Al final, resultará que fue gente de la derecha la que masacró al PSOE en Paracuellos

FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTO

En la denuncia del pobrecito Sánchez y su desvalido gobierno de socialistarras, comunistarras, golpistarras y terroristarras por la piñata del Palmar de Ferraz, antes Troya, destaca su declaración como «colectivo vulnerable», perseguido en la Guerra Civil y durante el franquismo, y cuya sensibilidad sufre cuando les recuerdan «1936», fecha inicial de su martirio. Se veía venir. Cuando la memoria de la democracia se entrega a la ETA, es lógico concluir que las nucas se enfrentaron a las indefensas balas de los mal llamados pistoleros, que iban armados para defenderse de sus víctimas. Y que los genocidas de Paracuellos, noviembre de 1936, se proclamaran víctimas de los miles que su gobierno dejó asesinar en dos fines de semana.

FUENTE: https://www.libertaddigital.com/opinion/2024-01-07/federico-jimenez-losantos-al-final-resultara-que-la-derecha-masacro-al-psoe-en-paracuellos-7084865/

El PSOE siempre ha sido más victimario que víctima

De los partidos políticos españoles del último siglo y medio, si hay uno más victimario que víctima, ese es el PSOE. Para llegar al Poder, toda violencia le ha parecido poca, desde el debut parlamentario del fundador Pablo Iglesias Posse, amenazando de muerte a Antonio Maura para impedir su llegada al Gobierno –poco después fue apuñalado en Barcelona– hasta la huelga general revolucionaria de 1917 tratando de derrocar la monarquía constitucional; en 1923 participó, desde la Secretaría de Estado de Trabajo, en la dictadura de Primo de Rivera, colaboró en el golpe de Estado de Jaca y, ya en la II República, dio el golpe de Estado de 1934 con la ERC tras perder las elecciones, robó las de 1936, la escolta del socialista Prieto asesinó al jefe de la Oposición José Calvo Sotelo, y al fin Largo Caballero consiguió llevarnos a la guerra civil para imponer un régimen comunista.

Al final de la guerra, el PSOE de Besteiro, siempre opuesto a la guerra civil, los anarquistas de Mera y los republicanos de Casado se rebelaron contra el gobierno de Negrín que pretendía continuar la guerra cuando ya sólo cabía esperar cientos de miles de muertos en Madrid. Esa masacre se evitó por el pacto de esa parte decente del PSOE, hoy olvidada. Porque desde Zapatero, el PSOE reivindicable es el de Largo Caballero, el criminal, el asesino, el responsable de las matanzas de la Cárcel Modelo, el genocidio de Paracuellos y el terror rojo, tan gubernamental, de las checas.

Porque desde julio de 1936, decenas de miles de españoles se supone que protegidos por la democracia republicana, que no habían cometido otro delito que el de ir a misa o el de votar a las derechas, fueron secuestrados, robados, torturados, violados y asesinados en las checas del Gobierno del Frente Popular, presidido por el socialista Largo Caballero, destacando en las masacres de Paracuellos Santiago Carrillo, secretario general de las Juventudes Socialistas Unificadas, tan siervo de Stalin como los demás.

El «colectivo vulnerable» del PSOE tuvo actuaciones memorables en plena guerra, en el amplísimo sector de España que controlaban al empezar la contienda, pero que fueron perdiendo, batalla a batalla, mientras, en la retaguardia, tenían más éxito matando derechistas y también izquierdistas. El secuestro, tortura y asesinato de Andrés Nin es uno de los casos más famosos, ocultado por el Gobierno del socialista Negrín. Pero antes, el «Lenin español» como llamaban a Largo Caballero, había sentado doctrina:

El Decálogo contra la democracia del «sujeto vulnerable» Largo Caballero

Hay un decálogo de pronunciamientos contra la democracia por parte de Largo Caballero que llevan años corriendo por las redes, sin que hasta ahora conste que las hayan leído Óscar Puente, Pachi López o Pilar Alegría. Como es muy de temer que Sánchez acabe publicándolas como suyas, vale la pena señalar que éste fue el argumentario para llevarnos a la Guerra Civil:

«La clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo y, como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la Revolución». Largo Caballero en un mitin en Linares, el 20 de enero de 1936.

«La transformación total del país no se puede hacer echando simplemente papeletas en las urnas. Estamos hartos de ensayos de democracia, que se implante en el país la nuestra». En el Cinema Europa, el 10 de febrero de 1936.

«Si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución, tendremos que conquistarlo de otra manera». Febrero de 1933.

«Quiero decirles a las derechas que, si triunfamos, colaboraremos con nuestros aliados. Pero, si triunfan las derechas, nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos». Escribió en El Liberal, el 20 de enero de 1936.

«No creemos en la democracia como valor absoluto. Tampoco creemos en la libertad». En 1934, Ginebra.

«Hay que apoderarse del poder político, pero la revolución se hace violentamente: luchando y no con discursos». Congreso de las Juventudes Socialistas.

«El Partido socialista no es reformista, cuando ha habido necesidad de romper con la legalidad, sin ningún reparo y sin escrúpulo. El temperamento, la ideología y la educación de nuestro partido no son para ir al reformismo». Discurso en el XIII Congreso del PSOE, en 1932, siendo Largo Caballero ministro de Trabajo y Previsión Social.

