«León Ascendente»: Israel, Irán y el Nuevo Orden en Oriente Medio

Benjamin Netanyahu explicando el peligro nuclear de Irán
Shimshon Zamir y Carolus Aurelius Calidus Unionis
Hablemos de la operación militar “León Ascendente” que se está desarrollando en Oriente Medio, iniciada por Israel en la madrugada del viernes 13 de junio. El Estado de Israel en los últimos años, y especialmente desde el 7 de octubre de 2023, se ha visto obligado a enfrentarse a los “segundos” de Irán, es decir a las organizaciones apoyadas, financiadas e incluso entrenadas por el régimen teocrático de Teherán. Al final, Hamás, Hezbolá, Hutíes o Yihad Islámica han quedado prácticamente fuera de combate, y ha llegado el momento de un enfrentamiento directo entre Israel-Irán.
Esta vez, la operación, de una enorme complejidad y preparada durante años, ha añadido nuevos brillos a la fama del Mossad, cuya minuciosa precisión ha facilitado a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) un bombardeo masivo, pero también de una milimétrica exactitud, en los ataques y eliminación de los objetivos predeterminados en territorio iraní.
Como han informado los portavoces israelíes, “León Ascendente” se ha desarrollado en sus comienzos en tres fases. La primera, desarrollada a lo largo de varios años, realizada por agentes del Mossad, consistente en instalar sistemas de lanzamiento de municiones guiadas en diversas1 áreas militares iraníes, en las que se albergaban millares de misiles tierra-aire. Tales sistemas permanecieron inactivos (“dormidos”, en su propia jerga), hasta ser activados a distancia al comenzar la operación “León Ascendente”. Las municiones se activaron simultáneamente, alcanzando objetivos predeterminados, principalmente las defensas que protegían los silos y rampas de lanzamiento de los misiles iraníes.
La segunda fase, complementaria de la primera, la realizaron también Operativos del Mossad, que habían instalado en vehículos camuflados innovadoras tecnologías de ataque. Desplegados en diversos puntos estratégicos en territorio iraní, eliminaron la práctica totalidad de las defensas antiaéreas, despejando así el camino para que los cazas israelíes bombardearan sus objetivos son total precisión.
La tercera fase de la operación consistió en activar las decenas de drones que también había infiltrado el Mossad a lo largo de varios años, estableciendo de hecho una base secreta en Esfajabad, en las inmediaciones de la misma capital iraní, Teherán. Los drones activados atacaron simultáneamente decenas de plataformas estratégicas iraníes, instaladas como lanzadoras de los misiles tierra-tierra SRBM.
Una vez obtenido el control exclusivo sobre el cielo Iraní, la fuerza aérea ISRAELÍ comenzó a atacar toda una serie de objetivos materiales, humanos, y para reafirmar su supremacía.
Aunque el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que la operación se prolongaría los días que fueren necesarios para eliminar la totalidad de los objetivos, lo cierto es que el balance del blitzkrieg inicial israelí es sencillamente demoledor: inutilización de la instalación nuclear de Natanz; destrucción de la mayor parte de las infraestructuras de misiles iraníes, incluyendo sus fábricas y centros de lanzamiento y producción; descabezamiento de los Guardianes de la Revolución y del Ejército mediante la eliminación de sus generales jefes, y eliminación asimismo de los principales científicos nucleares iraníes, todos ellos fundamentales en el desarrollo del programa nuclear iraní.
- Blitzkrieg: «guerra relámpago», ofensiva rápida y decisiva, caracterizada por el uso coordinado de fuerzas mecanizadas (tanques, aviones y artillería) para romper las líneas enemigas y obtener victorias rápidas…
La reacción iraní no se ha hecho esperar y cientos de drones y misiles han sido lanzados sobre gran parte del territorio israelí, cuyas distintas capas de defensa han logrado neutralizar a la mayor parte.
