Genocidio de Cristianos en Nigeria: Matar en nombre de Dios…

La reciente masacre de cristianos en Yelewata, estado de Benue (Nigeria), perpetrada por fanáticos armados de la etnia fulani, es solo el último episodio de una larga cadena de atrocidades que, por su sistematicidad, brutalidad y motivación religiosa, cumplen todos los requisitos para ser calificados como genocidio. Este artículo aborda el hecho con la máxima exhaustividad, sin eufemismos ni tibieza, y lo sitúa en el contexto de los grandes genocidios de la historia reciente, con rigor conceptual y documental.


¿Qué es el Genocidio? Origen, Definición y Derecho Internacional

El término ‘genocidio’ fue acuñado por Raphael Lemkin, jurista polaco de origen judío, en 1944, a partir del griego genos (“raza” o “pueblo”) y el sufijo latino cide (“matar”). Lemkin lo definió para describir el proceso sistemático de localizar, registrar, marcar, aislar, desposeer, humillar, concentrar, transportar y asesinar a cada uno de los miembros de un grupo étnico, como ocurrió durante el Holocausto.

La primera vez que el término se incluyó en el derecho internacional fue en los juicios de Núremberg, donde se aludió al “genocidio deliberado y sistemático mediante la exterminación de grupos étnicos y nacionales perpetrada contra la población civil de los territorios ocupados con la intención de destruir etnias, sectores de población y grupos nacionales étnicos y religiosos”.

La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU (1948) y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (1998) establecen que el genocidio es un crimen internacional, perseguible en tiempo de paz y de guerra, y que puede ser juzgado por tribunales internacionales o nacionales, incluso contra jefes de Estado y superiores jerárquicos.

El genocidio, según el Derecho Internacional, consiste en:

  • Matanza de miembros del grupo.
  • Lesión grave a la integridad física o mental.
  • Sometimiento intencional a condiciones de existencia que conlleven su destrucción física.
  • Medidas destinadas a impedir nacimientos.
  • Traslado forzoso de niños a otro grupo.

El Genocidio de Cristianos en Nigeria: Crónica de una Matanza

Hechos de Yelewata, Benue

La noche del 13 al 14 de junio de 2025, al menos 200 cristianos —bebés, niños, madres y padres— fueron aniquilados en la localidad de Yelewata, estado de Benue, por fanáticos armados fulanis que irrumpieron gritando “Allahu Akhbar” (“Dios es grande”). Las víctimas, en su mayoría desplazados internos que huían de la violencia previa, dormían en alojamientos temporales cuando los atacantes prendieron fuego a las puertas y abrieron fuego indiscriminadamente.

Métodos de exterminio:

  • Quemados vivos, acuchillados, ejecutados a balazos.
  • Cadáveres irreconocibles, incluidos bebés y niños.
  • Ataque sistemático y coordinado, aprovechando la lluvia y la noche.
  • Supervivientes huyendo despavoridos a aldeas vecinas, dejando la ciudad desierta.

El horror fue tal que el párroco local, el padre Ukuma Jonathan Angbianbee, describió la escena como “espantosa”, con cuerpos esparcidos por todas partes, muchos de ellos irreconocibles.


Contexto: Limpieza Étnica y Persecución Religiosa

Benue, con más del 95% de población católica, ha sido epicentro de una campaña sistemática de violencia contra cristianos. Líderes de la Iglesia y organizaciones humanitarias denuncian un plan yihadista para expulsar a la población cristiana y tomar control de sus tierras, lo que constituye una limpieza étnica en toda regla.

En los últimos meses, ataques similares han dejado más de 100 muertos y miles de desplazados, en un goteo constante de sangre ignorado por buena parte de la comunidad internacional.


Matar en Nombre de Dios: La Denuncia de Saramago

José Saramago, crítico feroz de la violencia religiosa, dejó frases demoledoras sobre el crimen de matar en nombre de Dios:

“Una de ellas —afirma—, la más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón es aquella que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones manda matar en nombre de Dios… Ya se ha dicho que las religiones, todas ellas, sin excepción… han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de matanzas, de monstruosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno de los más tenebrosos capítulos de la miserable historia humana”.

Esta reflexión es especialmente pertinente ante la masacre de Benue, donde los asesinos irrumpieron gritando “Allahu Akhbar” antes de prender fuego y disparar a familias cristianas dormidas.


El Silencio y la Tibieza Internacional

La reacción internacional frente a la masacre de cristianos en Nigeria ha sido, una vez más, tibia y vergonzosa. La comunidad internacional, que suele movilizarse ante tragedias de otros grupos, apenas ha levantado la voz por estas víctimas. La actitud predominante es la indiferencia, el mirar para otro lado, como si la vida de los cristianos africanos valiera menos en la balanza geopolítica.


