Roma: economía de mercado, auge y decadencia. Una grave advertencia para la actual Europa
CAROLUS AURELIUS CALIDUS UNIONIS
El doble rostro de Roma
Roma fue, a lo largo de siglos, un ejemplo de expansión, innovación institucional y prosperidad económica sin precedentes, pero también un caso paradigmático de decadencia interna.
Existió una Roma que organizó un imperio regido por leyes, con mercados interconectados y mecanismos sofisticados de crédito y comercio. Pero también existió una Roma que se deslizó hacia el despilfarro, el intervencionismo extremo, la dependencia del subsidio, la crisis moral y cultural, y finalmente la pérdida de cohesión.
Lo importante —y lo que fundamenta el paralelismo con la Europa contemporánea— es que esta dualidad son dos fases de un mismo proceso histórico. En sus orígenes y durante su apogeo, Roma mostró la potencia de un entramado jurídico y económico eficiente; en su fase de declive, mostró cómo las decisiones políticas, sociales e ideológicas internas pueden erosionar esa base hasta el colapso.
1. Roma como economía de mercado plenamente funcional
La economía romana estuvo guiada por precios reales, contratos y lógicas de rentabilidad. Hoy sabemos que:
- Precios: Las fuentes literarias y epigráficas los mencionan constantemente. Cicerón se queja de las rentas (Ad Atticum 2.3)¹. Tácito comenta sobre salarios y precios en Anales 1.17². En Pompeya, el Corpus Inscriptionum Latinarum (CIL IV.138) recoge el pago de alquileres³. En CIL IV.1220 aparecen tarifas de baños, y hasta los templos cobraban por rituales (CIL VI.9711).
- Pagos monetarios: Los soldados cobraban paga (stipendium) en efectivo, no en especie.
- Contratos de préstamo: En Alburnus Maior (20 de octubre del 162 d.C.), un contrato (CIL III.934–935) registra un préstamo de 60 denarios al 1% mensual, con avalista externo y cláusula de transferibilidad. En Egipto, en 141 d.C., un préstamo de 3500 dracmas al 12% anual (P. Tebt. II 389)⁴ entre dos mujeres se formalizó por giro bancario privado.
- Tipos de interés y primas de riesgo: En contextos de alto riesgo, como el comercio marítimo, las tasas alcanzaban el 24% (Dig. 22.2.1)⁵, con cláusulas que liberaban al prestatario si el barco naufragaba.
- Crisis de liquidez del 33 d.C.: Narrada por Tácito (Ann. 6.16), Dión Casio (58.21.1-5) y Suetonio (Tiberio 48.1)⁶. Una ley obligó a mantener capital en tierras italianas, lo que colapsó el crédito e hizo caer precios; Tiberio respondió con 100 millones de sestercios en créditos sin interés y garantía inmobiliaria.
- Mercado inmobiliario: El catastro de Veleia (CIL XI.1147) documenta parcelas con tasaciones homogéneas; Plinio el Joven (Ep. 3.19.2-3)⁷ habla de comprar tierras para consolidar y aumentar rendimiento.
- Agricultura empresarial: La finca egipcia de Appianus —documentada por las fuentes papirológicas— empleaba contabilidad de partida doble, salarios a jornaleros, compra de insumos y venta de excedentes (Rathbone, Economic Rationalism and Rural Society, pp. 393-401)⁸.
- Comercio marítimo a gran escala: Roma importaba 150.000–300.000 toneladas de grano anuales (Rickman, The Corn Supply of Ancient Rome, p.10)⁹. El transporte lo gestionaban navieras privadas (navicularii), que se agrupaban en sociedades para repartir riesgo (Sirks, Food for Rome, p. 25-33)¹⁰.
- Convergencia de precios: Cuando un benefactor de Lete (Macedonia) vendió grano “por debajo del precio vigente” (Garnsey, Famine and Food Supply, p. 247)¹¹, se entendió como un acto notable: implicaba que existía un precio de mercado reconocido.