Pero, salvo una sorpresa, que sería mayúscula, lo cierto es que Israel ha logrado una victoria aplastante y rápida en una guerra más por su derecho a existir. El asesinado general Hossein Salami, uno de los más fervientes seguidores del líder máximo, el ayatolá Alí Jamenei, había preconizado que abriría “las puertas del infierno” a Israel. De momento es Israel quién le ha enviado a él al paraíso, debilitando de paso a un régimen que va a tener muy difícil concitar unidad sin fisuras en el odio hacia Occidente en general, y hacia Israel en particular, y que probablemente opte (si sobrevive) por aumentar la brutal represión a la que somete al mínimamente discrepante.
Israel ha hecho ostensible, más aún si cabe, su hegemonía militar y tecnológica en la región porque el golpe estratégico ha sido mayúsculo. El mismo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tenido que respaldar por completo a Israel, después de haber comprobado que, con o sin Trump, Israel no está dispuesto a que lo borren del mapa.
Aunque no lo manifiesten con un entusiasmo indescriptible, la victoria de Israel en esta guerra es también un alivio y una satisfacción, por muy contenida que sea, de los países que apostaron por cooperar con Israel en todos los campos, los famosos Acuerdos de Abraham. Y, claro está, un nuevo zarpazo doblado del correspondiente aviso, a los que no renuncian a negarle la existencia y prefieren seguir en la confrontación permanente. A cambio, los israelíes habrán de seguir viviendo con el fusil a mano y a dormir siempre con al menos un ojo abierto.
Es interesante analizar la situación actual. Cuando Hamás invadió Israel el 7.10.2023, este movimiento terrorista esperaba que Hisballah desde Líbano, los Hutíes desde Yemen, Los Iraníes ubicados en Siria, las milicias pro-iraníes en Irak e Irán mismo apoyaran su lucha contra ISRAEL. Pero todos los nombrados, a excepción de Hisballah se abstuvieron de actuar… hasta que no solamente Hamás en GAZA, sino también Hisballah en Líbano fueron destruidos por ISRAEL. El enorme debilitamiento de Hisballah creó las condiciones para la caída de Assad en Siria.. A continuación fueron los Hutíes desde Yemen quienes trataron de atacar a ISRAEL, y también ellos fueron repelidos militarmente en una serie de ataques a sus puertos marítimos y aeropuertos… hasta que también desde allí cesó el fuego contra ISRAEL. Ahora le llegó el turno a Irán… o como dirían los ISRAELÍES, «la cabeza del pulpo terrorista». Irán pretendía recibir ayuda política y/o militar de los miembros de su eje… RUSIA, CHINA y COREA del NORTE. Todos ellos están mudos, callan y no van más allá de alguna que otra declaración pública contra ISRAEL. Ayuda militar de parte de Rusia (que por sí misma necesita ayuda de Irán) no llega… ayuda de China (el principal comprador de petróleo iraní) tampoco llega, y Corea del Norte parece que está especialmente ocupada en sus propios problemas internos. Los PAÍSES ÁRABES y MUSULMANES no consiguen publicar más que una declaración criticando a ISRAEL… (en gran medida porque en la realidad ellos deserarían ver a Irán doblegado)… Y los tres grandes PAÍSES EUROPEOS (Alemania, Francia e Inglaterra) amenazan con imponer sanciones económicas contra Irán por el incumplimiento por parte de este país de los compromisos relacionados con los límites del enriquecimiento de URANIO. EEUU (a pesar de ciertas discusiones internas dentro del Partido Republicano) amenaza con plegarse en un ataque conjunto con ISRAEL contra las instalaciones subterráneas atómicas que Irán construyó en FORDOW.
