El sindicato CSIF alerta de las altísimas cifras de violencia entre los alumnos y las que soportan los profesores: el 91% de los profesores afirma que existen «problemas de convivencia en los centros de estudio».

CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN

Ausencia de disciplina, descontrol y violencia, ése es el día a día de la mayoría de los que se denominan centros de estudio en España. Cada vez es mayor la conflictividad entre los alumnos y la violencia de estos hacia los profesores. Un estudio elaborado por Confederación Sindical Independiente de Funcionarios concluye que en la actualidad el 91% de los profesores afirma que ha vivido «problemas de convivencia en los centros de estudio».

El estudio del principal sindicato de funcionarios -CSIF- se ha centrado en analizar la situación en las aulas. Y las conclusiones son enormemente preocupantes. La situación en los centros de Bachillerato y Enseñanza Secundaria es especialmente grave: el 79% de los profesores reconoce haber sufrido agresiones físicas, verbales o amenazas por parte del alumnado y el 64% afirma que la violencia es muy frecuente entre los estudiantes.

El estudio, en resumen, revela que el 91% de los profesores afirma que existen «problemas de convivencia en sus clases». Además, casi el 72% de los profesores de la enseñanza pública reconoce «haber sufrido agresiones verbales, físicas o amenazas por parte del alumnado». También, el 39% de los profesores de los distintos niveles educativos confiesa haber sido víctima de violencia por parte de familiares de sus alumnos.

El estudio se ha realizado mediante cuestionarios enviados a más de 3.000 docentes que trabajan en centros públicos de Enseñanza Primaria, Secundaria y Bachillerato de todas las regiones españolas.

Los resultados de la encuesta llaman la atención acerca de los problemas de convivencia diarios entre alumnos y entre alumnos y profesores«, según el sindicato CSIF. Otro dato algo más que preocupante es que más de la mitad de los docentes (casi el 60%) reconoce que en sus aulas se producen agresiones frecuentes entre alumnos, añade el sindicato.

Por etapas académicas, en Enseñanza Primaria, el 82% de los profesores detecta problemas de convivencia, y más de la mitad (el 55%) afirma haber sido agredido por parte del alumnado. La agresividad también es habitual entre este tipo de estudiantes a pesar de su corta edad (entre 6 y 12 años): el 48% de sus maestros confiesa que sus alumnos recurren habitualmente a la violencia entre ellos. Todos estos porcentajes de violencia empeoran en la Enseñanza Secundaria y el Bachillerato, en las enseñanzas medias el 94% de los profesores subraya que existen problemas de convivencia en sus clases. En la ESO y Bachillerato los profesores también sufren más agresiones o faltas por parte del alumnado (casi 80% frente a la media total de 71% de todos los niveles de enseñanza). El porcentaje de agresiones o faltas por parte de las familias de alumnos es muy similar al de la Enseñanza Primaria (36%). En la ESO y el Bachillerato el trato entre los alumnos es mucho más vilento que en Primaria (el 65% de los profesores confiesa que las agresiones entre el alumnado son frecuentes).

El sindicato añade otra queja más: «…las administraciones públicas se han dedicado a publicitar medidas, como la creación del coordinador de Bienestar o el Observatorio Nacional sobre la convivencia, que lo único que hacen es aumentar la burocracia en los centros educativos, agravando aún más el problema y dificultando la labor de los profesores». Y, mientras esto sucede, alrededor de 1.200 profesores de la enseñanza pública han recurrido en 2023 a CSIF Ayuda Profes, un servicio de atención específica para atender a los profesionales de la enseñanza y ayudarles a concienciar a los estudiantes sobre la importancia de no permitir situaciones de acoso y de apoyo a víctimas, para denunciar casos de acoso, violencia y ‘burnout’ (síndrome del docente ‘quemado’) sufridos en el desempeño de sus tareas. Este porcentaje supone un incremento del casi el 23% con respecto a los casos registrados por CSIF en 2022.

CSIF ha solicitado una reunión a la ministra para hacerle saber las acciones que el sindicato considera más urgentes: refuerzo de la autoridad docente, más profesores, reducción de ratios y un pacto de Estado que proteja al sistema educativo.

Pues sí, se les vende a los niños y niñas desde sus primeros años que los adultos apenas nada tienen que enseñarles, como si los humanos vinieran al mundo con “ciencia infusa”, con un saber innato, no adquirido mediante el estudio. No es de extrañar, pues, que los alumnos no le reconozcan al profesor ninguna autoridad, y tampoco piensen en la remota posibilidad de que les pueda enseñar “algo interesante y divertido” (otro de los muchos tópicos al uso), sino ni siquiera enseñarles.

Luego, para más inri, los diversos gobiernos han ido aprobando leyes, “educativas las llaman” que pretenden, dicen, acabar con las desigualdades, y por supuesto, para no perturbar a los tiernos infantes, no sea que queden impactados de tal modo que les produzca un desequilibrio emocional irreparable, han eliminado de los centros de estudio cualquier cosa que suene o huela a “selección”, notas, esfuerzo, disciplina, excelencia, y anacronismos –según su entender- por el estilo.

¡Viva la escuela, alegre y divertida!

¿Alguien de ustedes se ha dado cuenta de que, en los actuales colegios, institutos, facultades universitarias, lo que siempre fue excepción, ahora se ha convertido en lo común, casi diario: la fiesta?

¿De veras es posible que en un centro de estudio en el que lo que predomina es el ruido el profesor se pueda hacer entender, exponer algún asunto, explicar algún tema, proponer a sus alumnos ejercicios, corregirlos posteriormente, etcétera? En cualquier aula que elijamos al azar, el profesor se pasa más de las dos terceras parte del tiempo intentando hacer callar a sus alumnos y conseguir que exista un cierto silencio, aparte de intentar, sin éxito, que sus alumnos permanezcan sentados y no molesten a los compañeros, etc.

¡Ya me dirán ustedes cómo en ambientes tales es posible el aprendizaje!

Lo que es sorprendente es que aún haya a quienes les extrañe que en las diversas evaluaciones PISA los niños, adolescentes y jóvenes españoles aparezcan como los menos exitosos en matemáticas, ciencias, dominio de su propia lengua, lectura comprensiva, literatura española e historia de España.

Como no paro de repetir, vez tras vez, cuando se publica el informa PISA,  Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE que se realiza cada tres años, la enseñanza en España es una mierda pinchada en un palo. ¿Todavía le queda dudas a alguien?

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