EL SUCULENTO “BOTÍN” DE LAS EXTORSIONES DE MANOS LIMPIAS Y DE MIGUEL BERNAD

MIGUEL BERNAD, Manos Limpias

A Miguel Bernad y al sindicato Manos Limpias se les acusó de ser una organización criminal dedicada a extorsionar a entidades bancarias, multinacionales y miembros de la Casa Real.

Esa acusación y, a lo largo de la investigación prospectiva que se hizo sobre el sindicato Manos Limpias y sobre Miguel Bernad, ni durante la instrucción del proceso, ni durante el juicio oral pudo demostrarse pues era totalmente falsa.

Es más, ni siquiera el más mínimo indicio del “botín” de las extorsiones cuando se efectuó el registro policial en la sede del sindicato y en el domicilio de Miguel Bernad. Ni debajo de los colchones, ni debajo de las alfombras, ni en los altillos, ni en los libros de la biblioteca, ni debajo de las baldosas, todo era una pura farsa, una invención para criminalizar y lapidar a Miguel Bernad y al sindicato.

  • El “botín” de las extorsiones era la pensión máxima que Miguel Bernad recibía por haber cotizado a la Seguridad Social durante 45 años en su puesto de funcionario por oposición en el Ayuntamiento de Madrid.
  • El “botín” de las extorsiones era un vehículo Renault Scenic con 12 años de antigüedad.
  • El “botín” de las extorsiones era un sencillo despacho de 45 metros cuadrados donde se pagaba un alquiler de 750.-€ mensuales.
  • El “botín” de las extorsiones era la contratación de una única secretaria, obviamente asegurada, y que percibía 950.-€.
  • El “botín” de las extorsiones era que no se podía pagar a los abogados, y como compensación se les derivaban clientes que acudían al sindicato.
  • El “botín” de las extorsiones era una cuenta corriente del sindicato con 2.200.-€, donde se ingresaban las cuotas de sus afiliados y simpatizantes, pues no se recibía subvención alguna ni de la Administración Central, Comunidades Autónomas ni Ayuntamientos.
  • El “botín de las extorsiones era cuando había que acudir a un llamamiento a afiliados y simpatizantes para que aportasen alguna cantidad que se nos exigía como fianza para procedimientos penales y que después se devolvían.
  • El “botín” de las extorsiones eran los tacos de lotería de Navidad para obtener un pequeño beneficio.
  • El “botín” de las extorsiones era cuando en el registro policial en la sede del sindicato, se incautaron 350.-€ y en el domicilio familiar 760.-€.
  • El “botín” de las extorsiones era que Miguel Bernad no tenía ninguna cuenta corriente en el extranjero y que su pasaporte estaba inmaculado.
  • El “botín” de las extorsiones era que la UDEF (y otros organismos) en la investigación prospectiva que hizo (investigación que, por otra parte, está prohibida), no encontró absolutamente nada que indicara un incremento patrimonial de Miguel Bernad.
  • El “botín” de las extorsiones era que Miguel Bernad no frecuentaba restaurantes de lujo, almorzaba el menú del día de 12.-€.
  • El “botín” de las extorsiones era que Miguel Bernad no coleccionaba relojes o coches de lujo, como se le acusó. El reloj que usaba era un reloj de Decatlon de 20.-€.

¿Dónde están entonces, los dineros de ese botín de las extorsiones?

¿Es que Miguel Bernad extorsionaba a cambio de nada?

Todo una pura mentira, una farsa, desmontada en su totalidad en el juicio oral.

El cordón sanitario contra Miguel Bernad por parte de los medios de comunicación ha impedido que se sepa la verdad, y nunca mejor empleado el refrán: “DIFAMA QUE ALGO QUEDA”.

Miguel Bernad

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