La concejala de VOX en Granollers (Barcelona) saca los colores al consistorio por su mala gestión

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El pasado martes 23 de septiembre tuvo lugar un pleno extraordinario en Granollers, donde debía debatirse el estado de la ciudad. Un grupo de vecinos del barrio de la Font Verda asistió con pancartas y lemas reivindicativos para denunciar los problemas que sufre la zona. Algún medio de comunicación, con intención de desprestigiarlos, publicó que portaban mensajes antiinmigración, lo cual es falso. La realidad, más allá de estas propuestas, es que el consistorio, con mayoría absoluta del PSC, vive en una realidad paralela a lo que ocurre en Granollers. Así lo expresó claramente la representante de VOX, Cristina Tarrés. El concejal del PP, José María Moya, que normalmente no asiste a actos municipales y permanece alejado de la realidad del municipio, intervino siguiendo la línea argumental de la concejala de VOX.

En su discurso, la concejala de VOX fue coherente con lo que ha venido señalando desde el inicio del mandato. A la alcaldesa, Alba Barnusell, le dijo:
—“Usted vive, y sigue viviendo, en el país de las maravillas. Yo iba a ponerle un título: Alicia en el país de las maravillas, pero ahora es Alba en el país de las maravillas. Tiene un concepto equivocado de la ciudad. Desconoce la realidad. ¿Cuál es la realidad? Estos vecinos son la realidad. La gente está cansada de que no se solucionen los problemas: la limpieza, la seguridad, las famosas rampas mecánicas, que nunca han funcionado y ya veremos cuándo lo harán; el pavimento roto; la inseguridad de los vecinos; las plagas de ratas; las drogas; la inexistente policía de barrio; el conflicto con la policía local… La ciudad está hecha un desastre”.

El Ayuntamiento de Granollers presenta cada año un superávit de dinero en caja, pero esto no se refleja en la calle. Un ayuntamiento no es una empresa: tener dinero acumulado no significa gestionar bien, sino más bien lo contrario. Los ayuntamientos deben invertir los recursos que reciben —ya sea de impuestos, consejos comarcales, Diputación o Estado— en mejorar el municipio, no en presumir de solvencia. Y más aún en momentos como estos, en los que los bancos cobran intereses por mantener el dinero depositado.

Otro de los temas importantes es la policía local, que sufre graves carencias. Como explicó la concejala Tarrés:
—“Ustedes quieren poner en marcha un nuevo modelo de organización de la policía local y, para ello, cuentan con un nuevo inspector jefe, cuya labor es ejecutar todo lo que ustedes le indiquen. Pero la plantilla oficial de 96 agentes no existe en la práctica. La realidad operativa es de 50, 30 o incluso 20 policías. Digan la verdad, expliquen de cuántos efectivos disponen. Además, llevan tiempo hablando de la policía de barrio. Yo llevo años escuchando lo mismo, y siguen sin cumplirlo. Y no pueden cumplirlo porque faltan efectivos. Lo que piden los ciudadanos es un policía de barrio mañana, tarde y noche, pero no hay manera. Mire, cuando hablamos de seguridad, tome nota, señora alcaldesa. Granollers era una ciudad tranquila, ahora es todo lo contrario: venta de drogas en la calle, personas sin techo —algunos violentos—, peleas incluso con armas blancas… Es necesario un mínimo para restablecer el orden”.

La movilidad es otro de los problemas de Granollers. Cada día resulta más complicado para personas en silla de ruedas o con cochecitos de niños desplazarse por la ciudad. Además, como ocurre en otros municipios, se empadrona a personas llegadas de fuera para que puedan acceder a ayudas sociales, sin cumplir siempre con la legalidad. Mientras tanto, muchos vecinos de Granollers se quejan de no recibir esas ayudas y de ver cómo otros se sitúan por delante. Es un problema latente en muchos municipios catalanes, al que los partidos no ponen remedio. Por eso, partidos como Aliança Catalana están en alza, al defender que primero deben atenderse las necesidades de los vecinos de la ciudad, siguiendo una lógica similar a la doctrina Monroe.

Finalmente, la concejala de VOX advirtió a la alcaldesa:
—“Van a perder la mayoría absoluta que tienen en las próximas elecciones municipales de mayo de 2027. La perderán en Can Bassa, Can Gili, Granollers Norte, en la Font Verda, en Poniente… Y la perderán porque aún no se han enterado de que el mundo ha cambiado. Ustedes no van a gobernar en 2027”.

La concejala concluyó pidiendo paciencia a los ciudadanos y subrayando que será en las elecciones municipales de 2027 cuando se verá la respuesta real de los vecinos de Granollers.

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