Algunas estrategias para manipular a la gente… La perversión de «la ventana de Overton».

CAROLUS AURELIUS CALIDUS UNIONIS

Lo primero que es necesario es definir la palabra “manipulación”, especialmente, cuando frente a nosotros aparece la idea de “manipulación emocional” o expresiones como «sentimentalismo tóxico» o similares, ya que esta situación se produce cuando una persona, un grupo político, un grupo económico o el gobierno mismo intentan –de manera encubierta y solapada– ejercer algún grado de control o influencia en el comportamiento de otra persona –o grupo de personas–, utilizando diversas técnicas de persuasión (incluso de sugestión), con la finalidad de anular y/o eliminar la capacidad crítica de la gente, del grupo de personas o de una sociedad entera sobre la cual se quiere ejercer la manipulación, una acción que, sin excepción, siempre trae aparejada lo que suele denominarse una “agenda oculta” que únicamente beneficia a los manipuladores.

Evidentemente, cuando hablamos de “agenda oculta» nos estamos refiriendo a determinados objetivos, determinadas intenciones por parte del manipulador hacia otra u otras personas, pero que no son dadas a conocer, ni divulgadas de forma clara y abierta y, por supuesto, el grupo de presión, los gobernantes, los manipuladores desean y esperan que nunca acaben sabiéndose–, con la finalidad última de conseguir un determinado objetivo que, como ya anticipé al comienzo del texto, sólamente beneficiará a quienes realizan la manipulación.

 “Cuando te das cuenta, que para producir necesitas obtener la autorización de aquellos individuos que no producen nada. Cuando compruebas que el dinero va a las manos de aquellos que trafican no con bienes, sino con favores políticos. Cuando te das cuenta que muchos se hacen ricos gracias a sobornos e influencias y no por su trabajo o esfuerzo, y que las leyes no nos protegen de estos sujetos, sino que por el contrario, son ellos los que están protegidos. Cuando te das cuenta que la corrupción es recompensada y la honestidad se convierte en auto sacrificio, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte que la sociedad a la que tú perteneces está irremediablemente condenada”. Así se expresaba la filósofa objetivista Ayn Rand hace más o menos un siglo y su reflexión, desgraciadamente sigue de plena actualidad pese al tiempo transcurrido.

Decía, también, el escritor y filósofo británico Aldous Huxley que una “dictadura perfecta es la que tiene la apariencia de una democracia, pero en realidad es, básicamente, una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar”. Obviamente, Huxley habla de un régimen de esclavitud en el que debido a un enorme consumismo, a un tremendo hedonismo, basado todo ello en una larga lista de falsedades y una industria del entretenimiento y del ocio absolutamente zafio los esclavos, los siervos acabarían aceptando voluntariamente su servidumbre.

Y… ¿Como se ha llegado hasta aquí?

Muy fácilmente: a través de una ristra de procedimientos de manipulación identificadas y estudiadas hace ya mucho tiempo por parte del investigador, lingüista, filósofo y politólogo estadounidense Noam Chomsky.

Retomemos algunas de ellas:

  • Aplicación de la gradualidad, es decir, a través de la imposición –lentamente y poco a poco– de normas que, en rigor, son inaceptables, con el propósito de evitar protestas, alzamientos o revoluciones por parte de la gente.
  • Creación de distracciones, con la finalidad de evitar que la gente preste atención a los asuntos que de verdad son importantes.
  • Creación de problemas ficticios a propósito, a fin de ofrecer, posteriormente, soluciones mágicas que nunca fueron necesarias.
  • Infantilización de las personas: al igual que ciertos avisos publicitarios que dan la impresión de que fueron creados para gente con retardo mental, en este caso, los grupos –políticos, económicos, religiosos, etc.– que usan la manipulación ven y tratan a la gente como si fueran niños pequeños y/o adultos interdictos sin capacidad para reflexionar o para pensar y actuar en forma crítica.
  • Idiotización de la gente, es decir, hacer creer a la población que ser estúpido, vulgar o mediocre es la moda o la tendencia que hay que seguir e imitar.
  • Hacer de lo emocional una especie de religión, cuyo fin último es lograr reprimir o eliminar el pensamiento crítico y racional en las personas, y dar rienda suelta a las emociones, acompañada, en ocasiones, de violencia guiada exclusivamente por los grupos de interés.
  • Generar sentimientos de culpa en la mayoría de la población, es decir, apuntar todos los esfuerzos para lograr que la gente se deprima y lleve una vida sin mucho sentido y, por esta vía, inhibir todo tipo de reacción o rebeldía en contra de los grupos dominantes o de élite.

