La guerra Israel-Irán en 2025: Historia, ideología, estrategia y… el momento de la verdad

CAROLUS AURELIUS CALIDUS UNIONIS Y SHIMSHON ZAMIR
Un conflicto con raíces milenarias y una amenaza existencial
La guerra abierta entre Israel e Irán en 2025 no es solo el último episodio de una larga cadena de hostilidades regionales, sino la culminación de una confrontación que hunde sus raíces en la historia, la ideología y la memoria colectiva. Para entender su sentido profundo, es necesario remontarse a los tiempos bíblicos y reconocer cómo la narrativa de la supervivencia judía ante el odio exterminador —encarnada en la historia de Purim y la figura de Hamán— sigue resonando hoy en la política y la percepción israelí frente a la amenaza iraní.
La historia de Purim, relatada en la Meguilat Ester, narra cómo Hamán, el poderoso ministro persa, decretó el exterminio total de los judíos del Imperio Persa. No buscaba su exilio ni su esclavitud, sino su aniquilación absoluta, motivada por un odio irracional y visceral, sin base política ni territorial. Ese odio amalequita, obsesivo y existencial, es el mismo que muchos israelíes y judíos identifican en la política oficial de la República Islámica de Irán desde 1979.
II. De Shushan a Teherán: el odio como política de Estado
El paralelismo histórico no es casual ni retórico. Desde la llegada al poder del Ayatolá Khomeini, el régimen iraní proclamó públicamente la destrucción del Estado de Israel como objetivo estratégico y religioso. No existe una disputa territorial ni un conflicto histórico directo entre ambos países; la distancia geográfica entre Israel e Irán es comparable a la que separa a Argentina de Venezuela. Sin embargo, la obsesión iraní con la desaparición de Israel y el odio hacia los judíos del mundo entero se ha manifestado en discursos, atentados terroristas (como los perpetrados en Buenos Aires en 1992 y 1994), y en símbolos como el “reloj apocalíptico” instalado en Teherán, que cuenta los días hasta la desaparición de Israel, fijada por el propio Khamenei para el año 2040.
Durante décadas, Irán ha repetido su amenaza en todos los foros posibles, desde la ONU hasta sus desfiles militares, con misiles marcados con la consigna “Israel debe ser borrado del mapa”. El mundo, en gran medida, ha preferido ignorar la literalidad de estas amenazas, subestimando su alcance y su potencial destructivo.
III. El estallido de la guerra: golpes decisivos y el colapso del “eje de resistencia”
La ofensiva israelí de 2025 ha sido un golpe quirúrgico y devastador contra el corazón del régimen iraní. Israel no solo ha destruido instalaciones nucleares clave y eliminado a figuras centrales de la Guardia Revolucionaria y la inteligencia, sino que ha demostrado una capacidad de penetración y precisión sin precedentes, apoyada por una red de inteligencia (Mossad) que opera eficazmente en territorio persa.
La respuesta iraní ha sido limitada y simbólica, incapaz de contrarrestar la superioridad tecnológica y militar israelí. Los sistemas de defensa antimisiles y la cooperación con aliados occidentales han neutralizado la mayoría de los ataques iraníes, dejando en evidencia la debilidad estructural del régimen de Teherán.
A nivel regional, el llamado “eje de resistencia” que Irán había construido ha colapsado: Hamás está diezmada y aislada en Gaza, Hezbolá ha perdido liderazgo y capacidad de respuesta en Líbano, los hutíes de Yemen sufren represalias y Siria, tras la caída de Bashar al-Asad, ya no es un aliado operativo. Irán se encuentra más solo que nunca, sin el respaldo efectivo de Turquía, Rusia o China, que no han pasado de la condena verbal.
IV. El régimen ante su mayor fragilidad: Khamenei en la mira
En este contexto de crisis, la figura de Ali Khamenei, líder supremo de Irán desde 1989, se ha convertido en el punto focal de la estrategia israelí. Por primera vez, altos funcionarios israelíes han amenazado abiertamente con eliminar a Khamenei, comparando su destino con el de Saddam Hussein. Rumores sobre su salud mental y física, agravados por la eliminación de sus colaboradores más cercanos, han alimentado especulaciones sobre su capacidad para seguir gobernando.
La sucesión de Khamenei es incierta y potencialmente explosiva. Mojtaba Jamenei, su hijo, carece de legitimidad y carisma, y el régimen podría verse abocado a una lucha interna entre facciones clericales, militares y reformistas. El descontento social es creciente, alimentado por la crisis económica, la represión y la incapacidad del régimen para responder a las aspiraciones de una sociedad cada vez más joven y conectada.
El simple hecho de que la posibilidad de un ataque directo a Khamenei sea tema de debate abierto en Israel y Occidente es el síntoma más claro de la extrema fragilidad del régimen iraní en 2025. La combinación de presión militar externa, crisis de liderazgo, aislamiento internacional y descontento social ha colocado a la República Islámica ante su mayor encrucijada desde 1979. El desenlace sigue siendo incierto, pero el final de la era Khamenei parece más cercano que nunca.