La visión es clara… Ir´ran se ha quedado solo… y los distintos actores internacionales (que generalmente no «miman» a ISRAEL) están en esta ocasión a su favor… y la única pregunta que queda es saber cuánto tiempo tardará Irán en elevar la bandera de rendición… cuál será el alcance de esa rendición y cuál será la suerte del Gobierno de los AYATOLAS al día siguiente. La idea general es que el actual Gobierno Iraní debe ser disuelto, y un gobierno más democrático y liberal debe ocupar su lugar… La oposición Iraní (dentro y fuera del país) está bastante separada en grupos muy diversos, pero la población puede responder a la situación actual con un levantamiento popular contra los AYATOLAS y sus simpatizantes.
Implicaciones Geopolíticas
La operación “León Ascendente” no es solo un episodio bélico, sino un punto de inflexión en la concepción del poder y la legitimidad en Oriente Medio. Desde la perspectiva de la filosofía política, podríamos analizar este evento como una manifestación extrema de la tesis de la soberanía: Israel, al actuar de manera unilateral y decisiva, reafirma su soberanía en un entorno hostil, desafiando el statu quo regional y cuestionando la capacidad de los regímenes teocráticos para mantener el monopolio de la violencia legítima sobre sus territorios.
La toma de decisiones en contextos de alta complejidad y riesgo existencial no puede depender de procesos deliberativos lentos o mayoritarios, sino de la eficacia y la capacidad técnica de las élites políticas y militares. Israel, en este sentido, ha demostrado una capacidad de acción y respuesta que desafía los límites de la democracia representativa convencional.
El éxito de la operación israelí pone de relieve la importancia de la eficiencia institucional y la capacidad de adaptación de los aparatos de Estado. Mientras que Irán se enfrenta a una crisis de liderazgo y cohesión interna, Israel ha sabido capitalizar la innovación tecnológica, la inteligencia estratégica y la coordinación interinstitucional para lograr un objetivo de enorme complejidad.
Este contraste invita a reflexionar sobre la necesidad de reformas institucionales profundas, no solo en Oriente Medio, sino en cualquier sistema político que pretenda garantizar la seguridad y la prosperidad de sus ciudadanos. La autonomía de las agencias de inteligencia, la descentralización de la toma de decisiones y la inversión en tecnología son factores clave para la supervivencia y el éxito de los Estados en el siglo XXI.
El Futuro de Irán
La más que posible caída del régimen de los ayatolás plantea un escenario inédito para la región. La idea de un gobierno más democrático y liberal en Irán, aunque atractiva, debe ser analizada a la luz de las divisiones internas de la oposición y la falta de un proyecto político unificado. A estas alturas del siglo XXI no es cuestión de idealizar la democracia como solución universal: la transición hacia un sistema más abierto requiere no solo el cambio de gobierno, sino también la construcción de instituciones sólidas y una cultura política que valore la pluralidad y el respeto a las minorías.
La posibilidad de un levantamiento popular contra los ayatolás abre la puerta a un proceso de transformación profunda, pero también al riesgo de inestabilidad y fragmentación. La experiencia internacional muestra que las transiciones políticas en contextos de crisis suelen ser complejas y requieren un equilibrio entre la eficacia gubernamental y la legitimidad democrática.
El Papel de la Comunidad Internacional
La reacción internacional ante la operación “León Ascendente” revela una paradoja: aunque la mayoría de los actores globales no suelen apoyar abiertamente a Israel, en esta ocasión han optado por respaldar la acción israelí o, al menos, no oponerse frontalmente. Esto puede interpretarse como una aceptación tácita de la hegemonía militar y tecnológica de Israel, pero también como una estrategia pragmática para contener la influencia iraní en la región.
La amenaza de sanciones económicas por parte de Europa y la posibilidad de una intervención conjunta con Estados Unidos subrayan la importancia de la cooperación internacional en la gestión de crisis de seguridad global. Sin embargo, también plantean interrogantes sobre la justicia y la legitimidad de las acciones coercitivas contra regímenes considerados hostiles.
La operación “León Ascendente” marca un antes y un después en la historia de Oriente Medio.