Aparte de todo lo que expresa Noam Chonsky, quienes pretenden esclavizar a la población, manipular a las masas, crear opiniones favorables a sus intereses particulares, minoritarios e incluso acabar aprobando normas absolutamente aberrantes, cuentan con otro procedimiento mucho más atroz conocido como «LA VENTANA DE OVERTON». Aunque ya lo hayamos abordado en alguna que otra ocasión en VOZ IBÉRICA, no está de más volver a hablar de ello:

La «ventana de Overton» recibe ese nombre debido a Joseph P. Overton, ex vicepresidente del Centro Mackinac, uno de los más prestigiosos institutos de investigación de políticas públicas de EEUU.

Joseph Overton observó que para cada área de la administración pública, de la burocracia estatal, del aparato del estado, sólo existe un abanico medio abierto, un pequeño margen de potenciales políticas que puedan ser consideradas admisibles, dependiendo en primer lugar de si les resulta convenientes a los profesionales de la política apoyarlas, incluso aunque entren -aparentemente- en conflicto con sus preferencias personales. Evidentemente, las corrientes de opinión más o menos mayoritarias cambian, no cuando los políticos cambian de ideas, sino cuando los ciudadanos lo hacen.

Overton creó un modelo explicativo vertical de políticas, de gestión de lo público que, va de «más libre» -parte superior- a «menos libre», relativo a la intervención de los gobiernos, en el que las políticas admisibles, aceptables, se enmarcan en una «ventana» que puede moverse a lo largo de ese eje, ampliarse o bien reducirse. Al fallecer Overton, este modelo explicativo fue bautizado como la Ventana Overton por sus colegas del centro Mackinac, entre los que Joseph Lehman contribuyó a su popularización…

La ventana puede moverse si se consigue que cambien la mentalidad de la sociedad apelando a los hechos y la lógica, a la moralidad, a las emociones y en último término a las circunstancias o bien la desinformación.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es ventana-overton.png

La Ventana de Overton es una teoría política que describe con escalofriante exactitud cómo se puede cambiar la percepción de la opinión pública para que, las ideas que antes se consideraban descabelladas, aberrantes, algo absurdo e impensable, tabú, acaben siendo aceptadas transcurrido cierto tiempo.

En principio, teóricamente, ningún tabú escaparía a la eficacia de esta técnica. Por lo tanto, se podría cambiar de modo radical -desde la raíz- la valoración que la sociedad, por poner algunos ejemplos, tiene actualmente de la eutanasia, el incesto, el bestialismo, la pederastia o el canibalismo. Para ello no se llevaría a cabo un lavado de cerebro directo, sino una serie de técnicas avanzadas, cuyo desarrollo pasaría inadvertido para la sociedad.

Para mostrar de qué manera esta teoría explica cómo se pueden lograr los efectos deseados, conviene que nos centremos en un tabú concreto.

Examinemos por ejemplo LA PEDERASTIA que, seguro que es uno de los que la mayoría de la gente considera absolutamente inadmisible.

¿Cómo hacer posible que la gente considere aceptable corromper y abusar de menores? ¿Qué camino hay que recorrer para conseguir un cambio en las conciencias, desde la fase de aversión-repulsión hasta la de conformidad plena?

Pues, aunque les parezca mentira, tal aberración sería posible de conseguir, siguiendo rigurosamente las cinco etapas que a continuación se describen:

PRIMERA ETAPA: DE LO IMPENSABLE A LO RADICAL

En este primer paso, la aprobación de LA PEDERASTIA es todavía algo impensable. La práctica corromper y abusar de menores se encuentra en el nivel más bajo de aceptación de la ventana de posibilidades de Overton (muy estrecha aún, por no decir cerrada a cal y canto), puesto que la sociedad lo considera una acción repugnante y absolutamente reñida con la moral pública. Es decir, la ventana está cerrada y de momento no se mueve.

