El bombardeo y la destrucción de Yugoslavia que nadie en occidente quiere recordar.
Kurt Nimmo
FUENTE: https://kurtnimmo.substack.com/p/lesson-of-1999-bombing-of-serbia
El 24 de marzo en Belgrado, el ministro serbio Nikola Selakovic y el embajador ruso en Serbia, Alexander Botsan-Kharchenko, colocaron una ofrenda floral en un monumento a los niños muertos en el bombardeo terrorista ilegal de la OTAN de 1999 en lo que entonces era la República Federativa de Yugoslavia. Como era de esperar, la ceremonia y el aniversario del ataque no se mencionaron en Estados Unidos.
Los comentarios del presidente serbio Aleksandar Vucic también fueron ignorados en Occidente. “Hace 24 años, el derecho internacional moderno finalmente murió”, dijo Vucic durante un acto conmemorativo en Sombor, la primera ciudad bombardeada por la OTAN y el presidente Bill Clinton.
“Nada peor podría pasar en el mundo que lo que se hizo aquí, a un pequeño país, que solo fue culpable de buscar tomar sus propias decisiones y ser libre. Como tal, no apeló a aquellas potencias que destruyeron el antiguo orden internacional en 1989/90 y crearon uno nuevo en el que solo ellos tienen la última palabra en todo”.
El Tribunal Penal Internacional de las Naciones Unidas para la ex Yugoslavia, en su Informe Final al Fiscal del Comité Establecido para Revisar la Campaña de Bombardeo de la OTAN contra la República Federativa de Yugoslavia , menciona numerosos crímenes de guerra perpetrados contra el pueblo de Yugoslavia, ahora Serbia. El informe documenta el uso de uranio empobrecido (Serbia se encuentra entre los países con la mayor mortalidad por cáncer en el mundo), el uso desenfrenado de municiones de racimo ilegales y el ataque a la infraestructura civil, incluido un tren de pasajeros en el desfiladero de Grdelica en diciembre de 1999. .
El informe de la ONU concluye, que las fuerzas de la OTAN atacaron deliberadamente objetivos de infraestructura civil (y que tales ataques fueron ilegales), atacaron deliberada o imprudentemente a la población civil y causaron deliberada o imprudentemente un número excesivo de víctimas civiles sin tener en cuenta la regla de la proporcionalidad al tratar de luchar contra una “baja cero” guerra por su propio lado.
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El 24 de marzo de 1999, la OTAN liderada por EE. UU comenzó el bombardeo ilegal de Yugoslavia . Duró 78 días. Más de 1700 civiles muertos, incluidos 400 niños. 10.000 personas gravemente heridas. Infraestructura, puentes, hospitales, escuelas, monumentos culturales fueron destruidos o dañados.
Una década después del atentado terrorista, Stephen Zunes escribió:
La campaña de bombardeos de 11 semanas resultó en la destrucción generalizada de la infraestructura civil de Yugoslavia, la muerte de muchos cientos de civiles y, como resultado del bombardeo de fábricas químicas, el uso de municiones con uranio empobrecido y más, causó daños ambientales graves. Casi tantos civiles yugoslavos murieron a causa de los bombardeos de la OTAN que los civiles albanokosovares de las fuerzas serbias antes del inicio del bombardeo. Varios grupos de derechos humanos que condenaron las acciones serbias en Kosovo también criticaron los ataques de la OTAN que, además de las víctimas civiles más inmediatas, pusieron en peligro la salud y la seguridad de millones de personas al interrumpir el suministro de agua, el tratamiento de aguas residuales y los servicios médicos.
En lugar de responsabilizar a la OTAN y al Gobierno de los Estados Unidos por el asesinato de civiles inocentes , las Naciones Unidas persiguieron a Slobodan Milošević, el presidente serbio. Milošević fue acusado de una larga lista de delitos, incluido el genocidio y la deportación ilegal de albaneses en Kosovo. Murió en prisión (algunos creen que fue envenenado ) antes de que se llegara a un veredicto.