En resumen, Roma funcionó como una economía de mercado descentralizada: oferta y demanda fijaban precios, el crédito y la inversión eran comunes, y las instituciones legales garantizaban contratos.
2. Pax Romana y políticas expansivas: auge y equilibrio inicial
Con Augusto comenzó la Pax Romana:
- Paz interior, control de fronteras y gran expansión de infraestructuras.
- Botín egipcio tras Actium (Suet., Aug. 41)¹² y explotación minera estatal.
- Grandes campañas de obras públicas enumeradas en las Res Gestae Divi Augusti 19–21¹³: templos, acueductos, carreteras (calzadas).
- Reforma de subsidios: reducción de beneficiarios de 320.000 a 200.000 (Suet., Aug. 42)¹⁴.
- Crédito barato y abundancia monetaria gracias a las cecas en Hispania, Galia y Roma.
Este modelo recuerda al New Deal del siglo XX, en los EEUU, con gasto expansivo para empleo y recuperación económica.
3. Del equilibrio a la hipertrofia estatal
El sistema viró hacia un modelo insostenible:
- Intervencionismo creciente: control de precios (Edictum de pretiis de Diocleciano, 301 d.C.)¹⁵, subsidios amplísimos.
- Carga fiscal opresiva y burocracia sobredimensionada (Jones, The Later Roman Empire, pp. 454-460).
- Dependencia social extendida: en el s. IV, dos libras de pan diarias más otros alimentos básicos se daban gratuitamente (Cod. Theod. 14.17).
- Devaluaciones monetarias (Duncan-Jones, Money and Government in the Roman Empire).
- Medidas agrarias rígidas: prohibición de plantar viñedos en provincias (Plin., Nat. Hist. 14.4.49).
4. Crisis moral, cultural y demográfica
- Degeneración democrática en oclocracia: voto convertido en expolio de la minoría productiva por parte de la mayoría (Arist., Política).
- Hedonismo: Juvenal denuncia el panem et circenses en Sátira 10.77–81¹⁶.
- Baja natalidad y dificultad para mantener hijos: el alimenta de Trajano (CIL IX.1455) complemento de renta familiar.
- «Feminismo» romano tardío: Amaury de Riencourt (Sexo y poder en la Historia, cap. 3)¹⁷ describe una emancipación femenina que, al competir en términos masculinos, debilitó estructuras familiares y sociales, proceso comparable al el feminismo de «género» contemporáneo.
- Pérdida de cohesión identitaria: provincias con leyes, costumbres y religiones propias actuando cada vez más al margen del centro.
5. El derrumbe interno preludio de la caída externa
- Zósimo (Hist. 4.34) narra casos de poblaciones acogiendo a invasores.
- Los mineros de los Balcanes se pasaron a los visigodos en 378 (Amm. Marc., Res Gestae 31.12).
El Estado romano, percibido como opresor e ineficaz, había perdido legitimidad incluso entre sus propios ciudadanos.
6. Paralelismos con Europa contemporánea
- Estado del Bienestar hipertrofiado: alta fiscalidad, dependencia social, envejecimiento poblacional.
- Crisis demográfica e inmigración masiva descontrolada.
- Burocracia y regulación excesivas.
- Fragmentación cultural y pérdida de valores tradicionales, con fuerte influencia de ideologías postmodernas (woke, feminismo fanático antifamilia y antihombre).
- Apatía política y polarización.
El autor compara esta situación con un “tren hacia el precipicio” cuyos dirigentes aceleran en lugar de frenar.
Conclusión
Roma enseña que una civilización puede tener un sistema económico sofisticado y eficiente y aun así autodestruirse por errores internos:
- Ruptura del equilibrio entre libertad económica y control estatal.
- Pérdida de cohesión cultural e identitaria.
- Sustitución de la autosuficiencia y el mérito por subsidios y clientelismo.
- Endeudamiento y gasto insostenibles.
La advertencia es explícita: Europa recorre un camino inquietantemente parecido.
Y como recordó Ayn Rand: se puede ignorar la realidad, pero no las consecuencias de ignorar la realidad.
