Apología de la Hispanidad: Contra el odio promovido por quienes pretenden destruir a España y su herencia en América. A propósito del 12 de octubre.

CARLOS AURELIO CALDITO AUNIÓN

¡Cuánto hemos progresado hacia la estupidez con los socialistas y comunistas españoles! En estos momentos en que, el tremendo embuste de la leyenda negra anti-española no necesita ya ni de ingleses, ni de holandeses, ni de italianos <ahora se fabrica en el Palacio de la Moncloa y en la calle Ferraz, promovido por el gobierno social-comunista, apoyado de forma entusiasta por separatistas y etarras>; este 12 de octubre, día de la Hispanidad, Fiesta Nacional, hay que colgar nuestra bandera en los balcones, hacerla ondear en todo el territorio de España…

En el libro IMPERIOFOBIA Y LEYENDA NEGRA, de María Elvira Roca Barea ofrece cifras llamativas, para subrayar la vigencia de la hispanofobia y la leyenda negra antiespañola. Cita, por ejemplo, un documental de la BBC «donde se afirma: ‘1.500 millones de incas fueron aplastados por solo 200 aventureros españoles’. ¿Había 1.500 millones de seres humanos en el planeta cuando los españoles llegaron a América?», se pregunta la doctora en Literatura Medieval. A su vez, asegura que el historiador sueco Sverker Arnoldsson divide la etapa italiana de creación de la leyenda negra en dos, «la etapa antiaragonesa y la antiespañola propiamente dicha. la filóloga, le atribuye la afirmación de que la leyenda negra de España es «la mayor alucinación colectiva de Occidente. En este sentido, escribe: «William Cobbet, autor protestante, afirma en su” History of the Protestant Reformation in England and Ireland” que la reina Isabel Iª de Inglaterra, provocó ella sola más muertes que la Inquisición en toda su historia».

También sobre el Santo Oficio, María Elvira Roca Barea cita un estudio de un profesor de la Universidad de Illinois que investigó las prácticas de la Inquisición en Valencia: «Sobre el análisis de 7.000 casos, pone de manifiesto que solo se empleó la tortura en menos del 2% de los casos». Por lo que la mayor parte de las afirmaciones sobre esta institución son falsas. Menos mal, que alguien se atreve a decirlo.

Quienes en España se hacen llamar intelectuales y únicos representantes del “mundo de la cultura” generalmente, suelen aborrecer todo lo que huela a cristianismo y catolicismo, pero, además tienen también otra particularidad, otra seña de identidad, se trata de su hispanofobia, un profundo odio, una profunda aversión a todo lo que tenga relación con España. Por otro lado, cuando hablan de «cultura» nunca se refieren a la Cultura, con mayúsculas, al conjunto de los conocimientos científicos, literarios o artísticos conocidos; muy al contrario, ellos solamente reconocen como cultura el conjunto de actividades que realiza «el pueblo».

Según la intelectualidad española (aunque les pese lo de “española”), según los progresistas patrios, la Nación Española, España, no existe.

A quienes se hacen llamar intelectuales y únicos representantes del “mundo de la cultura” les importa un bledo, una higa, que los romanos (todavía no se les ha ocurrido decir que deben pedirnos perdón sus descendientes, y que tienen contraída con nosotros una “deuda histórica” que debería reparar, pero todo tiene su tiempo) decidieran hace más de 2.000 años crear una provincia en nuestro territorio, a la que denominaron Hispania. Tampoco les importa demasiado que los visigodos, tras la caída del Imperio Romano de Occidente, crearan el “Reino de España” y decidieran que su capital fuera Toledo; o que los Reyes Católicos (¡Uf, a menudos he tenido la ocurrencia de nombrar!) reyes de Castilla y Aragón, agruparan en una nación llamada España, para siempre, a catalanes, gallegos, extremeños, aragoneses, andaluces, asturianos, etc

¡Qué importa si el señorío de Vizcaya se unió al reino de Castilla voluntariamente hace más de 1000 años!

Poco o nada importan las hazañas de aquellos vascos de nombre Juan Sebastián Elcano, o Legazpi, o Blas de Lezo, al servicio de la Corona Española, del Imperio Español… poco importan los muertos catalanes o andaluces o navarros en el desastre de Annual, o la derrota de Alarcos, o las victorias de las Navas de Tolosa o en la batalla de Lepanto.

Picasso, Dalí, Buñuel, Ortega y Gasset, santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz, Cervantes, Velázquez, García Lorca, Severo Ochoa, el valle de Arán, la serranía de Cuenca, la sierra Morena, el Teide y el monte Perdido, la Peña de Francia, el Ebro o el Tajo, la mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada, la catedral de Burgos o la Catedral de Santiago de Compostela, las Cortes de Cádiz (y ¡Viva la Pepa!), las guerras carlistas, la primera república, y la restauración monárquica, y la dictadura del General Primo de Rivera, y la segunda república, y la Dictadura del General Franco…. Y por supuesto, también la conquista de América,… la jota, las sevillanas, la muñeira, y la sardana, la tortilla de patatas, el gazpacho, la paella, el pisto manchego, las corridas de toros, Manolete, y “el Cordobés”, y los empalaos de la Vera, las procesiones de Semana Santa, el Betis y el Sevilla, el Atleti y el Real Madrid, y el Barça, y la selección nacional de fútbol, y la RENFE, y la Telefónica, y Zara… y el cierzo y la tramontana… todo ello y mucho más, -aunque ya lo haya mencionado en múltiples ocasiones- es España, pero para quienes se hacen llamar intelectuales y únicos representantes del “mundo de la cultura”, para la izquierda española, y para la derecha boba y los asiduos tertulianos de las diversas televisiones, y hasta para el “hombre del tiempo” de televisión, es solamente “estepaís” o como mucho “el Estado Español”.

Este 12 de octubre, pese a que algunos renieguen de su españolidad, pese a que algunos lo consideren algo rancio, cosa antigua, hasta propio de franquistas y lindezas por el estilo, hasta el extremo de llamarnos“fascistas” seremos muchos los españoles que celebraremos la Fiesta Nacional, en conmemoración de aquel día que unos ESPAÑOLES descubrieron y triunfaron en América, posiblemente una de las mayores gestas, si no la que más, que hayan conocido los siglos, y de lo cual no debemos sentir culpa de ninguna clase, o pedir perdón, sino muy al contrario, es algo de lo que debemos sentirnos muy, pero que muy orgullosos.

El 12 de octubre es día de hacer ondear nuestra bandera, de colgarla de nuestros balcones, de sentirse orgullosos, afortunados de ser españoles, de manifestar claramente que no estamos dispuestos a consentir que unos cuantos, con el apoyo de la izquierda, y la derecha boba y cobarde, destruyan lo que nos legaron nuestros mayores, nuestros ancestros, que no vamos a consentir que destruyan la patria común de todos los españoles.

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