“En los días posteriores a la muerte de Slobodan Milosevic, todos los periódicos se aseguraron de declararlo culpable de cargos que el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) no pudo probar en los tribunales”, escribe Louis Proyect . La campaña de demonización requería “una falsa dicotomía” para retratar a Milošević como
el autor intelectual de un complot genocida en lugar de simplemente un actor entre muchos en una desagradable guerra civil. A lo largo de la década de 1990, autodenominados radicales como Mark Danner o liberales del Departamento de Estado como Michael Ignatieff se vieron consumidos por la necesidad de vilipendiar a Milosevic como una especie de horrible combinación de Hitler y Stalin.
Saddam Hussein, Manuel Noriega, Kim Jung-un, Osama bin Laden, Moammar Gaddafi y ahora Vladimir Putin, todos son comparados rutinariamente con Hitler. “Hemos visto repetidamente cómo se designa y demoniza a las ‘naciones rebeldes’”, señala el historiador Michael Parenti . “Lo que realmente tenían en común era que cada uno estaba trazando un curso de autodesarrollo algo independiente o que de alguna manera no cumplía con los dictados del libre mercado global y el estado de seguridad nacional de EE. UU.”
Como señala Parenti, la destrucción de Yugoslavia y su desmembramiento no tuvo nada que ver con el humanitarismo, como insistieron la administración Clinton y los medios corporativos en Occidente. De hecho, en 1999 se produjeron varios desastres humanitarios. Occidente (el Gobierno de los Estados Unidos y Europa) no se molestó en intervenir y, en cambio, como se indica a continuación, en muchos casos instigó o exacerbó las crisis y apoyó a los perpetradores.
Mientras se muestran listos y dispuestos a bombardear Yugoslavia en nombre de una minoría ostensiblemente oprimida en Kosovo, los líderes estadounidenses no han hecho ningún movimiento contra la República Checa por su maltrato al pueblo romaní (gitanos), o Gran Bretaña por oprimir a la minoría católica en Irlanda del Norte. , o los hutu por el asesinato en masa de medio millón de tutsi en Ruanda, sin mencionar a los franceses que fueron cómplices de esa masacre. Los líderes estadounidenses tampoco han considerado lanzar “bombardeos humanitarios” contra el pueblo turco por lo que sus líderes le han hecho a los kurdos, o el pueblo indonesio porque sus generales mataron a más de 200.000 timorenses orientales y continuaron con esa matanza durante el verano de 1999, o los guatemaltecos por el exterminio sistemático de decenas de miles de pobladores mayas por parte del ejército guatemalteco.
El comentario de Parenti sobre hacer que “el mundo sea seguro para Fortune 500” subraya los implacables objetivos del neoliberalismo: dominio de los mercados, captura (y, como en Siria, robo absoluto) de los recursos naturales, subversión de la independencia económica, control total de las sociedades, la cultura, la información y determinando el destino colectivo de más de ocho mil millones de persona
La destrucción de la antigua Yugoslavia y de las naciones desde entonces (Irak, Afganistán, Siria, Libia y Somalia) demuestra que el Gobierno de los EE. UU. y la élite gobernante, los oligarcas globalistas de una dirección corporativa entrelazada, utilizarán todas las herramientas a su disposición ahora que Rusia y China están a la vanguardia de un mundo multipolar emergente.
La destrucción y reformulación brutal de Irak y Libia ha enviado un mensaje inequívoco a países de todo el mundo: el ejército de EE. UU. y sus representantes se desplegarán si los líderes y los pueblos de las naciones (con recursos explotables) se niegan a jugar según el libro de jugadas «fascista corporativo» internacional «basado en sus reglas».
El 22 de marzo, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, dijo que su país balcanizado no desea unirse a la OTAN. “Creo que Serbia no debe unirse a la OTAN. Serbia es un país libre y militarmente neutral. Serbia defenderá su tierra y su cielo por su cuenta, pero déjenme decirles algo: nuestro deber es perdonar y nuestro deber es no olvidar”,…
“Se dirigía a una gran multitud de personas que se reunieron en la Plaza de San Jorge en Sombor, ondeando banderas serbias y encendiendo velas por las víctimas de los atentados, que la mayoría de ellos ven como un acto de injusticia”.
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