Don Juan Carlos I lleva fuera de España, exiliado cuatro años. Su hijo, Don Felipe VI se niega a que su padre regrese a Zarzuela, al parecer por imposición de la Reina Leticia.

PERO GRULLO DE ABSURDISTÁN

Comienza un año clave para la Monarquía Española, un año de aniversarios. El 18 de junio se cumplirá una década de la abdicación de Don Juan Carlos I y la subida al Trono de su hijo Don Felipe VI. 

No acaban ahí aniversarios. En la primavera de 2020, Don Felipe VI le retiró a su padre la asignación presupuestaria que le correspondía como antiguo Jefe del Estado y lo avergüenzó (y humilló) públicamente al renunciar a su herencia y a su legado. Ese mismo año de 2020, Don Juan Carlos I, abandonó España y se exilió en Abu Dabi. Todo ello, como resultado de un continuo chantaje del gobierno socio-comunista de Pedro Sánchez y sus socios etarras y separatistas, que no pierden oportunidad de anunciar la proximidad de la III República Española y denigrar al actual rey, al mismo tiempo que emprenden campañas propagandísticas a cual más vejatoria; como es el caso de la actual en la que se presenta a la reina como una promiscua infiel, adúltera y al rey como un cornudo; hechos que es sorprendente que la Casa Real no haya ya desmentido…

Todo ello ello sucede bajo la presión, también, de las dos mujeres más cercanas a Don Felipe que, para remate del tomate, se detestan mutuamente: por un lado la reina Doña Sofía, que ante el desencuentro entre su hijo y su esposo acabó tomando partido por su hijo. Pero, sobre todo existe otro factor importantísimo, la Reina Letizia no le perdona a su suegro la cantidd de ocasiones que le ha parado los pies impedir que mande mucho más de lo que debe como reina consorte.

Y así llegamos al cuarto año de exilio del Rey -Emérito- de España, a miles de kilómetros, en un país ajeno a la cultura y a la tradición españolas, en el que el cinco de enero, don Juan Carlos I acaba de cumplir 86 años de edad.

Los tribunales le han ido dando la razón en todas las acusaciones de corrupción que provocaron la durísima campaña de descrédito contra el Rey de España, emprendida por los enemigos de España y con Pedro Sánchez a la cabeza.

Es sorprendente que a la fiesta de su octogésimo sexto cumpleaños no acudieran ni su hijo el Rey, ni la heredera al trono, Doña Leonor… ni su esposa Doña Sofía 

Así que, al mismo tiempo que se forzaba al Rey al exilio, se mantenía secuestrado a su hijo Felipe VI, que, presa del Síndrome de Estocolmo, se ha comportado con su progenitor con una crueldad totalmente inmerecida (hasta tal extremo que durante estos años de alejamiento de nuestra patria más de uno ha llegado a temer que, dada su precaria salud en algunos momentos, Don Juan Carlos acabara muriendo en el extranjero…) 

Sin duda alguna, Don Felipe es una marioneta en manos de Pedro Sánchez y sus secuaces, al cual utiliza en ocasiones como haría un ventrílocuo, según convenga a sus intereses y a los de sus socios, enemigos de España y, por supuesto, a los rencores de su doña Letizia Ortiz, la cual nunca le perdonará a Don Juan Carlos que se pusiera en contacto con abogados para que se iniciaran los trámites de separación del matrimonio Felipe-Letizia. 

Llegados hasta aquí, surge inevitablemente una pregunta ¿De veras quiere Don Juan Carlos I regresar a España y vivir aquí hasta el final de su vida? Es seguro que sí, quiere.

Tras haberse demostrado en los tribunales que es inocente de las falsedades de las que se le acusaban, el Rey -Emérito- de España no dudo en manifestar claramente que su mayor deseo es volver a nuestro país. A su hijo no le quedó otra opción que ceder porque tanto él como el gobierno y sus secuaces se quedaron sin escusas. Pero, hemos de suponer que por presiones de quienes lo mantienen como rehén, Don Felipe puso como condición que no volviera al Palacio de la Zarzuela. Su padre respondió que, de regresar España, no volvería a otro sitio que no fuera su hogar. Felipe VI se plantó… y ahí siguen las «negociaciones», por llamarlas de algukna manera.

¿Y, por qué éste, su octogésimo sexto cumpleaños es diferente? De algún modo, sí, al menos, eso pensó Don Juan Carlos I.

Pues, -¡¿Será casualidad?! acabó sucediendo que salieron a la luz las declaraciones de Jaime Ignacio del Burgo, que sólo cabe calificarlas de repugnantes… sean o no ciertas. Después de ese libro, es posible que Felipe VI ablandaría su postura sobre su padre. 

Sin embargo, de momento no se ha producido ningún cambio en le Palacio de la Zarzuela… y la familia real no sólo sigue dividida sino más enfrentada todavía.

Como supongo que sabrán a estas alturas, al cumpleaños de Don Juan Carlos acudieron sólo sus dos hijas, Elena y Cristina y no estuvo presente ningún miembro de la Casa Real (Felipe, Letizia, Leonor y Sofía), tampoco la esposa del homenajeado, Doña Sofía.

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