V. El factor Netanyahu: profecía y doctrina de seguridad
Desde hace más de cuatro décadas, Benjamin Netanyahu ha advertido sobre la amenaza existencial que representa un Irán nuclear para Israel. Su doctrina es clara: cuando los enemigos de los judíos anuncian su intención de destruirlos y adquieren los medios para hacerlo, no hay margen para la duda ni para la pasividad. La historia de Purim se convierte así en una guía de acción estratégica: no esperar a que el enemigo cumpla su amenaza, sino anticiparse y neutralizarla por todos los medios necesarios.
La campaña militar israelí de 2025 es la materialización de esta doctrina: una acción preventiva, audaz y arriesgada, que busca no solo retrasar el programa nuclear iraní, sino descabezar el régimen y, en última instancia, provocar su colapso.
VI. Economía israelí: fortaleza en medio de la tormenta
Contrariamente a la lógica habitual de que la guerra debilita la economía, Israel ha mostrado una resiliencia y dinamismo excepcionales durante este periodo de conflicto prolongado. Los datos económicos más recientes y fiables contradicen cualquier narrativa de crisis o recesión:
- Mercado bursátil: El valor bursátil israelí a finales de 2024 alcanzó aproximadamente 1,4 billones de NIS (Nuevo Shekel israel, equivalente a 0,25 Euros), un 30% superior al de finales de 2023, reflejando un aumento histórico de los índices bursátiles. El TA-35 y el TA-125 han marcado máximos históricos en 2025, con una revalorización de más del 30% en 2024 y un crecimiento sostenido en 2025, algo sin parangón en la OCDE.
- Confianza de los inversores: Este crecimiento bursátil refleja la confianza tanto de inversores internos como de capital extranjero, que ven en Israel un destino seguro y rentable incluso en tiempos de guerra.
- Empleo: El año 2024 cerró con una tasa de desempleo excepcionalmente baja, del 2,6%, pese a la presencia de unos 200.000 trabajadores extranjeros en el país. El mercado laboral funciona a pleno rendimiento, y la escasez de mano de obra es mínima.
- Inflación: La tasa anual de inflación se sitúa en torno al 3,1%-3,3%, un dato que, lejos de indicar crisis, refleja una economía activa y una demanda interna robusta.
- Exportaciones de defensa: En 2024, las exportaciones israelíes alcanzaron un récord histórico, especialmente en el sector de defensa, superando los 14.700 millones de dólares, un 13% más que el año anterior. Este auge se atribuye a la creciente demanda internacional de tecnología militar israelí, probada en combate y reconocida por su calidad y valor agregado.
- Crecimiento del PIB: El crecimiento del PIB israelí se aceleró al 3,4% anualizado en el primer trimestre de 2025, impulsado por la recuperación de la inversión y la construcción, y se prevé que la economía siga creciendo a buen ritmo, aunque con algunos riesgos derivados de la prolongación del conflicto.
Estos datos demuestran que la economía israelí no solo ha resistido el embate de la guerra, sino que ha salido fortalecida y se mantiene como una de las más dinámicas y resilientes del mundo desarrollado.
Impacto regional y global
La guerra ha tenido un impacto inmediato en los mercados energéticos y financieros globales: el precio del petróleo y el gas se ha disparado, las bolsas internacionales han experimentado volatilidad y el riesgo de una crisis energética global es real si Irán decide atacar infraestructuras en el Golfo Pérsico o cerrar el Estrecho de Ormuz.
A nivel interno iraní, la presión sobre el régimen podría desembocar en protestas masivas, luchas intestinas o incluso el colapso del sistema, aunque el aparato represivo sigue siendo formidable. El aislamiento internacional de Irán es casi total, y la posibilidad de una intervención diplomática o militar de las grandes potencias para forzar una transición negociada está sobre la mesa.
Posibilidades previsibles
1. Caída del régimen iraní actual: el objetivo estratégico de Israel y Estados Unidos
La hipótesis más relevante y que actualmente guía la estrategia de Israel y Estados Unidos es la caída del régimen de los ayatolás en Irán. Ambos gobiernos parecen buscar, mediante una combinación de presión militar, operaciones selectivas y aislamiento internacional, un deterioro progresivo de la capacidad de respuesta y cohesión interna del régimen iraní. El objetivo es acelerar una reacción en cadena —ya sea a través de protestas populares, divisiones internas en el aparato de seguridad o una crisis de sucesión tras la eventual desaparición de Ali Khamenei— que desemboque en el colapso del sistema teocrático y la apertura de un nuevo ciclo político en Irán.
Esta posibilidad se ve reforzada por varios factores:
- El desgaste acumulado por años de sanciones, inflación y descontento social crónico.
- La erosión de la percepción de invulnerabilidad del régimen tras los golpes selectivos israelíes y la eliminación de líderes clave.
- El debate interno y la incertidumbre sobre la sucesión de Khamenei, que agravan las luchas de poder y la inestabilidad.
- La expectativa de que una presión sostenida —y la demostración de que el régimen no puede proteger a su élite— aliente a la sociedad iraní a movilizarse por un cambio político profundo.