El Vaticano: Condena Formal, Silencio Práctico

El Papa León XIV condenó la masacre durante el Ángelus, rezando por la paz y la justicia en Nigeria. Sin embargo, su reacción se ha limitado a palabras y oraciones, sin que el Vaticano despliegue su considerable capacidad diplomática para exigir acciones concretas o protección efectiva para los cristianos perseguidos. La Iglesia local y los obispos nigerianos han exigido medidas urgentes, pero el eco en Roma ha sido, como tantas veces, insuficiente y casi silencioso.


Genocidios en la Historia Reciente: Perspectiva Comparada

El genocidio de cristianos en Nigeria debe entenderse en el contexto de los grandes crímenes de exterminio de la historia moderna y contemporánea:

1. El Holocausto

El exterminio sistemático de seis millones de judíos por el régimen nazi, junto a millones de otras minorías, marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. El proceso incluyó localización, persecución, secuestro, encierro en campos de exterminio y asesinato masivo por cámaras de gas, disparos, ahorcamiento, golpes y experimentos médicos.

2. Ruanda (1994)

El genocidio tutsi, perpetrado por radicales hutus, costó la vida a 800.000 personas en apenas 100 días, con torturas, violaciones y mutilaciones.

3. Camboya (1975-1979)

El régimen de Pol Pot asesinó a más de un millón y medio de personas mediante trabajos forzados, torturas y ejecuciones.

4. Bosnia (1995)

El ejército serbio y grupos paramilitares asesinaron a unas 8.000 personas musulmanas de origen bosnio en Srebrenica, en una campaña de limpieza étnica.

5. Yazidíes y Rohingyas (siglo XXI)

El Estado Islámico perpetró genocidio contra los yazidíes en Irak, asesinando y esclavizando a miles, mientras que en Myanmar, la minoría rohingya fue masacrada y expulsada, con miles de muertos y un éxodo masivo.

6. Hambrunas y Genocidios Políticos

  • El Holodomor ucraniano (1932-1933): entre 1,5 y 12 millones de muertos por hambruna inducida.
  • Masacres armenias (1894-1896): entre 200.000 y 300.000 armenios asesinados por el Imperio otomano.
  • Genocidio griego (1914-1923): entre 348.000 y 900.000 muertos.
  • Limpieza étnica de tártaros de Crimea, polacos, kurdos, y otras minorías bajo regímenes comunistas y totalitarios.

El Doble Rasero y el Olvido Mediático

La historia de los genocidios revela un patrón de doble rasero y olvido mediático. Mientras algunos crímenes reciben amplia cobertura y condena, otros —como la persecución de cristianos en África— son ignorados o minimizados por la opinión pública y los medios de comunicación. Las víctimas varían, pero el sufrimiento es universal y la indiferencia, inaceptable.


La Realidad de los Conflictos Actuales

Según el Heidelberg Institute for International Conflict Research, en 2019 existían 358 conflictos en el mundo, 196 de ellos violentos, y en África subsahariana se concentra el mayor número de guerras activas. Nigeria, en particular, sufre una violencia endémica, con más de 5.000 muertos en el último año por ataques terroristas y conflictos étnico-religiosos.


Conclusión: Es imprescindible llamar a las Cosas por su Nombre

Lo ocurrido en Benue es un genocidio, no una “disputa intercomunitaria” ni un “conflicto por tierras”. Es la aniquilación sistemática de un grupo religioso, perpetrada en nombre de Dios, mientras el mundo y el Vaticano optan por la tibieza, el silencio o la retórica vacía.
Como advirtió Saramago, “matar en nombre de Dios” es el crimen más absurdo y monstruoso de la historia humana. No hay excusa para la indiferencia. La dignidad y la vida de las víctimas exigen justicia, verdad y acción.


Reflexión Final

El genocidio de cristianos en Nigeria es una tragedia contemporánea que cumple todos los requisitos jurídicos, históricos y morales para ser llamado por su nombre: genocidio. No es un fenómeno aislado, sino parte de una larga y dolorosa historia de exterminios masivos cometidos en nombre de la raza, la religión, la ideología o el poder. La indiferencia, el doble rasero y la tibieza de la comunidad internacional y de instituciones como el Vaticano perpetúan la impunidad y el sufrimiento de las víctimas.

Llamar a las cosas por su nombre es el primer paso para la justicia y la memoria. La dignidad humana exige que no callemos ni relativicemos estos hechos.
La historia, si no se confronta con la verdad, está condenada a repetirse.

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