El espeluznante relato del psicólogo forense, Julio Bronchal, que destapó los falsos abusos sexuales que, han dado lugar a la condena de los servicios sociales de la Junta de Andalucía: «Hay talibanes de género haciendo periciales»

El Tribunal Superior de Justicia ha condenado a los Servicios Sociales de la Junta de Andalucía por certificar falsos abusos de un padre divorciado a su hijo que pasó más de 3 años en prisión preventiva.

La reciente condena al equipo psicosocial que certificó los falsos abusos sexuales de un padre divorciado a su propio hijo esconde una «terrorífica» realidad que va más allá de Andalucía. Así lo denuncia en declaraciones a Libertad Digital el psicólogo forense Julio Bronchal: «Desgraciadamente, esto no es una anécdota. Esta es la manera en que se ha venido trabajando en muchos lugares de España, donde prevalece la llamada perspectiva de género».

Junto a José Manuel Aguilar y el prestigioso psiquiatra José Miguel Gaona, Bronchal actuó como perito de parte en el caso de Teodoro L.R., un caso en el que se logró destapar el escándalo protagonizado por la Asociación Andaluza para la Defensa de la Infancia y la Prevención del Maltrato (ADIMA) que, tal y como ha quedado acreditado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, «dirigió» la declaración del menor.

Las atrocidades que padeció el menor

«Las entrevistas que se le hicieron contravenían todas las indicaciones que conocemos aquellos que nos dedicamos a esto. Podrían servir como ejemplo de lo que nunca se puede hacer», lamenta Bronchal, que asegura que «en esos vídeos se veían desde coacciones a golpes en la mesa que terminaban asustando al niño e induciendo sus respuestas«. Entre los «atroces» ejemplos que nos pone, el psicólogo recuerda un vídeo en el que una de las supuestas profesionales pierde los nervios cuando le pregunta al menor qué tal con su padre y éste le responde que bien por segunda vez.Dio un manotazo en la mesa que tembló todo y volvió a la carga… ¿Me vas a decir tú a mí que tu padre no te mete la pija por el culo? Literal. Yo no daba crédito

«Me impactó la brutalidad con la que se trató a esa criatura de apenas 8 años. La mujer se levantó y dio un manotazo en la mesa que tembló todo. El niño, tremendamente asustado, se echó para atrás y ella volvió a la carga… ¿Me vas a decir tú a mí que tu padre no te mete la pija por el culo? Literal. Yo no daba crédito», reconoce.

Aquel episodio se reprodujo durante el juicio. Tras aquella frase, Bronchal mandó parar el vídeo: «A partir de este momento, todo lo que diga el niño ya no tiene ningún valor, absolutamente ninguno, porque ya no vamos a poder distinguir si lo está diciendo por miedo, porque es fruto de la inducción o si lo ha vivido. Es decir, han destruido la prueba». Y eso por no hablar del aspecto humano. «¿Se puede tratar un niño de esta manera? -se pregunta el psicólogo forense aún perplejo al recordar aquel episodio-. Yo creo que hasta la Gestapo tenía métodos más elegantes.

Tras una peregrinación judicial, el Supremo terminó anulando la condena de 14 años de prisión que recayó en el padre, por considerar que el tribunal estaba «contaminado». El juicio se repitió y Teodoro L.R. quedó absuelto, tras pasar, eso sí, más de tres años en prisión preventiva. «La asociación decía que aquel caso era de los más claros que habían tenido nunca, así que imagínate cómo serán el resto. Para echarse a temblar», subraya Bronchal.

«Talibanes de género haciendo periciales»

A su juicio, desgraciadamente, este no es sino un ejemplo más de un sistema en el que las feministas radicales parecen estar copando todos los ámbitos. «Estamos hablando de asociaciones ultra feministas de las que no sale títere con cabeza: varón que entra, varón que es culpable y si no, ya se encargan ellas de que lo sea», denuncia el psicólogo.Estamos hablando de asociaciones ultra feministas de las que no sale títere con cabeza: varón que entra, varón que es culpable y si no, ya se encargan ellas de que lo sea

En este caso, se trata de una asociación feminista que tiene un convenio con la Junta de Andalucía y a la que, en tiempos del PSOE, le otorgaron la exclusiva para hacer periciales para los juzgados. Sin embargo, Bronchal insiste en que «lo que tenemos, en líneas generales, son instituciones corrompidas por el feminismo radical, talibanes de género haciendo periciales. Es decir, un disparate. Es terrorífico».

No es el único caso

Y él mismo nos pone otro ejemplo, el último caso de violencia de género que le ha llegado de un juzgado de Madrid, en cuyo informe pericial -que él mismo nos muestra- se puede leer: «Durante las entrevistas, el progenitor presentaba mirada de maltratador«. «Yo soy Premio Fin de Carrera, el mejor de mi promoción, y, sin embargo, la asignatura de ‘miradas y tipología criminal’ me la debí de perder«, ironiza.

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Con todo, Bronchal llama a preguntarse «cuántos Teos habrá en España«. En su caso, tal y como subraya el psicólogo forense, «tuvo la suerte de tener dos hermanas y una abogada que han luchado como leonas, pero si no, podría haberse pasado 14 años en el trullo por un delito que no cometió».

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