Es imprescindible votar a Isabel Díaz Ayuso el 4 de mayo, para iniciar el desalojo de los social-comunistas del gobierno de España

Sí, es necesario votar a Isabel Díaz Ayuso, aunque no estés plenamente conforme con ella y su gestión, pues es la única manera de preservar la democracia, los derechos individuales, el libre mercado, el humanismo cristiano y muchos de los valores que cualquiera de los españoles decentes considera irrenunciables…

Confieso que yo fui uno de los casi 11 millones de españoles que confiaron en Mariano Rajoy, en sus promesas más tarde incumplidas, cuando el Partido Popular, con él al frente, nos hablaba de recuperar la sensatez, la decencia, y tantas cuestiones que se habían perdido durante las dos legislaturas que gobernó el PSOE en España, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente.

Cuando le retiré mi confianza al PP «rajoyano» yo fui, también, de los que retaba a cualquiera que aún siguiera apoyándolo a que me indicara una, una sóla de las promesas realizadas durante la campaña electoral de noviembre de 2011 que, no hubiera sido incumplida… Por supuesto, nadie fue capaz de nombrarme alguna promesa no traicionada. Tambien estuve entre los que pensaban que VOX (fundado y dirigido por Ignacio Camuñas y Alejo Vidal Cuadras, entre otros) podía ser una opción necesaria, imprescindible, tras las múltiples traiciones del PP «rajoyano» y sus políticas socialdemócratas que, acabaron abriéndole la puerta al PSOE, «podemos», etarras y separatistas, además de regalarles las diversas televisiones… Hasta llegué a afiliarme a VOX e implicarme profundamente… hasta que, Abascal y sus secuaces dieron un «golpe de mano» y conviertieron a VOX en un chiringuito autoritario, opaco, una estafa ideológica y piramidal, irreconocible… cuyo único interés es estar presente en las instituciones, para parasitar, para vivir de nuestros impuestos, aunque se envuelvan en la bandera de España, hagan sonar el himno nacional al final de sus mítines y se enzarcen en discusiones y disputas estériles con los estalinistas seguidores de Pablo Iglesias…

Sí, confieso que yo fui de los que le retiró la confianza al PP, porque soy un firme defensor de la institución familiar, y estoy en contra del aborto, y a favor de la vida. Sí, confieso que yo fui de los que le retiró la confianza al PP porque estoy en contra de que los poderes públicos se entrometan en la intimidad y la cotidianidad de los ciudadanos, y nos impongan cómo hemos de comportarnos, hasta cómo hemos de amarnos. Sí, confieso que yo fui de los que le retiró la confianza al PP por ser un firme defensor de la idea de que educar es una competencia de la familia y no de los políticos…

Sí, confieso que yo fui de los que le retiró la confianza al PP «rajoyano» porque soy «heterosexual confeso» y considero que, el escaso tres por ciento de homosexuales no tiene derecho a imponernos formas de conducta de ninguna clase, y menos aún la denominada «perspectiva de género», ideología absolutamente liberticida y totalitaria cuyo objetivo último es acabar con la civilización occidental judeo cristiana.

Sí, confieso que yo fui de los que apoyó al PP «rajoyano» el 20 de noviembre de 2011, y transcurrido el tiempo, acabaron retirándole su confianza, entre otras muchas cuestiones porque, estando en la oposición, el notario y político gallego recurrió ante el Tribunal Constitucional la Ley del Aborto de 2010, y cuando llegó a Moncloa pidió calma al Tribunal Constitucional y sólo hizo una mini-reforma del consentimiento paterno para menores de 16 años.

Bueno es recordar que el PP acabó olvidándose del recurso… y el T. C. sigue aún -transcurrida una década- sin dictar sentencia.

Pues sí, el abortero Mariano Rajoy hizo el paripé y se hizo pasar por un activista pro-vida cuando gobernaba Zapatero, estando él en la oposición, pero con el paso de los años se quitó la careta, y cuando llegó al palacio de La Moncloa acabó expulsando del PP, invitando a marcharse o marginando a los miembros de su partido que sí eran defensores de la vida y tenían una postura antiaborto.

Sí, confieso que yo fui de los que apoyó al PP «rajoyano» el 20 de noviembre de 2011, y transcurrido el tiempo, acabaron retirándole su confianza, porque, contando con mayoría absoluta no llevó a cabo la reforma de la justicia que había prometido, empezando por acabar con la politización del Consejo General del Poder Judicial, que finalmente acabó repartiéndose con el resto de partidos con representación en el Congreso de los Diputados…

Sí, confieso que yo fui de los que apoyó al PP «rajoyano» el 20 de noviembre de 2011, y transcurrido el tiempo acabaron retirándole su confianza, pues, a pesar de haber prometido lo contrario, el gobierno de Mariano Rajoy acabó blanqueando a los separatistas y etarras, permitió que aumentaran su presencia en las intituciones, y por tanto su capacidad de influencia, los subvencionó y nada hizo para recuperar el estado unitario, recentralizar las competencias transferidas estúpidamente por José María Aznar a los gobiernos regionales; el gobierno de Mariana Rajoy ( a pesar de tener mayoría absoluta, aplastante) renunció a reorganizar la administración del Estado, dar por finalizado el experimento del “estado de las autonomías”, recuperar el mercado único, crear una única oficina gubernamental de contratación de bienes y servicios, y un largo etc.