No obstante, este escenario entraña riesgos considerables: un colapso desordenado podría desembocar en un vacío de poder, guerra civil o radicalización, y cualquier ataque exterior tiende a reforzar el nacionalismo y cerrar filas en torno al régimen, al menos temporalmente.
Otras posibilidades (actualmente más débiles):
- Escalada controlada:
Israel podría mantener una campaña de ataques selectivos para impedir la reconstrucción nuclear iraní, mientras Irán responde con acciones limitadas y evita una guerra total. La tensión se mantendría alta, pero sin un desenlace inmediato. - Regionalización del conflicto:
Si Irán activa a sus últimos aliados o ataca infraestructuras energéticas, el conflicto podría expandirse y provocar una crisis económica mundial, forzando la intervención de EE.UU. y Europa. - Radicalización y aceleración nuclear:
La desaparición de Khamenei o una escalada militar podría llevar a los sectores más duros a acelerar el programa nuclear y aumentar la represión interna, aunque este escenario parece menos probable mientras la presión internacional se mantenga firme. - Salida diplomática forzada:
Las grandes potencias podrían intentar forzar una negociación bajo condiciones estrictas, pero la desconfianza mutua y la radicalización dificultan este escenario en el corto plazo.
Conclusión: Una nueva Meguilat Ester en la historia moderna
La guerra entre Israel e Irán en 2025 es mucho más que un enfrentamiento militar: es la actualización de un conflicto existencial, ideológico y simbólico que atraviesa milenios de historia judía y persa. La obsesión genocida de Hamán, reflejada hoy en la retórica y la política iraní, encuentra su respuesta en la determinación israelí de sobrevivir y defenderse por todos los medios.
El desenlace sigue abierto, pero una cosa es segura: se está escribiendo una nueva Meguilat Ester, en la que la supervivencia, la memoria y la acción preventiva son las claves para enfrentar a los nuevos Hamán de la historia. Que Dios bendiga a Israel y a todos los que luchan contra la tiranía y el odio, y que la lección de Purim —no ignorar las amenazas, no confiar en la pasividad— siga guiando a quienes buscan un futuro de paz y seguridad para todos.
- Meguilat Esther (el Libro de Esther) es el texto judío donde se cuenta la historia de Purim y se ordena celebrar la festividad. El Libro de Ester narra la historia acontecida en Susa, en la fastuosa corte del rey Asuero, emperador de Persia. Ante la nega tiva de la reina Vasti de obedecer al rey y presentarse en un ostentoso banquete ofrecido por aquél a sus subditos, éste decide destronarla y buscar otra esposa que ocupe su lugar. La candidata seleccionada entre las muchas bellezas del reino, poseedora de una hermosura extrema, será Ester, quien fuera presentada ante el monarca por uno de sus eunucos, responsable del harén. Ester es la prima e hija adoptiva de Mardoqueo, el judío; a instancias de éste, Ester no revelará inicialmente su pertenencia al pueblo hebreo. Mardoqueo —quien ha salvado la vida del rey, revelando la conspiración de dos eunucos que intentaban asesinarlo— se niega a arrodillarse ante el poderoso ministro del rey, Aman. Ello despierta su ira y la determinación de exterminarlo a él y a todo el pueblo hebreo, propósito que logra vehiculizar, convenciendo a Asuero de que el pueblo judío, poseedor y observante de otras leyes, constituye un obstáculo para los objetivos del imperio. El monarca promulga un edicto, en el que se ordena la aniquilación de todos los hebreos del Imperio en el día 13 del mes de Adar. Mardoqueo conmina a Ester a que interceda ante el rey a favor de su pueblo. En un comienzo, ella se resiste a asumir este rol, el cual implica el riesgo de su vida, dado que debería presentarse ante el rey sin haber sido llamada, lo cual, según la legislación del reino, significaba la inmediata ejecución del transgresor. No obstante, Ester termina comprometiéndose a comparecer ante Asuero, solicitando tan sólo una concesión de tres días antes de hacerlo, durante los cuales todos los judíos de Susa deberían ob servar un ayuno. Transcurrido el plazo, Ester se presenta ante el rey y éste no sólo no la castiga por ello, sino que acepta asistir al banquete que Ester le ofrecerá a él y a Aman, en donde le soli citará un favor. Aman está feliz con la invitación, pero aún re siente la pertinacia de Mardoqueo, para quien, entonces, prepara una horca. En el banquete ofrecido por Ester, ésta pide por su vida y por la de su pueblo, revelando que el enemigo que ha elucubrado su exterminio es Aman. Así es como este último ter minará colgado de la horca que estaba destinada a Mardoqueo, quien ocupará en su lugar el puesto de ministro. Asuero promulga un segundo edicto que permitía a los judíos defenderse y hasta instar a otros pueblos a que los apoyaran, el mismo día designado para su exterminio: el 13 de Adar. El edicto fue así ejecutado y el 14 de Adar, tras terminar con los enemigos, los judíos de todo el imperio Persa celebraron la victoria y estos días fueron instituidos como fiesta para las generaciones venideras…