Doble vara de medir (y atizar)

El siguiente texto corre como la pólvora a través de las Redes Sociales, está firmado en Twitter por @herqles_es y pone los puntos sobre la íes respecto del supuesto “racismo español” y sobre el caso “Vinicius”.

Si el pasado fin de semana, a Vinicius lo hubieran recibido en Valencia[1] al grito de «cornudo», «español de mierda», «ETA, mátalo», «fascista», «puta Espanya», etcétera, no hubiera pasado absolutamente nada. No hubiera ocurrido nada de nada, porque desgraciadamente aquí, en España, unos insultos son más lícitos que otros. Todo depende de en qué medida ofendan o no a los dictadores de la corrección política.

¿Por qué un insulto a un negro es más grave que un insulto a un blanco?

¿Por qué un insulto a un negro es más grave que un insulto a un blanco? 

¿Por qué un comentario machista es más grave que un comentario hembrista? 

¿Por qué los chistes de heteros son graciosos, mientras que los de homosexuales son delitos de odio?

Esta lógica de sobreprotección social de ciertos grupos, o «minorías», se acaba traduciendo en leyes discriminatorias como la ley de «violencia de género», según la cual la agresión de un hombre hacia una mujer es más grave que la de una mujer hacia un hombre, llegándose a crear tribunales de excepción en los que sólamente se juzga a los hombres y se les condena, con la versión de la mujer como única prueba, más severamente que a las mujeres en caso de incurrir en el mismo delito ; o en la creación de organismos como la Fiscalía del Odio, que establece que una agresión de un blanco a un negro es más grave que la de un negro a un blanco, o la de un heterosexual hacia un homosexual más grave que viceversa…

Poner el grito en el cielo y montar enormes campañas mediáticas por insultos “racistas” (hacia una sola raza), “machistas” (pero no “hembristas”) u “homófobos” (pero no”heterófobos”), mientras se hace la vista gorda con otro tipo de insultos igualmente hirientes, nos acaba llevando a asumir como sociedad discursos totalmente intolerables respecto de la discriminación positiva, o sea, conceder «trato de favor» a determinadas personas debido a una determinada circunstancia personal, en perjuicio de quienes no participan de tal circunstancia.

¿Por qué un comentario machista es más grave que un comentario hembrista o misándrico?

Es hora de que también se hable de cerrar estadios y de efectuar detenciones cuando un hincha independentista-separatista agreda a un hincha español para robar su bandera de España, o cuando en las Vascongadas se griten consignas favorables a ETA, o cuando a Ronaldo le llamen «violador» o a Simeone, «cornudo».

[1] Alusión a los ataques manifiestamente barriobajeros, racistas y antimadridistas que el jugador brasileño del Real Madrid recibe en la mayoría de los campos de fútbol españoles.(n. de la R.)

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