Algunos que, hayan llegado hasta este párrafo también pensarán que, es difícil olvidar que recientemente, el Partido Popular ha dado su apoyo en el Congreso de los Diputados a la ley Orgánica de Protección del Menor presentada por el gobierno social-comunista de Pedro Sánchez,… sin duda, es necesaria una ley para proteger a los menores; pero no cualquier ley, pues la aprobada, con el apoyo del PP, no es ni remotamente aceptable. El texto, en diversos de sus artículos, está viciado por la ideología liberticida y totalitaria denominada «perspectiva de género», y lo más grave es que la ley  se otorga al gobierno la potestad de educar moralmente a nuestros hijos, como también hace la ley de educación, también conocida como «ley Celáa».

Evidentemente, el PP al no oponerse a todo ello, demuestra que, o no posee una alternativa cultural y moral frente a los supuestos valores de la izquierda, o en nada se diferencia del PSOE y de «podemos». Claro que, al Partido Popular todavía le queda el Senado para demostrar  que sí que es capaz de proteger a la infancia sin las aberraciones que contiene la ley promovida por la izquierda… Habrá que verlo.

En fin, podría seguir enumerando más «peros», más razones para no dar apoyo al partido popular… pero, a pesar de todo, pienso (a riesgo de ser tildado de incoherente), que es imprescindible votar a Isabel Díaz Ayuso el 4 de mayo, para iniciar el desalojo de los social-comunistas del gobierno de España.

Isabel Díaz Ayuso está demostrando que es la persona indicada para aglutinar a todos los españoles decentes, a los que no tienen complejos y afirman sin tapujos que son de derechas, liberal-conservadores, democristianos, social-cristianos… a los españoles decentes que, no se sienten representados en las instituciones, a los españoles decentes que consideran que las diversas agrupaciones políticas han renunciado a todo lo que muchos consideramos irrenunciable.

Isabel Díaz Ayuso está demostrando capacidad para ser una opción de gobierno, primero en la «comunidad de Madrid» y después en el resto de España, de manera que volvamos al buen camino, recuperemos la sensatez, y abandonemos la ruta emprendida por el gobierno frente-populista, social-comunista, de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Isabel Díaz Ayuso viene demostrando que ha logrado rodearse de por personas capaces de ilusionar, de seducir y de movilizar a los buenos españoles, a los españoles decentes.

El próximo día 4 de mayor, los madrileños no deben olvidar tampoco que, la Historia de la Humanidad, y especialmente la contemporánea, ha demostrado sobradamente que la vida de las personas, de las naciones, de los pueblos, nunca ha mejorado con ningún gobierno o sistema colectivista, intervencionista, con planificación centralizada de la economía; sino que han sido la causa principal de la miseria, la pobreza, el hambre… y también, no se olvide: la guerra. Y, por supuesto, cuando gobiernan políticos colectivistas, socialistas, comunistas, siempre están los que se aprovechan de tal sistema: la burocracia gobernante, un puñado de miserables, de mediocres, charlatanes, embusteros… que, incapaces de competir en un mercado libre, extorsionan, exprimen a los ciudadanos (gozando asombrosamente, en muchos casos de un inmerecido prestigio) y se permiten una vida de lujo y despilfarro, a costa del sudor de los pobres y, en muchos casos, a costa de la sangre de los ricos, y no tan ricos.

El próximo día 4 de mayor, los madrileños no deben olvidar tampoco que, esos que ahora hablan de que hay que elegir entre ellos y el «fascismo», son quienes abandonan a sus conciudadanos en las situaciones difíciles y los condenan a la hambruna, a la pobreza, a la miseria, o incluso al genocidio, o a una mortandad nunca conocida (como viene sucediendo durante el “estado de alarma”); ellos son a los que nunca verán renunciar a su poder, renunciar a sus enormes privilegios; ellos son las personas por las que los demás estamos siendo sacrificados.

 Y, y a para terminar, permítaseme una pregunta íntimamente relacionada con todo lo que vengo exponiendo: ¿Alguien puede aún pensar que quienes controlan los dineros de la UE van a darle carta blanca al gobierno social-comunista de Sánchez e Iglesias para que gestionen y dispongan a placer de los millones de euros que han prometido que, harán llegar a España a lo largo de los próximos meses?

Por ello es imprescindible que quienes gestionen el dinero destinado a impulsar la economía española sean gestores que inspiren confianza, debido a su –insisto- probada experiencia en la gestión de dineros ajenos. Y para que suceda tal cosa, lo primero es vencerlos en Madrid el próximo día 4 de mayo, para posteriormente desalojarlos del gobierno de España.

Madrileños: no les quepan dudas, es imprescindible votar a Isabel Díaz Ayuso el 4 de mayo, para iniciar el desalojo de los social-comunistas del gobierno de España.

Luego, llegará el momento de plantear, y recordarle a Isabel Díaz Ayuso todo lo que muchos españoles decentes consideramos cuestiones irrenunciables.

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