En El Socialista, en 1933: «Se dirá: ¡Ah esa es la dictadura del proletariado! Pero ¿es que vivimos en una democracia? Pues ¿qué hay hoy, más que una dictadura de burgueses? Se nos ataca porque vamos contra la propiedad. Efectivamente. Vamos a echar abajo el régimen de propiedad privada. No ocultamos que vamos a la revolución social. ¿Cómo? (Una voz en el público: ‘Como en Rusia´). No nos asusta eso. Vamos, repito, hacía la revolución social… mucho dudo que se pueda conseguir el triunfo dentro de la legalidad. Y en tal caso, camaradas habrá que obtenerlo por la violencia… nosotros respondemos: vamos legalmente hacia la revolución de la sociedad. Pero si no queréis, haremos la revolución violentamente (Gran ovación). Eso dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil… Pongámonos en la realidad. Hay una guerra civil… No nos ceguemos camaradas. Lo que pasa es que esta guerra no ha tomado aún los caracteres cruentos que, por fortuna o desgracia, tendrá inexorablemente que tomar. El 19 vamos a las urnas… Mas no olvidéis que los hechos nos llevarán a actos en que hemos de necesitar más energía y más decisión que para ir a las urnas. ¿Excitación al motín? No, simplemente decirle a la clase obrera que debe preparase… Tenemos que luchar, como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista».

«Si los socialistas son derrotados en las urnas, irán a la violencia, pues antes que el fascismo preferimos la anarquía y el caos». 10 de febrero de 1936, en el Cinema Europa.

«Tenemos que recorrer un periodo de transición hasta el socialismo integral y ese periodo es la dictadura del proletariado, hacia la cual vamos». 1 de noviembre 1933

Como víctima de la dictadura, el sujeto vulnerable queda retratado.

Felipe González, el «sujeto vulnerable» de bolsillo y del GAL

Ya en democracia, traída por falangistas y comunistas, aunque luego fueran UCD y PSOE los fautores de la Constitución, el PSOE mostró una querencia al robo no precisamente novedosa, ya que en la guerra alcanzó su cénit con el Oro de Moscú y los fondos del «Vita» robados por Prieto a Negrín, sólo una parte de la inmensa cantidad de bienes robados por los socialistas a las víctimas del Gobierno del Frente Popular. He contado los aspectos más novelescos y, sin embargo, certísimos, de ese atraco en Memoria del Comunismo.

Al libro me remito. Pero apenas instalado en ayuntamientos y autonomías, el PSOE volvió a robar y, ya en el Gobierno, como se dice vulgarmente, «se salió». Los escándalos de corrupción del felipismo son materia de otro libro mío bastante gordo, Crónicas del acabose, a capítulo por escándalo. Y el mayor atraco de la historia europea moderna es el de los ERE de la Junta de Andalucía, cuarenta años en manos del PSOE. La biuti, como dio en llamarse a la beautiful people del entorno felipista estaba compuesta por ministros que se forraban y plutócratas amigos como Gustavo Cisneros, a quien se regaló Galerías Preciados, dentro del expolio de Rumasa, asalto a la propiedad que nos costó dos billones de pesetas. Yo no sé si será parte de la vulnerabilidad del colectivo PSOE haber robado tanto, pero, si no lo fuera, la Fiscalía del niño de Dolores Delgado debería matizar el hato de desgracias que acarrea el pobrecito. Un poco más y nos arruina.

Tampoco cabe olvidar los veintisiete asesinatos del GAL, otro de los síntomas de discutible vulnerabilidad del colectivo PSOE en el Gobierno. Conviene remarcar que robaron los fondos reservados del Ministerio del Interior para pagar mercenarios que matasen etarras en el sur de Francia, pero los policías encargados de la faena se quedaron con parte del dinero, contrataron mercenarios portugueses más baratos, pero más incompetentes, que les permitieron jugar y golfear por los casinos y puticlubs franceses.

Entre los ejemplares que definen al colectivo vulnerable PSOE no sería justo arrinconar a Luis Roldán, director general de la Guardia Civil, que robó una ingente cantidad de millones renovando cuarteles a base de mármoles, y que, antes de huir supuestamente a Laos, fue inmortalizado en un puticlub zaragozano en la portada de la revista Interviú, sentado en unos sillones de piscina y ante una mesa de cristal negro con polvillo blanco que podríamos considerar canónicos. Los casos en Andalucía son infinitos, pero señalemos dos sujetos vulnerables dentro de la extrema vulnerabilidad del colectivo a la tentación del robo y del trato con prostitutas y cocaína. En fin, la última directora general de la Guardia Civil, destituida tras conocerse el imperio inmobiliario que se agenció con su marido, otro titán de los ERE, y el caso más reciente del canario Tito Berni, que votó la abolición de la prostitución en las Cortes y se fue a celebrarlo con unas abolidas, a las que frecuentaba, ilustran la vulnerabilidad del colectivo.

Los socialistas vulnerables a la prostitución y la cocaína

¿Cabe considerar «colectivo vulnerable», históricamente hablando, a todos los socialistas «enganchados» a la coca y la prostitución pagadas con dinero público? Tal vez la Fiscalía debería plantear entonces un Proyecto Hombre, en este caso «Proyecto Compañero», para tratar de recuperar y reinsertar en la sociedad a estas víctimas de su carné, que ha sido la llave de tanto delito y tan graves adicciones.

La casuística abierta por el ímpetu de Sánchez en convertir a la Fiscalía en policía política de sus manías es casi infinita. Uno está preparado para todas las fechorías del socialismo, sobre todo bajo las siglas del PSOE, pero reconozcamos que proclamar a todo el partido «colectivo vulnerable» a los «delitos de odio» es el no va más.

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