nos hacen responsables a los restantes varones de una supuesta ‘deuda histórica’ con las mujeres.

«El hombre se hace feminista cuando no sabe ya cómo agradar a las mujeres. La mujer se hace feminista cuando ya no sabe cómo agradar a los hombres». Enrique Jardiel Poncela.

¿Acaso usted es de la opinión de que para combatir la misoginia, hay que fomentar la «misandria», la «androfobia», hay que «feminizar a los hombres, varones» y hay que «ayudarlos a encontrar su lado femenino, la nueva masculinidad»…?
Pues, si usted es de los que hoy procesionen por las calles de España, apoyando las convocatorias del lobby feminista de «género», debemos concluir que, usted como muchos otros hombres, ha ido interiorizando que es un gran pecado, una barbaridad, «atacar a las mujeres», incluso si esas mismas mujeres adoptan un discurso disparatado y delirante en su afán de machacar de forma bestial a los hombres.
Si usted es de los que acuden a apoyar al lobby feminazi en las manifestaciones y concentraciones diversas que los y las femiestalinistas degenerados y los miembros de los cárteles mafiosos -autodenominados «partidos políticos»- convocan un día sí y el otro también, «contra las violencias machistas», debemos sacar como conclusión que, usted, hace tiempo que «vio la luz»; a la manera de Pablo de Tarso que, cuando hacía el camino de Damasco cayó en tierra, y cegado por la luz divina, se pasó sin vacilar al Cristianismo… y ha acabado convirtiéndose en un converso al feminaziestalinismo degenerado.


¿Debemos entender que usted es de la opinión de que si se es varón, sólo caben dos cosas, ir constantemente pidiendo perdón –cada vez que uno abre la boca- por haber nacido hombre, o manifestar, que uno está en camino de redimirse y que ya ha entrado en contacto con su lado femenino, y que todos los hombres (¡¡¡qué malos somos, por el hecho de ser hombres!!!) debemos pasar por el purgatorio feminista, para pagar la deuda histórica que tenemos contraída con las mujeres, después de siglos, milenios de sojuzgamiento, opresión, marginación… a las que las sometieron nuestros ancestros…?
Sepa usted que, el mayor fraude de esta «doctrina» de la que usted es converso ¿o aún es catecúmeno? es asumir que la agenda propuesta por las feministas, se realiza en verdad para beneficio de la totalidad de las mujeres.

Si el feminismo fuera sinceramente liberador, promovería relaciones armoniosas entre ambos sexos y fortalecería a la familia; sin embargo, la agenda feminista, al hacer lo contrario, perjudica a la mayoría de las mujeres, y por descontado a los hombres. Como resultado de una eficaz propaganda (todo hay que decirlo) divulgando falsedades y medias verdades, la gente de buena voluntad, la gente «educada» ha ido aceptando todo el discurso demencial del feminismo de género, sin hacer apenas cuestionamientos…
Sepa usted que está apoyando, con su actitud de cobardía, la política antifamilia y contraria a la vida que, promueven las asociaciones de mujeres más fanáticas, con razón las denominan «feminazis» y «femiestalinistas» en nuestro entorno cultural…
El Título Preliminar de la ley de Violencia de Género, de 28 de diciembre de 2004 (día de los Santos Inocentes en el santoral católico) establece que cualquier relación heterosexual es una relación de dominación y sumisión, de «poder de los hombres sobre las mujeres»; o sea, que cualquier mujer que se relacione con un hombre es tonta, porque elige la desigualdad.
La idea de que algo cruel pueda ser beneficioso para alguien, es una absoluta inmoralidad. 

¿Qué responsabilidad tenemos los hombres, en general, de que algunas mujeres hagan una mala elección y vayan al encuentro de algún energúmeno?
La LVIOGEN, ley de «violencia de género» de 28 de diciembre de 2004, afirma sin rubor que los hombres tienden a establecer relaciones de «dominación» con las mujeres, relaciones «desiguales», intrínsecamente «violentas», que los hombres tienden sistemáticamente a vejar a las mujeres, sojuzgarlas… e incluso que cualquier relación sexual consentida entre hombre y mujer es equiparable a una violación. 

Por supuesto, la perversa y totalitaria ley de «violencia de género» afirma que la violencia -como la mendacidad- es propia de la condición masculina, y que las mujeres, como buenas seguidoras de Mahatma Gandhi, tienden a resolver sus diferencias con los demás de manera pacífica y mediante el diálogo.

Quien lea esto se preguntará que cómo pudo aprobarse semejante disparate en el Congreso de los Diputados de España; pues «así» fue, de forma entusiasta, aprobada por los representantes de todos los partidos con representación en las instituciones… No se olvide que, en este aquelarre del 28 de diciembre de 2004 también participaron los diputados del Partido Popular, de los cuales muchos ahora militan en VOX.
No hay día que no me encuentre con alguien que me diga que la LVIOGEN -ley de violencia de género de 28 de diciembre de 2004, día de los Santos Inocente- fue creada con la noble intención de «proteger a las mujeres en situación de riesgo de sufrir violencia en el entorno conyugal/familiar»… Pero, «casualmente» nadie se ha leído la perversa ley antihombre, antifamillia… la mayoría de la gente (salvo que haya sido víctima de la LVIOGEN) ignora que la misma priva a los hombres de la presunción de inocencia, del derecho al habeas corpus, y más derechos constitucionales, y que la perversa y liberticida ley ha creado tribunales de excepción en los que sólo se juzga a los hombres, se les condena con la palabra de la mujer supuestamente maltratada, como única prueba, y se les sanciona más severamente que a las mujeres, en caso de cometer el mismo delito…
¡La ignorancia es muy osada, aparte de peligrosa, y conduce a decir tonterías!
¿Si en España la media anual de muertes, de personas adultas, por disputas de pareja (generalmente de hombres y mujeres inmersos en procesos de ruptura matrimonial) no suele superar las 100 personas, y alrededor del 60 por ciento son mujeres, por qué merecen más atención esas aproximadamente 60 mujeres muertas, que las otras 40 personas muertas, varones, por el mismo motivo, y en el mismo contexto?
Por otro lado, ¿Por qué es tan importante este asunto, y no otros asuntos por los que se producen mortandad en España, pongo por caso por accidentes de tráfico, o por consumo de alcohol?
También podríamos hablar de muertes de menores debidas a maltrato, desamparo, y negligencias….. ¿A que no sabes cuál es el sexo predominante entre los adultos autores de infanticidios y maltrato a la infancia?
Casualmente estamos hablando de mujeres…
Otro tanto ocurre en el maltrato y muerte de personas ancianas…
Permítame que le diga que, usted es de los muchos que han perdido el norte…
¡Es triste, muy penoso que haya hombres «educados», de mente abierta que no sepan diferenciar donde acaban los derechos de las mujeres, y dónde empiezan a violarse los derechos de los hombres…!

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