Nos ha jodido mayo con las flores. En España hubo una vez una guerra…

PERO GRULLO DE ABSURDISTÁN, QUE A LA MANO CERRADA LLAMABA PUÑO.
Nos ha jodido mayo con las flores,
y sin embargo, aquí seguimos,
con la historia que nos llama,
no para regodearnos en sus heridas,
ni para reescribir sus páginas con rencor,
sino para aprender,
para no volver a tropezar
con las mismas piedras
que desgarraron nuestra tierra.
Verdad de Pero Grullo, que a la mano cerrada llamaba puño.
Nos ha jodido mayo con las flores,
la guerra civil -incivil-
aún susurra -y atruena- en los rincones,
y es deber nuestro escuchar,
conocer, estudiar,
no para alimentar el odio
ni avivar resentimientos,
sino para comprender
que quien no conoce su historia
está condenado a repetirla.
Verdad de Pero Grullo, que a la mano cerrada llamaba puño.
Nos ha jodido mayo con las flores,
pero nunca más, NUNCA,
debemos matarnos,
luchar hermanos contra hermanos,
como si fuéramos una raza maldita
condenada a la autodestrucción.
No somos monstruos,
ni debemos cargar eternamente
con culpas ajenas,
ni flagelarnos por errores
que no cometimos.
Nos ha jodido mayo con las flores,
porque la ecuación de Averroes
sigue moviendo el mundo:
la ignorancia empuja al miedo,
el miedo al odio,
y el odio a la violencia.
Rompamos esa cadena,
derribemos los muros
que levantan la incomprensión
y el fanatismo.
Verdad de Pero Grullo, que a la mano cerrada llamaba puño.
Nos ha jodido mayo con las flores,
pero no somos lo peor que ha parido madre,
no somos culpables de los males del pasado.
La historia fue la que fue,
y no puede ya enmendarse;
las deudas históricas son una falacia
que nos ata a fantasmas
y nos impide mirar de frente
al futuro y disfrutar el presente.
Nos ha jodido mayo con las flores,
es de locos, lo sabemos,
repetir, repetir, repetir
la misma conducta
y esperar que la próxima vez
los resultados sean diferentes.
No se trata de mirar atrás
para quedarnos atrapados,
como la mujer de Lot,
convertidos en estatuas de sal
por la nostalgia o el resentimiento.
Nos ha jodido mayo con las flores,
debemos sentirnos orgullosos
de ser quienes somos,
de ser la única nación
que diferencia en su lengua
el ser y el estar.
Porque lo español,
más que una esencia,
es una forma de estar,
de habitar el mundo
con pasión, con arte,
con esa mezcla de luz y sombra
que nos hace únicos.
Nos ha jodido mayo con las flores,
como decía Ortega y Gasset:
“Yo soy yo y mi circunstancia,
y si no la salvo a ella
no me salvo yo.”
Salvemos nuestra circunstancia,
cambiemos el rumbo,
miremos hacia adelante
sin miedo ni cadenas,
con la frente alta,
disfrutando el presente
y construyendo juntos
un país donde la paz
y la esperanza
sean el verdadero legado.
Nos ha jodido mayo con las flores,
y recordemos, aunque sea leyenda,
aquellas palabras atribuidas a Bismarck:
“La nación más fuerte del mundo es, sin duda, España.
Siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido.
El día que los españoles dejen de intentarlo,
volverán a ser la vanguardia del mundo”.
Nos ha jodido mayo con las flores,
hay que desterrar la idea equivocada de “Spain is different”.
España es Picasso, Dalí, Buñuel, Ortega y Gasset,
Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, Cervantes,
Velázquez, García Lorca, Severo Ochoa;
es el valle de Arán, la serranía de Cuenca,
Sierra Morena, el Teide y el monte Perdido,
la Peña de Francia, el Ebro, el Tajo,
la mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada,
la catedral de Burgos, la de Santiago de Compostela.
Nos ha jodido mayo con las flores,
España son las Cortes de Cádiz, ¡Viva la Pepa!,
las guerras carlistas, la primera república,
la restauración monárquica, la dictadura de Primo de Rivera,
la segunda república, la dictadura del General Franco,…
y también la conquista de América.
Nos ha jodido mayo con las flores,
España es la jota, las sevillanas, la muñeira, la sardana,
la tortilla de patatas, el gazpacho, la paella,
el pisto manchego, las corridas de toros, Manolete y “el Cordobés”,
los empalaos de la Vera, las procesiones de Semana Santa,
el Betis y el Sevilla, el Atleti, el Real Madrid, el Barça,
la selección nacional de fútbol, la RENFE, la Telefónica, Zara,
el cierzo y la tramontana…
Todo ello y mucho más, es España.
Y si alguien se sorprende de esta riqueza,
de esta diversidad, de este carácter indomable,
nos ha jodido mayo con las flores:
¡verdad de Pero Grullo, que a la mano cerrada llamaba puño!
¡Cómo no sentirnos orgullosos!
Por eso, los españoles decentes,
los que tenemos “ESPAÑA EN COMÚN”,
no debemos callar;
aunque algunos renieguen de su españolidad,
aunque otros la consideren algo rancio, antiguo,
anacrónico o propio de franquistas,
aunque nos llamen “fascistas”
por sentirnos orgullosos de las gestas de nuestros ancestros,
no debemos pedir perdón ni sentir culpa,
sino, al contrario, festejar a bombo y platillo,
en las calles, en los centros de estudio, en todos lados,
todo aquello de lo que deberíamos sentirnos
muy, pero que muy orgullosos.
Nos ha jodido mayo con las flores,
no seamos pesimistas,
la situación todavía tiene remedio:
basta con mirar atrás,
recuperar a los grandes hombres y mujeres
que han sobresalido en nuestra Historia
y decirles a nuestros compatriotas,
especialmente a los más jóvenes,
que no se dejen engañar por agoreros,
disgregadores o populistas.
Nos ha jodido mayo con las flores,
este país llamado España,
al que algunos procuran no nombrar
ni siquiera en la información meteorológica,
merece que nos sintamos orgullosos,
porque “si hemos sido grandes, podemos volver a serlo”.
Se lo debemos a los hombres y mujeres
que nos han legado su ejemplo, esfuerzo y sacrificio
a lo largo de los siglos.
Nos ha jodido mayo con las flores,
miremos hacia adelante,
construyamos juntos,
y celebremos, sin miedo y con alegría,
el privilegio de ser, y estar,
en España.