Para modificar esta percepción —y amparándose en la libertad de expresión—, se trasladaría esta cuestión al ámbito científico, sugiriendo que para los científicos no deberían existir asuntos tabú. En ese caso, podría realizarse un simposio por ejemplo, sobre culturas ancestrales en las que, supuestamente la pedofilia y la pederastia eran una cuestión corriente e incluso consideradas sublimes, para obtener declaraciones autorizadas, de «expertos» sobre la pedofilia y la pederastia, forzando así la transición de la actitud negativa e intransigente original de la sociedad a una actitud más positiva y abierta.

Simultáneamente, se fundaría un grupo de activistas pro-pederastia, favorables a la pedofilia y a la pederastia, aunque sólamente exista en alguna «red social» de Internet o posea una web específica, con el objetivo de poder ser citado, hablar de su existencia, por numerosos medios de información y manipulación de masas. Con esto ya se habría logrado el objetivo de la primera fase: eliminado el tabú, se consigue que la cuestión originalmente inaceptable empiece a hablarse de ella, a discutirse.

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Movimiento_activista_ped%C3%B3filo

SEGUNDA ETAPA: DE LO RADICAL A LO ACEPTABLE

En esta segunda etapa ya se persigue abiertamente la aprobación de la pederastia. Para que ésta pueda ser aceptada hay que seguir divulgando las conclusiones de los «científicos», e insistir en lo oportuno que es no tener prejuicios sobre el asunto, calificando de intransigentes a quienes se nieguen a adquirir conocimientos sobre el mismo.

Los que se resisten deben empezar a ser vistos como fanáticos que se oponen a la ciencia y a la ilustración, si alguna persona se niega a hablar de ello será considerado un hipócrita intoleranteMientras se condena públicamente a los intolerantes, es necesario crear un eufemismo, con la intención de que se pierda el significado directo del término original y sus connotaciones negativas, sustituyendo así la expresión original «pederastia» por «Personas Atraídas por Menores», subrayando que la pedofilia y la pederastia no son delitos sino otras opciones sexuales más. Paralelamente se crearía un precedente, histórico, mitológico, o inventado, que sirviera de referencia y pudiera ser utilizado como prueba de que la pederastia es perfectamente legítima.

El uso combinado de medios de información, creadores de opinión y manipulación de masas y grupos de presión convertiría en aceptable, más pronto que tarde, el hecho de que haya personas que incluyen en sus conductas habituales la corrupción y el abuso de menores.

Sería de suma importancia hacer hincapié en que en la Grecia Clasica raro era el adulto que no tenía relación con un joven, adolescente, de forma habitual…

TERCERA ETAPA: DE LO ACEPTABLE A LO SENSATO

Para convertir en sensato lo que en un principio era totalmente inaceptable, lo siguiente sería proponer que la pederastia -y la pedofilia- sea un derecho de todo hombre libre. Un lema apropiado podría ser el siguiente: «un hombre libre tiene derecho a decidir a quién ama, independientemente de la edad de la persona amada».

Al mismo tiempo, seguiría siendo absolutamente necesario arrinconar a quienes piensan diferente, es decir, a cuantos todavía impugnan la consolidación de este pretendido derecho. Una forma de conseguirlo, sería acusando a quienes se opusieran, de radicales, ultras que odian a quienes se aman libremente, de retrógrados y extremistas que arrojarían a la hoguera, si pudieran, no sólo a los pedófilos y pederastas, sino a los miembros de cualquier minoría.

A su vez, pretendidos expertos y personajes conocidos del mundo de la información, creadores de opinión y manipulación de masas insistirían en que a lo largo de la historia humana la pederastia era una práctica común y muy extendida, sin que esto produjera extrañeza en aquellas sociedades…

Como hemos advertido, el objetivo de esta tercera etapa es que la pederastia sea considerada una costumbre razonable, algo «normal».

