En España cada día somos más pobres a pesar del triunfalismo del gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y sus secuaces.

CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN.

Extremadura, Canarias y Andalucía son las regiones españolas con mayor riesgo de pobreza o/y exclusión social

el porcentaje de hogares españoles que no pueden comer carne, pollo o pescado al menos una vez cada dos días alcanza ya a más del 6,7 por ciento el porcentaje de familias que no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada es superior al 21 por ciento.

España, el país de la Unión Europea con peor nota en cuanto a pobreza infantil según Unicef. España es el segundo país europeo con mayor tasa de niños viviendo en hogares bajo el umbral de la pobreza, con un porcentaje cercano al TREINTA POR CIENTO, más de dos millones y medio de niños, índice en el que sólamente nos superan algunos países como Rumanía. 

Los invito a leer un texto de Juan Ramón Rallo sobre la situación de la pobreza en España, publicado en https://www.larazon.es/opinion/pobreza_2024030765e8fcfedac8310001fab21c.html hace apenas una semana. En él nos habla del enorme índice de pobreza de la actual España frente al triunfalismo del gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y demás enemigos de España.

También les recomiendo que lean acerca de la denominada «tasa AROPE» para que sepan un poco más respecto de cuando algunos nos hablan de pobreza y quienes son «los pobres»…

En principio, es bueno diferenciar entre pobreza y desigualdad, así como tener en cuenta el porcentaje de población que se aleja del sesenta por ciento de la renta media de una país, con independencia de que tal situación dé acceso a malas – o buenas- condiciones de vida según esa renta mediana.

También habría que tener en cuenta la densidad de empleo, la cual se mide en referencia al tanto por ciento del trabajo en los hogares, teniendo en cuenta el número de personas en edad de trabajar.

Dos variables que hay que tener en cuenta, asumiendo que las mediciones de pobreza a través de los ingresos o de la densidad de empleo no son fáciles de medir y hay que tener en cuenta, además, otros factores.

Vamos a dejar a un lado la tan manoseada «desigualdad» y nos centraremos en las de situaciones de carencia de acceso a bienes y servicios, capacidad de compra, etc.

Según se suele considerar generalmente, una persona es pobre si no dispone de un mínimo de bienes materiales necesarios para llevar una vida digna en una sociedad concreta.

La Unión Europea mide cada año, con la tasa AROPE (At risk of poverty and/or exclusion), el riesgo de pobreza y de exclusión social.

ALREDEDOR DE 13 MILLONES DE ESPAÑOLES EN 2023

El indicador combina elementos de renta, posibilidades de consumo y empleo. Es decir, una persona está en situación AROPE si cumple al menos uno de los tres criterios siguientes: 1. Está en riesgo de pobreza. 2. Está en situación de privación material severa (PMS). 3. Vive en un hogar con baja intensidad de empleo (BITH).

La carencia material severa es el porcentaje hogares que no pueden permitirse al menos cuatro de nueve situaciones económicas que se determinan a continuación:

1) No puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año. 2) No puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días. 3) No puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada. 4) No tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (de 650 euros). 5) Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad…) o en compras a plazos en los últimos 12 meses.6) No puede permitirse disponer de un automóvil. 7) No puede permitirse disponer de teléfono. 8) No puede permitirse disponer de un televisor. 9) No puede permitirse disponer de una lavadora.

Si medimos la pobreza como hogares con carencia material severa, porcentajes de familias que no pueden hacer frente a gastos fundamentales, tenemos que decir que la pobreza en España ha aumentado tremendamente.

El 8, 9% de los hogares españoles viven con carencia material severa. En el 2019, España estaba en el 4,7% por ciento. En el peor momento de la crisis económica, en 2014, era del 7, 1% .

No pueden permitirse comer carne pollo o pescado dos días a la semana, 6,7 % . Antes de la pandemia estaba en el 3,7%.

En 2023 no podían mantener una temperatura adecuada en el hogar el 21% de los hogares españoles. Muy por encima del nivel prepandemia, 7, 7%, o en 2014, el 11,00%.

Recordemos que en 2014-2015-2016 –gobierno de Rajoy-, se produjeron una serie de informaciones sobre el hambre y la pobreza en España. Estábamos entonces en la mitad de las tasas actuales.

¿Por qué no se habla hoy de esta situación? ¿Tiene alguno de los partidos políticos con representación en las diversas instituciones algo que contar, algún plan alternativo, algunas acciones de gobierno que proponer?

¿Dónde ha quedado el tan cacareado escudo social?

Además, para recochineo estamos en el momento de máximos histórico de gasto del Estado, de déficit, de deuda pública, de despilfarro, de saqueo, de corrupción… No parece que ninguna agrupación política tenga alguna intención de hincarle el diente al asunto de que los españoles somos cada vez más pobres… ¿Por qué?

Un 45% de las personas que viven de alquiler está en riesgo de pobreza en España, récord de la UE

He aquí el texto de Juan Ramón Rayo al que hacíamos referencia al principio del artículo:

La tasa de riesgo de pobreza y exclusión social (tasa AROPE) intenta medir tres tipos de situaciones económicas: los hogares con ingresos inferiores al 60 por ciento de los medianos; hogares con baja densidad en el empleo (que trabajan menos del 20 por ciento lo que podrían trabajar); y hogares con carencia material severa (que no pueden permitirse hacer frente al gasto de ciertos bienes y servicios fundamentales).

En realidad, las dos primeras situaciones no tienen por qué reflejar pobreza (no estoy diciendo que no la reflejen en muchos casos, sino que no tienen por qué reflejarla en todos): si con unos ingresos inferiores al 60 por ciento de los medianos o si trabajando poco son capaces de acceder a bienes y servicios básicos (por ejemplo, porque dispongan de ahorro o porque les sean proporcionados en especie), entonces no estaríamos hablando de pobreza entendida como privaciones sociales graves, sino de situaciones que habitualmente podrían ser conducentes a la pobreza. O al revés, el hecho de que los ingresos de un hogar superen el 60 por ciento de los medianos o que trabajen más del 20 por ciento de lo que podrían trabajar no es garantía de que no sean pobres, esto es, que no puedan acceder a los antedichos bienes y servicios básicos.

De ahí que el mejor indicador para atestiguar el grado de pobreza real dentro de una sociedad sea la ya mencionada «carencia material severa». Pues bien, en 2023 y según la Encuesta de Condiciones de Vida en España, la carencia material severa alcanzó su máximo histórico desde el inicio de la serie histórica (que arranca en 2004). Es más, algunos epígrafes son especialmente preocupantes: por ejemplo, el porcentaje de hogares que no pueden comer carne, pollo o pescado al menos una vez cada dos días se dispara al 6,7 por ciento (el máximo histórico de la serie y por encima del 3,7 por ciento previo a la pandemia); o el porcentaje de familias que no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada alcanza el 21 por ciento (el máximo histórico de la serie y muy por encima del 7,7 por ciento previo a la pandemia). Llama la atención que la pobreza se esté disparando en medio del discurso triunfalista del Gobierno de Pedro Sánchez sobre la marcha de la economía y sobre la ¡eficacia de su escudo social!

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