CUARTA ETAPA: DE LO SENSATO A LO POPULAR

A continuación se debe poner toda la maquinaria del poder al servicio del ideal supremo. En este instante, los medios de información, secundados por gente famosa y autoridades, hablan abiertamente de la pederastia. La pederastia y los pederastas se convierten entonces en un asunto predilecto de la industria del entretenimiento. El fenómeno asoma por primera vez en películas, letras de canciones comerciales, novelas y espectáculos televisivos. De repente, se produce también el ensalzamiento, la apología de personajes relevantes que en la historia practicaron la pederastia (como, por ejemplo los emperadores romanos Trajano, Adriano…), sirviendo de modelo a las multitudes.

El fenómeno pronto se vuelve imparable y multitudinario. Además, para reforzar su imagen positiva, los pederastas son presentados ante la opinión pública como víctimas de una sociedad represora, que les impide satisfacer sus apetitos, y amar libremente a quienes ellos deseen.

QUINTA ETAPA: DE LOS POPULAR A LO POLÍTICO

El ideal ya está al alcance de la mano. En esta última etapa, la ventana de posibilidades de Overton, totalmente cerrada al principio, aparece ya a escasos centímetros de abrirse de par en par.

El arreón definitivo consiste en preparar la legislación para legalizar el fenómeno. Los partidarios de la legalización de la pederastia, del abuso y de la corrupción de menores, incorporados en grupos de presión, se consolidan en el poder y promueven encuestas y estudios de opinión con el fin de mostrar un alto porcentaje de partidarios de la legalización del fenómeno. Y de forma automática, como la fruta madura que cae por sí sola del árbol, se acaban estableciendo en la conciencia colectiva nuevos e incontestables dogmas: «se prohíbe la prohibición de la pederastia y de la pedofilia»; «amar a menores y adolescentes es un derecho»; «quienes se oponen a la pederastia incurren en un delito de odio»…

Como vemos, el movimiento de las ventanas es una estrategia perfectamente definida. Hemos contemplado el arco completo, pasando del rechazo absoluto a la pederastia (como uso totalmente ajeno a la moral pública) a su legalización y aprobación popular y política.

Decíamos al principio que la Ventana de Overton es una teoría política que describe con escalofriante exactitud cómo se puede cambiar la percepción de la opinión pública para que las ideas que antes se consideraban descabelladas sean aceptadas a lo largo del tiempo. Y hemos descrito cómo es posible.

Las ‘ventanas de posibilidades’, inicialmente descritas por Joseph Overton, pueden extrapolarse a cualquier fenómeno y es especialmente fácil de aplicar en una sociedad tolerante en la que la llamada libertad de expresión se ha convertido en la deshumanización y donde ante nuestros ojos se eliminan uno tras otro todos los límites que protegen a la sociedad del abismo de la autodestrucción.
El aborto, el «matrimonio homosexual», la posibilidad de que los homosexuales puedan adoptar a menores, los vientres de alquiler, la eutanasia, la «perspectiva de género»… Todos estos asuntos, tabúes hasta hace pocos años, han pasado el filtro de la ventana de Overton o están en estos momentos en alguna de las etapas descritas.

Supongo que, algunos de los que hayan llegado hasta este párrafo, habrán llegado a la conclusión de que entre los gravísimos alcances de esta diabólica estrategia de manipulación de masas, está la de provocar una fractura social casi irrecuperable. Siendo su corolario más dañino, sin embargo, la degradación de la sociedad mediante la «normalización» y legalización de aberraciones de todo tipo, que llevan aparejadas renuncias a cuestiones que la mayoría considerba irrenunciables, que acaban, como hemos visto, siendo asumidas por una mayoría de la población y acaban siendo consideradas «naturales», o consideradas «derechos humanos».

Lamentablemente, nuestra actual sociedad está siendo constantemente atacada y bombardeada –de manera encubierta– por parte de los diversos grupos de interés a través de todas y cada una de las estrategias de manipulación identificadas por el lingüista Noam Chomsky.

La única esperanza que queda, es que la población despierte, finalmente, del letargo y apatía en la que ha caído, y decida poner fin a esta despreciable forma de actuar por parte de los grupos de interés, sean estos grupos de carácter político, económico o religioso.

About Author

Spread the love
                 
   
A %d blogueros les gusta esto: